A pesar de conocerse el final, la serie no pierde en emoción, pues el realidad nunca ha pretendido ocultar que se trata de la historia de una fuga, sino sorprender con el 'por qué' y el 'como'.

La acción transcurre lenta, con pequeños avances y mil contratiempos, lo cual dota de realismo a un argumento ya de por sí complicado. Es precisamente el cuidado de los detalles y los 'flash backs' aclaratorios, lo que hace que el espectador se involucre en cada acontecimiento, y se frustre incluso con cada contratiempo.

Un cartel de secundarios de lujo, enriquece más si cabe un elenco trabajado al detalle y elegido minuciosamente. A destacar la apariciín de Stacy Keach (¿quién no recuerda al gran Mike Hammer?), recuperado para la pequeña pantalla, y el retorno del malogrado John Doe "Dominic Purcell".

A Sly no le gustaba el final en el que dejaba a su gran 'alter ego', de modo que pensó que no habría mejor final que uno creado por él mismo. Y, sin embargo, se equivoca sobremanera.

La película se llena de tintes amargos y simplistas, para dejarnos luego con un sabor agridulce en un final descafeinado y pasteloso impropio de un campeonísmo de los pesos pesados.

Se aprecia, sin embargo, el trabajo de Stallone, cuyo físico en la película aguanta el rigor de los años en una medida digamos que decente, incluso el esfuerzo en dignificar con una historia un final que, por la propia concepción de la película, nunca sería honroso, pues es precisamente el darle un final el motivo de la misma.

En resumen, película para fans de la saga a quienes les pueda el recuerdo de la misma frente al sentido crítico. Destinada, en fin, para románticos de Rocky Balboa.

Película entretenida, con alternancia continua de roles entre los protagonistas, en un tiempo en el que el truco lo era todo, lejos de los grandes artificios de la actualidad. Gran puesta en escena y un más que notorio casting, en el que la relevancia de los nombres se ve eclipsada por la entrega al personaje, son argumentos más que suficientes para ir a verla.

Salvando alguna pequeña 'fantasmada' para justificar lo que de otro modo sería imposible, la película te engancha en lo evidente de la apariencia, deja que juegues a crear tus hipótesis, para demostarte luego que, en el fondo, no has descubierto nada.

Comedia romántica clásica en la realización y divertida en el argumento.

Un casting potente en el panorama cinéfilo actual, al servicio de una comedia, parece siempre demasiada tela para poco traje y, sin embargo, el resultado demuestra que, cuando menos, ha sido acertado.

Cameron Díaz vuelve a recordarnos a la que otrora nos había conquistado con su ingenua ternura en películas como "La boda de mi mejor amigo" o "Algo pasa con Mary". Kate Winslet, al más puro estilo "Bridget Jones", resulta algo menos creíble, por lo excesivamente autodestructivo de su papel, aunque su interpretación es meritoria. Jack Black demuestra que en el mundo de la comedia, su sóla presencia es un buen punto de partida, pues llena la escena, y quizás el menos sobresaliente sea Jude Law, pues el papel de 'guapo' suele conllevar esa consecuencia. Pero aún así, no resulta cargante y, por momento, incluso llega a evadirse de esa imagen.

Con todo, comedia agradable que merece la pena ver.