Para los BAFTA del 2023 esta ha sido la mejor miniserie y aunque uno no es de juzgar los trabajos por sus premios "Mood" sin duda es de lo mejorcito que he visto en los últimos años.

"Mood" es la adaptación a la pantalla del exitoso monólogo teatral "Superhéroe" que crea e interpreta con mucha brillantez Nicôle Lecky bajo la no menos brillante dupla de directores Stroma Cairns y Dawn Shadforth y secundada a la altura de todo el trabajo por la estupenda Lara Peake.

Una joven veinteañera con inquietudes artísticas junta el hambre con las ganas de comer cuando se siente atrapada entre la precariedad social y marginal que la rodea, su propio carácter inestable y disperso entre fiestas y la  dependencia de un novio que se cansa de ella.

Los cantos de sirena de las redes sociales la convierten en presa fácil, ofreciéndole otro mundo plagado de atajos de baldosas amarillas alicatadas con el empoderamiento y la liberación sexual femenina, donde mana el dinero a cambio de jugar a un juego donde las reglas están amañadas y acabas siendo un simple peón sexual de quita y pon mientras los hombres siguen en posesión de los dados trucados. Un mundo sórdido y gris que aparece a poco que rasques la capa de barniz colorista que lo enmascara. Aviso a navegantes.

Sasha queda atrapada en la red y nunca mejor dicho, una red por la que solo se escapan sus sueños de artista: sueños que van trufando la narración en forma de canciones cuya interpretación por la propia Lecky y coreografías aportan un plus notable perfectamente encajado convirtiendo el conjunto en un drama musical.

El ritmo es impecable, así como la fotografía, el montaje y el diseño artístico.

cineziete  

El director inglés John Boorman (1933) hizo su presentación fílmica a los 32 años con una floja película sobre el grupo musical "David Clarke Five". Al año siguiente estaba en Hollywood ante el presidente de MGM que le encomendó sin mucho entusiasmo, según cuentan, que "hiciera un buen trabajo". Y con una estrella como Lee Marvin a la cabeza de la adaptación de la novela de la serie del delincuente Parker, escrita por el neoyorquino Donald E. Westlake (1933-2008) en el 62 bajo el pseudónimo de Richard Stark.

No he podido encontrar información de cómo pudo Boorman dar ese salto. El caso es que se puso a ello con la colaboración en el guión del propio Marvin. El resultado es una película de autor propia de los 60 enmarcada en cine de género gracias a la libertad creativa que el estudio le concedió a Marvin y este a Boorman.

La narrativa es atípica para el género y Boorman está más pendiente de dejar su sello estético e innovador que de un guión de venganza convencional donde la presencia férrea de Marvin que apuesta por hablar lo imprescindible y la siempre sugerente Angie Dickinson se bastan para mantener en pie el asunto y dejar que Boorman trastee con el color y el sonido.

La teoría de que en el fondo el irreal personaje de Walker nunca saliera de Alcatraz y solo sea la encarnación de un sueño de venganza de un moribundo, me seduce más y me cuadra mejor con la propuesta. El que no se conforma es porque no quiere. 

cineziete

Hermosa y telúrica historia de amor ubicada en la isla de Lewis, en las Hébridas, allá donde quizás los dioses de la mitología escocesa tan apegados a la tierra encuentren su último refugio acorralados por la iglesia presbiteriana.

La dama de hielo no olvida su sombrero a pesar de los vientos cuando acude al oficio religioso. En su interior aún calientan tibiamente los rescoldos de una vida que tendremos que imaginar solitaria y austera.

La ama en silencio un hombre que ya no es él. El alma se confunde cuando la memoria desaparece.

Y cuando los dioses cambian los vientos la mentira prende la hoguera. 

cineziete

Uno siempre ha tenido la certeza de que la carrera política, tiene poco de política (véase el significado en la RAE) y mucho de carrera. Hay que posicionarse bien, dar y aguantar codazos, sobreponerse a los tropiezos, saltar obstáculos, seguir a la "liebre" de turno, aguantar los tirones del adversario, o agazaparse al final del pelotón para atacar en el momento justo y sorprender en la recta final. No hay que olvidar que la principal medalla no sólo reconforta el ego y el esfuerzo sino que además es de oro y por mucho que se pertenezca a un equipo en lo más alto del cajón solo hay sitio para uno o una. El espectador se puede emocionar y jalear lo que quiera pero siempre seguirá siendo eso: espectador. Que espera y se desespera con la ilusión y la promesa de ver batir un récord que pocas veces llega.

Políticos/as honestos, como las meigas, haylos, pero temo no equivocarme si digo que los que consiguen colocarse en el pelotón de cabeza han tenido que mirar muchas veces para otro lado y acordarse de aquella canción que decía: "la copla que está en mi boca,a punto de ser del viento, que lejos de aquella copla que estaba en mi pensamiento".

De todo ello habla "Las promesas", título original. De un hombre y una mujer (magníficos Huppert y Kateb) que intentan redimirse a sí mismos recordando y luchando incluso contra ellos mismos por  aquello que estaba en su pensamiento. A ello añade Kruithof en su tramo final hechuras de thriller que ponen la guinda de emoción. Un buen trabajo.

cineziete    

Cuando uno se dispone a ver una película de Baz Luhrmann debe asumir que por encima de lo que trate la historia están toda una gama de brillantes fuegos artificiales con los que Luhrmann la cuenta. El resultado no cabe duda que es disfrutable y en el fondo el protagonista es él como maestro de ceremonias de un circo de tres pistas. El problema es que Elvis es mucho Elvis y el mundo mundial quiere saber más de Elvis que del virtuosismo de Luhrmann tras la cámara.

Tiene a su favor el hecho de que Austin Butler se lo curra con respeto al Rey y por momentos asistimos a una breve pero potente sensación de reencarnación y si Elvis le ha visto (todo el mundo sabe que no murió y aún anda moviendo la pelvis por ahí) supongo que le habrá gustado el trabajo de Butler, que incluso se atreve a cantar por Elvis sin hacer el ridículo. A la hija de Elvis si que le ha gustado.

El gran Tom Hanks anda un poco perdido en la caricatura física del "Coronel" sin saber si esta es su historia, o la versión de su historia o la de su artista exclusivo al que explotó sin piedad. Pasa el tiempo, mucho; mejor  la primera parte y entre canción y canción asistimos a una sinopsis somera de lo que se coció en la vida de este chico sureño de Tennessee, rubio teñido de negro que cantaba como los negros, vendió y sigue vendiendo más que nadie y pagó el pato del convite sin que el guión de Luhrmann nos descubra por qué y quién era el verdadero Elvis Aarón Presley que no en vano afirmó: "La imagen es una cosa y el ser humano otra". Palabra del Rey.

En su vida el reloj marco las 13, hora de la locura.

cineziete