De pequeño me gustaba jugar con los playmobil y mezclar indios con piratas y caballeros de la edad media.

Me tiraba al suelo y esparcía un cubo grande de detergente que tenia lleno de juguetes y me montaba épicas batallas que duraban toda la tarde, hasta la hora de cenar; Sintiéndome un poco como "el Ser Supremo" de la creación como mencionan en la película.

Terry Gilliam siempre ha conservado ese espiritu de niño jugando con sus juguetes e hizo una película llena de imaginación y aventuras ideal para volver a los sábados por la tarde delante de la television y sentirte de nuevo como aquel niño tirado en el suelo rodeado de juguetes.

Que pelicula tan impresionante y como me ha hecho comprender y entender lo que incita a un hombre a tunear su coche, dejándose ya no solo sus ahorros, sino los de su novia.La motivación por sobresalir del conjunto de la masa, que van por la calle con sus coches normales, con sus ruedas sin llantas, con sus cristales sin tintar, sin alerones ni gracia ni alegría, llevando una vida tan triste, así no se puede competir en carreras donde tu novia conduce el coche y tu te montas en el capo, y por lo tanto no experimentaras la emoción ni la adrenalina que supone el riesgo de abrirte la cabeza (pobres personas normales).
La protagonista viste de esa forma tan elegante y discreta para sobresalir de las demás mujeres que le rodean, que son unas horteras y visten como unas putas, pero ella es especial; sabe escribir (escribe un diario) y además quiere ser actriz, además de querer mucho a su novio por su individualidad, por querer sobresalir de la media con su coche tuneado y por sus buenos modales y su respeto hacia ella.
Además es una pobre cenicienta de suburbio, que vive en mitad de un descampado con su padre y su madre (andaluces emigrados ambos, sino no podría el director resaltar su pobreza y su humildad)

Una película en definitiva que incita a los adolescentes a no ser uno mas de la masa, tunea tu coche, escucha reguetón, vete a la discoteca y drógate, habla, viste y piensa como ellos y así serás una Juani, ese es el camino para una completa felicidad y serás original

Toda una revelación y un cambio en mi vida, voy a tunear mi bicicleta.

Creo que la encargada de servir la Coca Cola y las palomitas en mi cine habitual, recibió instrucciones precisas de envenenar mi Coca Cola con L.S.D y crear un coctel lisérgico con el que ver esta película.
Sino no se explica el estallido de colores chillones escupidos por la pantalla, luces de 40.000 colores deslumbrándome y figuras geométricas martilleando mi derretido cerebro, joder, hasta creo que en mi delirio vi un chimpancé que me hizo temer que en realidad estuviera trasplantado en el cuerpo de Zopilote, dada su afición por los monos.

Carreras de coches en circuitos de loops infinitos, giros en el aire imposibles, peleas entre personajes a cual más estrafalario y cargante con fondos extraídos de la mente de un dibujante manga esquizofrénico y una Christina Ricci que me pareció voluptuosa, algo que no me había ocurrido nunca, enfundada en un vestido rojo y unos tacones.

Me sentía como un bebé tumbado en su cuna y viendo esos artilugios que cuelgan de ellas, llenos de colores, sonidos y figuras, pero consciente de que ya no soy un bebé en absoluto, razón por la que creo que alguien puso L.S.D en mi bebida, porque si no, no se explica que pueda ver esta película (y os acuso a vosotros/as Wachowskis.

Un pajillero en toda regla por su obsesión por las pelotas, el titulo de esta película significa literalmente hermanastros, y el pajillero del traductor que sin duda sufre un síndrome de Peter Pan del mismo tamaño que el de los protagonistas, introduce la palabra "pelotas" sin venir a cuento, le debe parecer muy graciosa dicha palabra y aprovecha cualquier ocasión para usarla.

Ocurre igual con películas como The Rocker (un rockero de pelotas lo titula el prenda), Mr Woodcock (cuestión de pelotas), National Lampoon's Cattle Call (un casting de pelotas), The Bad News Bears (un pandilla de pelotas) y Up and Under (no hay pelotas).

Supongo que una de las razones para colocarle ese titulo será por la escena en la que uno de los personajes restriega sus genitales sobre la sagrada batería perteneciente a su nuevo hermanito postizo.

Gran banda sonora con temas de Vampire Wekeend o Dilated People y tremendo momento el del video musical al mas puro estilo Big Daddy Kane o Ice-T (antes de Law & Order, claro).

Extrapoint para las sanguinarias y realistas peleas y para las sesiones de karate que se marcan, sin duda coreografiadas por un experto en artes marciales.

La razón por la que estas dos bestias gigantes se pelean no es por instinto depredador ni por supervivencia, es simplemente por ver quien conquista el corazón de Lorenzo Lamas. Aunque este razonamiento no se advierte con una simple mirada al film, requiere una especial sensibilidad cinéfila como la mía para llegar a tal conclusión.

La película, que según he podido saber esta rodada en la bañera de la casa del director, se le ocurrió una tarde comiendo palomitas mientras veía documentales de Cousteau y Tiburón, lo que le provocó un cortocircuito en el cerebro que le llevo a idear este film con el inconfundible aroma de salido directamente en DVD y depositado finalmente en la basura.

Extrapoint para Deborah Gibson que no acusa para nada 20 años de felaciones en producciones porno y actúa decentemente sin abrir demasiado la boca.