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Críticas de Fernando Garín
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Críticas 47
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
7 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Recuerdan las enseñanzas de nuestra última gran crisis? Sí, la de 2008, esa que duró casi diez años y nos mostró las consecuencias del crecimiento especulativo deshumanizado y los efectos del capitalismo más despiadado. Esa que se llevó por delante a tantas y tantas personas; primero al paro, luego al banco de alimentos y, en el peor de los casos, a la muerte civil. Todos aprendimos que otro modelo económico más justo era posible, ¿no?

“Hogar”, otra de las oportunidades que nos ofrece Netflix que asistir a un estreno español durante la cuarentena, habla de eso. De no aprender nada. De la ostentación de lo material, de querer tener más que los demás… y de ser capaz de cualquier cosa para conseguirlo. Un veneno que crece dentro de nosotros desde que la educación neoliberal fue implantada en nuestro pensamiento. Javier Gutiérrez, cuya versatilidad interpretativa lo puede casi todo, es el ejemplo de cómo ese veneno va creciendo y creciendo en un ser humano. Y Àlex y David Pastor lo saben aprovechar para transfigurar un drama social en un thriller criminal. Mal rematado, imperfecto, abusivo; pero intrigante, ameno y poco complaciente. “Hogar” habla mejor el lenguaje televisivo que el cinematográfico. Ganaría como miniserie fraccionada en tres episodios. Y ganaría aún más con la sustitución de Mario Casas, inexpresivo, inflamado y con una pésima dicción.

No entraré a opinar sobre si estamos ante la versión patria de “Parásitos”, porque la comparación ya resulta bastante ofensiva. “Hogar” es un entretenimiento eficaz para este confinamiento. Y, sobre todo, recuerden las lecciones de nuestra anterior crisis. A las que vamos a sumar las que vamos a extraer de la presente. ¿No?

Fernando Garín (IG: fernandogarin_)
Fernando Garín
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7
23 de marzo de 2020
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El hoyo” es, probablemente, la película más conveniente para esta cuarentena. Y no solo porque su claustrofóbica puesta en escena nos hará sentirnos mucho más espaciosos dentro de nuestros propios hogares (para el que tenga la suerte de poder ocupar un sitio al que llamar hogar). Además, “El hoyo” infunde en el espectador la emergente idea de solidaridad social. Y hoy es más necesaria que nunca. Porque siempre hay gente más abajo. Porque hoy estás arriba y mañana puedes estar abajo. Porque un pequeño sacrificio por tu parte puede ser vital para mucha gente. Porque se entiende que la coacción es necesaria para garantizar un orden social justo. Y todo eso nos está pasando. Ahora todos estamos en el hoyo. Y hay que decidir si, desde tu confinación, quieres hacer un mundo mejor.
Fernando Garín
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6
28 de febrero de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con “Vida oculta” (A Hidden Life, 2019) llega el décimo y siempre esperado largometraje de Terrence Malick. Pocos directores son tan esperados y generan tantos aplausos y decepciones después de sus estrenos. Eso sí, el realizador texano ya no juega a sorprender, sino a versar sobre los mismos temas. Su formación filosófica (llegó a comenzar una tesis sobre Heidegger en Oxford) es fundamental para entender el sentido de su cine.
Con base en la historia real de Franz Jägerstätter (1907-1943), Malick describe con minuciosidad la historia de unos campesinos austríacos, que ven sacudida su bucólica existencia por la progresiva nazificación del mundo que conocen. En “Vida oculta”, probablemente la película más narrativa de su director, se plantea el dilema moral de un granjero católico que debe poner a prueba su fe en tiempos muy recios. Desde luego, mucho más que hoy, cuando la tiranía de lo correcto se limita a asesinar conciencias en lugar de personas.
La de “Vida oculta” es una historia mil veces contada. La de la conciencia de un solo hombre frente a la dictadura del pensamiento único. Y el estoicismo de Franz conmueve menos que el vibrante paisaje alpino. Casi todo el mundo coincidirá en que es una narración pesada y laxa. Carece de agilidad y está demasiado engordada por la forma, donde el director encuentra su mejor vía de expresión.
“Vida oculta” es una sinfonía de la vida, o al menos eso pretende su director, que ha sabido tomarse su tiempo para deleitarnos con el lirismo de sus imágenes y la pomposidad de una música que adorna la belleza del conjunto. Incluso la elección del gran angular y el formato panorámico subordinan los personajes al paisaje. Las tres horas de duración constituyen un exceso que, unido a sus desmanes teológicos, hacen del film una obra tan pomposa como insustancial. No obstante, se puede gozar de ella como ejercicio contemplativo. Es una de esas fabulosas tartas cubiertas de fondant multicolor que sería mejor no haber probado.
Nota (6/10)
Fernando Garín (IG:fernandogarin_)
Fernando Garín
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5
5 de febrero de 2020
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Judy” (2019) se confirma como uno de los fiascos del año. Si algo parece estar demostrándose recientemente es que los biopics musicales no están a la altura que sus homenajeados merecen. Si “Bohemian Rapsody” nos dejó una visión edulcorada e insípida de la fascinante personalidad de Freddie, “Judy” transforma el ocaso de una estrella en un insustancial melodrama.
No digo yo que esperara ver en “Judy” un pedacito de la excéntrica Norma Desmond (“El crespúsculo de los dioses”, 1950) o un retazo de la magnética Margo Channing (“Eva al desnudo”, 1950). Rupert Goold ya ha dejado claro de lo que es capaz. Abundan los flashbacks superficiales y ni siquiera los números musicales están filmados gusto. Al menos esperaba ahorrarme los condescencientes mensajes que tratan de humanizar a Judy a golpe de drama para toda la familia. Pero ni eso.
Renée Zellweger no es Gloria Swanson ni Bette Davis (aunque si el segundo Óscar se confirma, la Zellweger se colocará al nivel de Bette). No obstante, su interpretación rescata del naufragio total a “Judy”, tremendamente lastrada por un guion endeble y convencional, y logra evocar algo de la magia de la incomparable Judy Garland.

En su favor hay que señalar que es una de las escasas películas oscarizables que refleja, aunque tangencialmente, la realidad LGTBI. La entrañable pareja de incondicionales seguidores de Judy aporta un punto de veracidad sobre la situación de los homosexuales en la Inglaterra de los años sesenta. Y, de paso rinde homenaje a las legiones de fans gays que dejó su brillante carrera artística.
“Judy” pasará al apartado de crímenes cinematográficos recientes contra estrellas de la música, probablemente junto a “La Vie en Rose” (2007) y “Bohemian Rapsody” (2018), grotescas caricaturas de los fascinantes Edith Piaf y Freddie Mercury.
Es el nefasto intento de rendir culto a la gran Judy Garland, una niña prodigio explotada y devenida toxicómana cuya potencialidad como personaje era muchísimo mayor. Y eso es lo que más duele: saber que podía haber mucho mejor.
Fernando Garín (IG:fernandogarin_)
Fernando Garín
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8
25 de enero de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Jojo Rabbit” no ha dejado indiferente a nadie. Hay división entre los que alaban su emotiva originalidad y aquellos que la acusan de ser una parodia absurda con exceso de sentimentalismo.
Lo cierto es que goza de una originalidad sorprendente. Su singularidad, hoy más que nunca, es un verdadero tesoro. “Jojo Rabbit” es una de las apuestas más arriesgadas de los últimos tiempos. Acierta de pleno echando mano de la comedia negra y la dulzura infantil para abordar la barbarie. Y desprende una honestidad apabullante.
Se lanza a la carrera de los Oscar junto a “1917”, ambas como las grandes historias sobre la sinrazón de la guerra. Pero el film de Waititi contiene un mensaje antibelicista mucho más potente y genuino que el de Mendes.
Es una satira sobre el nazismo y la guerra que te desarma con su fabulosa ternura. Si se toma en serio, queda grabada en el alma.
Roman Griffin Davis, del que injustamente se ha hablado muy poco, guía al espectador con su fascinante gestualidad y su destreza interpretativa. Es un derroche de cualidades que está al alcance de muy pocos. Su papel como Jojo está entre los mejores trabajos actorales infantiles de la década.
No dejen de verla. Se convertirá en una película de culto.
Fernando Garín (IG: fernandogarin_)
Fernando Garín
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