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Críticas de prosikito88
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Críticas 256
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
3 de diciembre de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bienvenidos al fin del mundo es el punto y final con el que Edgar Wright, ha despedido su trilogía del Cornetto. Aquella que empezó hace ya casi una década (2004) con la delirante y gran Zombies Party, y a la que siguió en 2007 la sorprendente Arma Fatal. Como no podía ser de otra manera no podían faltar para esta despedida dos de los pilares fundamentales de la filmografía de Wright, Simon Pegg y Nick Frost; lo sentimos Martin Freeman (participa también en las tres) pero no serás tan recordado como el dúo en este tridente de genialidad y frescura que ha sido la trilogía del Cornetto.

Una trilogía que por encima de ser recordada, que lo será, nos ha dejado muy buen sabor de boca durante estos nueve años, con lo que ha sido un claro guiño al cine de terror de hace varias décadas. Si con Zombies Party vivimos una claro homenaje al cine de George A. Romero, en esta vemos un más de lo mismo respecto a la cinta de Don Siegel La invasión de los ladrones de cuerpos, perdón por el spoiler si aún no han visto el trailer.

Con su necesario e inconfundible humor inglés, esta comedia conquista desde la nostalgia, aunque no tanto por su humor. Si mantener el nivel de Zombies Party y Arma Fatal era difícil por si sólo, más aún lo es si tenemos en cuenta la presión y las expectativas de un público con ganas de morir de risa en la sala. Por fortuna, Wright sabe como ganarse al público, especialmente con el masculino. No hay mejor manera que pedir perdón a tantos años de espera que tomándose una cerveza, aunque sea viendo como se la toman otros. Así es como comienza el principio del fin, con una reunión tabernera, con el dulce sabor de la reconciliación que sólo una cerveza sabe dar. Y así es como se presenta el quinteto protagonista, reuniéndose tras casi 20 años retornando al pueblo donde todo comenzó.

La cosa pinta bien, nostálgico reúne al grupo, ellos acceden y se lía la marimorena mientras hacen la ruta de la birra. Porque, como que no quiere la cosa el asunto se termina torciendo, como en cualquier noche maravillosa en el alguien llega y lo fastidia todo. Así, de repente, lo que pretendía ser una reunión para confraternizar se convierte en un sálvese quien pueda delirante. Lo que parecía tranquilo e igual que hace 20 años se vuelve extraño y peligroso en décimas de segundo. Y hay tenemos a nuestro reducido grupo de héroes improvisado, ¡intentado tomarse una cerveza más! Donde tiene que imperar la lógica y la cordura, se asoma la insensatez. Claro que, nosotros no ponemos pegas a las imprudencias tomadas por este grupo de temerarios, todo sea por el bien de echarse unas buenas risas.

Probablemente sea la más floja de las tres, pero si os gustó Zombies Party y Arma fatal, esta tercera conseguirá sacaros más de una risa. Wright, Pegg y Frost son un seguro, con amigos mejor.

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prosikito88
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8
2 de diciembre de 2013
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El afamado director Ridley Scott y el reconocidísimo escritor Cormac McCarthy se unen para aunar fuerzas, y lo hacen con un excelentísimo reparto, probablemente el mejor del año a la espera de American Hustle.

El dúo de veteranos nos presenta El consejero, algo así como un no es país para incautos, donde un abogado de cierto prestigio se adentra en el negocio de la droga por una mera cuestión de simple avaricia. Claramente desde los primeros compases del film nos damos cuenta que en esta ocasión el director de Alien o Gladiator no viene sólo, se nota en todo momento la presencia del escritor de No es país para viejos, guionista de excepción para este film y productor a su vez. Y se nota por la manera en la que se ha llevado el guión a la gran pantalla, diálogos densos, violencia y crudeza y con la estampa del desolador y árido paisaje de la línea fronteriza que une los Estados Unidos de América con México.

Junto a los dos curtidos y experimentados padres de esta cinta se nos presenta a cinco cartas de la misma baraja, es decir, Michael Fassbender, Javier Bardem, Cameron Díaz, Brad Pitt y Penélope Cruz. Cinco ases de primera línea que se ven implicados en el mismo mundo, quieran o no. Fassbender es el rey de diamantes de esta baraja, el abogado (sin nombre, así le llaman todos durante el film), un hombre con ansias y ambición de subir su nivel medio alto en la clase social y crecer económicamente por la vía del negocio de las drogas, para él una manera rápida de ver engordar su bolsillo. Un mundo, totalmente desconocido para él, al que quiere acceder sin mancharse las manos. ¡Error!, nuestro principal personaje ni siquiera se para a reflexionar un minuto sobre el turbio negocio en el que se va adentrar, desconoce que dar un primer paso en ese mundo oculto para él puede cambiarle la vida de manera irreversible.

Javier Bardem, interpreta a Reiner, el socio del abogado. Podríamos decir que es el Joker de tréboles, un bufón extravagante y estrafalario que se cree el rey del mundo, pero que no es más que un simple peón en todo este juego. La seguridad con la que habla no es más que una simple fachada de un hombre inseguro, pero con las mismas ansias que su socio.

Brad Pitt, es más de lo mismo, otro bufón que se cree rey de este juego, un tipo capaz de dar consejos también, pero algo más conocedor del mundillo de las drogas.

Camerón Díaz es la exótica y fría femme fatale de la cinta, Malkina, la pareja de Reiner, la encarnación del mal en envoltorio de mujer, la reina del averno, una mantis religiosa capaz de comerse a su pareja por subir en la escala social. En definitiva la más lista de todo el juego.

En el lado opuesto de la balanza encontraríamos a la otra reina, la de corazones, o mejor dicho la que ocupa el corazón del abogado, Penélope Cruz. Su personaje encarna todo lo opuesto a Malkina, la candidez y la inocencia, algo no muy habitual en el mundo en el que sin quererlo se ha adentrado.

La trama es bien sencilla, como ya decía antes un abogado se adentra en el negocio de la droga cerca de la frontera Méxicana y pretende hacer dinero sin mancharse las manos. Hasta que, por cosas del destino, todo se tuerce, todo eso que veía tan bonito se jode y se convierte en una gran cagada; y hasta ahí puedo decir, si quieren saber más al respecto averígüenlo en la sala de cine.

En cuanto al film, podríamos decir que estamos ante una película más literaria que entretenida. La definición correcta sería un drama vestido de thriller. O lo que es lo mismo, muchas líneas de diálogo que terminan convirtiendo una película que parecía que iba a venir movidita en una película algo más pausada. Ridley Scott pone la pausa en beneficio del trabajo de McCarthy, y es apaleado por la crítica y gran parte del público. Entonces se preguntarán ¿Es una mala película? Claramente, no. Cierto es que en el espesor del diálogo se echen en falta algo más de adrenalina y acción. Pero no estamos ante unos diálogos tan aburridos y filosóficos como se dicen. Al espectador no se le exige un mínimo de intelecto para enterarse de lo que ha pasado. El problema es que se ha tachado de pretencioso al proyecto, y claramente lo es; reunir a Scott, McCarthy y ese grupo de actores no es para hacer una mala película, si no más bien para todo lo contrario. Y la película es buena, no tanto como se esperaba, pero buena. Claro está que con un poco más de tino se podía haber convertido en una obra maestra. Aún así y a pesar de la crítica negativa El consejero nos deja escenas muy buenas, como el orgasmo de Cameron Díaz delante de Bardem en un Ferrari o dos de las mejores muertes del año.

Otros detalles técnicos muy acertados, además de la buena dirección del señor Scott, son la excelente fotografía y la música.

En cuanto al plano actoral destaca por encima del resto un nombre, el de Cameron Díaz. Creí que nunca llegaría el día que esta actriz me sorprendería, y al fin llegó. Borda su papel de manera sensacional y al igual que pasó con DiCaprio en Django desencadenado vuelvo a decir, ¡Que vuelva a ser villana ya! Tras ella destacan Javier Bardem, excelente e imprescindible como secundario y Michael Fassbender que sigue en ascenso en su meteórica carrera en su segunda colaboración con Scott. Penélope Cruz y Brad Pitt cumplen con su trabajo en papeles de menor exigencia. En cuanto al resto de secundarios encontramos nombres como los de Bruno Ganz, John Leguizamo o Rosie Pérez, que trascendentes o no en sus papeles, apenas aparecen en pantalla.

La conclusión es, si van a verla al cine vayan con pretensiones bajas y con la mente despejada, la disfrutarán. No es ni Traffic ni No es país para viejos, pero no es una mala película. Sus firmantes son Ridley Scott y Cormac McCarthy, recuérdenlo.
prosikito88
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8
13 de noviembre de 2013
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la ilusión de un chiquillo, así es como presenta Joseph Gordon-Levitt su primera cinta como director. En ella nos cuenta las andanzas de un Don Juan cualquiera en la era de Internet y las redes sociales.

Nuestro polifacético actor no sólo se ha encargado del trabajo de detrás de las cámaras en su ópera prima; ha realizado la labor de guionista y ha creado un personaje a su medida para también realizar la interpretación. El resultado final es esta original comedia romántica que supone un soplo de aire fresco al género, y que se desmarca del resto por el factor diferencial que la envuelve, el sexo.

Sí, el sexo, ese tema tabú que por cuestiones de pudor o por finura tanto se evita en este tipo de comedias. Para Joseph Gordon no existen tapujos ni pelos en la lengua y no tiene ningún reparo de mostrarnos constantemente carnaza, y no sólo eso, si no que la convierte en el epicentro de la cinta, adquiriendo más protagonismo incluso que nuestro querido Don Juan de Jersey. Tal vez sea un poco excesivo y explícito en cuanto a escenas pornográficas se refiere, pero sin duda alguna con ello consigue enfatizar la dulce adicción de su personaje. Una adicción que, problemas aparte, le desahoga y le lleva a la libertad más pura y primaria. Para él estar adicto al sexo por Internet no es ninguna traba, a pesar de la “incomprensión” que recibe por parte de su pareja, Scarlett Johansson.

La actriz rubia, muy buena en el papel de choni pija de turno, será la encargada de los quebraderos de cabeza de nuestro querido Jon. Su presencia le hará debatirse entre su querido porno y su “amor a primera vista”. Juntos forman una gran pareja de Jersey Boys en pantalla, ella en su rol ya mencionado y él en el de tipo chulo de gimnasio que hace culto a su cuerpo. Una auténtica parodia al reality de la cadena MTV, pero con mucha más sensatez aquí.

Para mayor similitud con los Jersey Shore, el seno familiar de Jon es de procedencia italiana, una familia cristiana y devota; pecadora como muchas y felices de su condición religiosa, esa que les perdona de los pecados cometidos cada domingo con una simple confesión. Tony Danza encarna al cabeza de esa familia italoamericana, un entorno muy presente durante toda la cinta y muy bien representado en la figura paterna. El padre de Jon será otro de los ejes de donde derivarán las mejores situaciones cómicas.

Tampoco podía faltar la otra familia de nuestro personaje, sus amigos. Con ellos en escena podremos ver la realidad de los diálogos que muchos jóvenes mantienen los sábados en la noche en la discoteca. Esas delirantes conversaciones acercan un poco más a la cinta con el sector joven del público.

Relaciones amorosas, familiares o de amigos aparte nos encontramos con la “inesperada” aparición de Julianne Moore; que se presentará en la vida de Jon para poco a poco ir cogiendo mayor peso en la cinta, en una más que correcta actuación.

Si el año pasado nos encontramos con la cara dramática de la adicción al sexo en Shame, este año tenemos a la que podríamos considerar su antítesis. Una película que es 80% comedia, 20% drama y 100% puro corazón.

Don Jon, es una cinta de las que se habla poco y de las que da mucho que hablar. La dirección de Joseph Gordon-Levitt es mejorable, por supuesto. Pero no deja de ser un debút, un buen debút. Su cinta logra su objetivo de hacernos pasar un buen rato, asegurándonos buenas risas.

Tal vez Jon le de mucho al manubrio en la cinta, tal vez gaste gran parte de su salario en cleenex, pero de lo que no queda duda es que estamos ante una de las comedias románticas o “antirrománticas” más raras del año.
prosikito88
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7
2 de noviembre de 2013
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por esta línea, por la continuista de lo bien hecho en Los Vengadores, así es como Marvel ha decidido seguir con su fase 2. Lo hicieron con la tercera parte de Iron man y lo han vuelto a hacer con la secuela de Thor. El principe Asgardiano ha vuelto con su martillo lleno de ganas de golpear a villanos y con un importantísimo cambio en la dirección (sale Kenneth Branagh del proyecto y entra Alan Taylor).

Thor: El mundo oscuro, no es una película del universo Marvel al uso. Si bien la primera fue la más rara, por sus escenarios y por la mitología de la que estaba rodeada; esta cinta se desmarca aún más del universo de la casa de las ideas y del mundo de Los Vengadores. Alan Taylor y su equipo logran que el mundo oscuro en el que sumergen a Thor sea una mezcla perfecta entre lo antiguo y mitológico con lo tecnológico, creando un lugar particular; una combinación rara y bella de universos como el de Juego de Tronos, El señor de los anillos, La Guerra de las Galaxias y el mundo Marvel, pero a su vez intentando desmarcarse e intentando parecerse lo más mínimo a ellos para crear un Asgard único. No sólo el escenario es una aleación notable de los mejores mundos épicos; la cinta también equilibra de manera satisfactoria la acción, lo cómico, lo épico y lo dramático (esta parte muy bien acompañada de una gran banda sonora que hace enfatizar esos momentos).

Mundos creados aparte, la cinta no funcionaría igual de no ser por el gran tandem creado por el director y los guionistas. Con la presentación del héroe realizada y la posterior reunión de héroes marvelitas, las bases estaban realizadas más que de sobras con Thor. El guión no se olvida del éxito vivido en Los Vengadores y enlaza muy bien la aventura vivida con Iron man, Hulk y compañía y tiende un puente hacia la fase 2 vengadora (cosa que ya vimos en la tercera parte de Iron man). Aquí se pasan de las medias tintas de la primera parte de Thor y se va más directamente al grano. Más acción, más repertorio de golpes con el martillo, mayor dosificación de humor y romanticismo…y lo que es más importante, actores más afianzados en sus respectivos papeles.

Desde el primero y más importante, Chris Hemsworth, hasta Tom Hiddleston o Natalie Portman, todo lo referido al plano actoral es muy superior al de su predecesora. Aquí vemos a un Thor afianzado en su trono, al nivel de Los Vengadores pero con una cuota de minutos en pantalla mucho mayor, lo cual nos permite ver al semidios asgardiano en su máximo nivel. Su hermanastro Loki, aunque con menos protagonismo que en Los Vengadores, al contrario que Thor, vuelve a estar muy afianzado para Tom Hiddleston, el actor se ha adueñado del hermano y rival del protagonista de la cinta, y pese a perder peso en la trama muestra su máximo potencial como hechicero y maestro del engaño. En cuanto a Natalie Portman, la profesora Jane Foster, deja de ser la científica enamorada de Thor para tener un mayor peso y relevancia en la trama, no hay nada que objetar en cuanto a su actuación, ella siempre está muy bien, pero la evolución positiva de su personaje hacen sumar a una cinta muy superior a su predecesora.

Como personajes secundarios, pero con menor relevancia en la saga, nos encontramos a un formidable Anthony Hopkins en el rol de Odin, rey de Asgard y padre de Thor, a una sorprendente Rene Russo en cuanto a peso, a un loco y gracioso Stellan Skargard (muy afectado por los sucesos de Nueva York), a un villano de nivel interpretado por Christopher Eccleston (cumple y al menos no da risa), o a un Idris Elba que repite en el papel de Heimdall.

Pero no todo es positivo en esta cinta notable y entretenida. A pesar de todo lo bueno nombrado con anterioridad nos encontramos con lastres como un mal uso del 3D, hecho menos importante desde que productoras y salas de cine decidieron suprimir los costes de dicho suplemento. La tercera dimensión es un bien innecesario en la cinta, más aún después de haber visto maravillas como Gravity. En Thor 2, el ojo tarda mucho en adaptarse a un 3D que no explota el potencial de su acción, y no sólo eso, cansa y daña constantemente enfocando directamente a lo que el film quiere que veamos, olvidándose del resto de la escena que le rodea. Hagan caso y si pueden eviten entrar a salas con este suplemento, porque la verdad que es totalmente innecesario.

Otro de los problemas que se le puede achacar a la cinta es la falta de más minutos de batalla, un servidor pensaba que se encontraría con más guerra en pantalla, y tal vez la falta de 20 minutos más nos haya privado de algo más de belicismo en la cinta (o tal vez encontrarnos ante un producto Disney para todas las edades). A pesar de esa pequeña decepción, la papeleta está bien resuelta por un gran final en Londres (ni un sólo minuto en tierras americanas, cosa de aplaudir), donde héroe y villano se retarán en un duelo definitivo.

Si con Iron man 3 se afianzaba el camino hacia la fase 2 de Los Vengadores, con Thor: el mundo oscuro se corrobora. Sólo queda las confirmaciones del Capitán América: el Soldado de Invierno y, la que puede ser la sorpresa de 2014, Guardianes de la Galaxia. La fase 2 de Marvel pinta muy, pero que muy bien.

Posdata: no abandonen las butacas con las primeras letras de créditos, porque hay doble sorpresa (una tras los primeros créditos y más sorprendente, y otra tras los largos y segundos créditos).

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prosikito88
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10
24 de octubre de 2013
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡GUAU! Esa fue mi sensación al salir de la sala tras ver Prisioneros, el último trabajo del para mí casi desconocido Denis Villeneuve. Su cinta es una exquisita obra digna de los mejores cineastas, y no son palabras mayores. Su solidez en la dirección y el minucioso trabajo tras la cámara le hacen parecer un autentico veterano en este arte centenario. Villeneuve hace de Prisioneros su particular Mystic River con tintes de Zodiac, historia similar a la cinta de Clint Eastwood con diferentes situaciones.

Prisioneros aparece en escena como un thriller más, correcto, pero que va creciendo con el paso de los minutos, pasando entonces de ser correcto a bueno y de bueno a soberbio. La sinopsis nos deja bien claro lo que vamos a ver, un secuestro de dos niñas de 6 y 7 años. Dos familias rotas por el dolor, dos maneras de vivirlo, y todo un pueblo volcado con esa desolación. Dolor compartido en un pueblo de la América profunda, donde el frío y la lluvia forman parte de una atmósfera perfecta para un film de semejante temática.

Las dos familias son un claro reflejo de cómo es vivida una situación tan dramática, la fidelidad a la vida real es enorme. Por un lado se nos muestra a la familia Dover, la de Hugh Jackman, creyentes y devotos, donde la madre (Maria Bello) vive la situación de manera triste y depresiva, unida a la cama por el fuerte dolor que la pérdida de su pequeña ha creado; por otro ladre tenemos al padre, Keller Dover, un excelentísimo Hugh Jackman, que sin llegar al nivel interpretativo de Sean Penn se le aproxima demasiado, con una actuación que podría suponerle el primer Oscar de su carrera; él es el vivo retrato de un padre que es capaz de hacer lo que sea por un hijo, capaz de romper con su moralidad para hacer lo que cree correcto, saltándose las leyes y aplicando las de un padre herido y lleno de furia y rabia; la mejor actuación de Jackman y probablemente la del año.

Por otro lado tenemos a los Birch, un matrimonio compuesto por unos buenos Terrence Howard y Viola Davis, otra forma de vivir la situación, pero igual de comprensible que en el caso de los Dover.

Tras las dos familias nos encontramos con el resto del reparto, donde tras la de Jackman, están las mejores interpretaciones. Jake Gyllenhall, Melissa Leo y Paul Dano completan un reparto bueno de por sí para redondear la película. El primero interpreta al detective Loki, encargado del suceso, un policía que ha resuelto el 100% de sus casos de manera implacable, un halo de esperanza en la vida de las dos familias. Una magnífica actuación del protagonista de Donnie Darko, que aquí se muestra mucho mejor y en un papel diferente al que vimos en Zodiac de David Fincher. Paul Dano, interpreta al sospechoso principal del caso, brillante y en un papel difícil y duro, y que bien podría suponerle su primera nominación al Oscar, su Alex Jones sufre y “hace sufrir” durante gran parte del metraje, él y Jackman aparecen juntos en las escenas más duras y brillantes de la cinta. Junto a él y como apoyo del chico está Melissa Leo, irreconocible en su papel de tía ficticia, una muy buena actuación, a las que ya nos tiene acostumbrados, pero eclipsada por las de Jackman, Dano y Gyllenhall. Un trío que bien podría ser el de Mystic River, similitudes no le faltan, el padre que pierde a la hija, el policía que realiza bien su trabajo y el sospechoso “especial”, muchas cosas parecidas pero con grandes diferencias que hacen que Prisioneros sea una de las mejores cintas en su género.

Si las actuaciones son brillantes, cosa que no es de extrañar con semejante reparto; la dirección está a la altura, Denis Villeneuve ha llegado a Hollywood para quedarse, la influencia de David Fincher en él es más que clara, y como buen cineastas ha sabido plasmarlo muy bien en pantalla. La fría atmósfera en la que nos sumerge, la lluvia y los bosques, y los planos y secuencias tan bien montados y planeados hacen destacar aún más el suspense del film. La fotografía, a cargo de Roger Deakins, un habitual de los Coen, ayuda a crear ese clima de 10 en la cinta.

Villeneuve nos secuestra y angustia durante más de dos horas, nos hace sudar y nos agota, para finalmente dejarnos extenuados y con la satisfactoria sensación de que acabamos de ver una gran obra del cine. Sin duda uno de los thrillers del año. Sobresaliente.
prosikito88
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