Tener la capacidad de cagarte en todo lo cagable por medio de una película es algo que muy pocos consiguen. Este es el caso de los creadores de la serie más bizarra de todos los tiempos. South Park llegó a nuestras vidas en horas intempestivas con su lenguaje obsceno y su crítica bestial hacia el American Way of Life. ¿Y que queréis que os diga? Que es cojonudo. Después de tener que luchar contra el sueño nos llegó la versión en celuloide de la serie que lejos de ser acomodaticia, como ha sido el caso de la película de Los Simpson, reflejaba bastante bien el espíritu de la serie, contando a su manera las relaciones tranquilas pero tensas que existen entre yankees y canadienses. Vamos lo que aquí podríamos llamar la relación entre madrileños y catalanes. La peli lo tiene todo. Muere Kenny, Sadam Hussein se nos presenta como una marica dominante con el pobre Satán y todos los personajes están a la altura de lo que se esperaba de ellos. Una gozada vamos.

Debo decir que sin ser del género me ha parecido una de las mejores películas de terror que he visto. Esa tensión emocional que se respira durante toda la pelicula te hace sentir una angustia que ni el mismísimo Wes Craven conseguiría. Y es que este film habla del terror cotidiano de muchas mujeres que viven un infierno particular y es el de tener a tu lado en la cama a tu enemigo. Buen trabajo de los actores, tremenda Candela Peña, para una historia que nos hará pensar.
Nano

Suelo leer algunas de las críticas que los compañeros escriben en las películas o series que me dispongo a criticar favorable o desfavorablemente. En este caso me he dado cuenta de que hay dos bandos que o les encanta la serie o declarados enemigos de Daniel Ecija que ponen la serie a parir y quizás no se han parado a verla ya que el arbolito de Globomedia ya les da una idea de lo que tienen delante. Pero bueno. Yo creo que esta productora ha dado algunas de las mejores series que hemos visto en este país. Con una línea muy clara han sabido enganchar al público en la mayoría de las veces con historias creíbles, tiernas y gracias a la serie que nos ocupa, espectaculares.
El internado es una serie que aunque sigue el patrón de los productos de la productora, valga la redundancia, tiene un algo mas que la hace diferente. Sabe mezclar perfectamente diferentes géneros como el drama, la comedia y el terror. La primera temporada fue buena pero es que esta segunda temporada que ahora termina ha sido realmente magnifica. Tomando prestados guiños de series americanas, como la ya mencionada Perdidos, cada miércoles sentarse delante de la tele ha sido una autentica gozada y teniendo que aguantar el tipo ante la ya cansina Hospital Central.
De los actores decir que están todos muy bien. Hasta la que fue patética colaboradora de programas de Telecinco, Marta Torné, resuelve con solvencia su papel de madre soltera. Eso por no mencionar a la gran Amparo Baró que alejándose de su inolvidable Sole nos regala otra gran interpretación con esa Jacinta que tanto sabe y tanto calla.
En resumen, que me parece una muy buena serie y que si no se alarga mucho, podría quedar para la historia como una de esas series que te compras en dvd y revisas de vez en cuando porque merece mucho la pena

Hay películas que hablan sobre la vida. En general, en mayúsculas y con un genio para plasmar en imágenes, escenas cotidianas que conozcamos y que a la vez nos enamoren. Esta película es una de ellas. La cuarta película de Campanella es una obra maestra que habla sobre la vida. No hace falta pedirle mucho más, ya que es tal, la ternura que desprende que durante dos horas quedas enganchado a la pantalla. Un guión fabricado para almas sensibles con unas interpretaciones que traspasan la pantalla. Que te tocan el corazón. Poco se puede decir de Darín o de Alterio ya que han demostrado de sobra que son dos grandes del cine hablado en español. Para mi la revelacion fue Norma Aleandro. ¡Que talento por Dios!. Seria un pecado que tu, amigo lector, te perdieras una película así.

Hace catorce años era muy duro ser homosexual. No es que ahora lo sea menos pero parece que vivimos en una democracia relativa en la que está de moda tener cerca a un gay. Vamos que los gays molamos. Porque somos modernos, comprensivos, divertidos y porque tenemos lo mejor de un hombre y lo mejor de una mujer. Pero también lo peor.

Hace catorce años llegó a las pantallas Philadelphia. Una película valiente que narra la lucha contra la injusticia de un joven abogado que es despedido al descubrirse su tendencia sexual y que está infectado por el VIH. Para que le ayude se hace con los servicios de un abogado de color que debería saber más que nadie de prejuicios, pero resulta que él mismo los tiene hacia su colega. Esta es una de las cosas que hace grande esta película. Porque saca a la luz con absoluta maestría lo hipócritas que somos. Porque en este mundo hay gays xenófobos, negros racistas y esa es una verdad como un templo señores.

En resumen, que es una magnífica película, con unas interpretaciones soberbias (que grande eres Denzel) y un Tom Hanks que dejó atrás sus papeles de payaso comercial y nos dejó de piedra bordando el papel de protagonista. A Banderas le he visto hacer cosas mejores por lo que no comentaré demasiado al respecto, ya que no desentona con el conjunto.