Las temporadas de la hermana mayor American Horror Story eran irregulares, las había buenas y no tan buenas. Con esa premisa quise dar la oportunidad a este segundo episodio de AHS tras aburrirme atrozmente con el primero que además era doble.

Pues bien, no hubo suerte, este episodio es aún más bochornoso si cabe que el primero. Para empezar han copiado la base del episodio "El fin del mundo en 35mm" de la serie Master of Horrors de John Carpenter, pero con un guión muchísimo peor, más explicito, infantil, sin dejar nada a la imaginación y por si fuera poco con actores que dan vergüenza ajena.

El episodio de Carpenter estaba bien construido, mantenía de principio a fin un suspense y ambientación sublimes, además contaba con Norman Reduus (el de Walking dead). Sin ser una obra maestra este sí era un episodio que se dejaba ver y muy bien además.

¿pero esto? Una y no más Santo Tomás.

Por alguna extraña razón, el tema de los asesinos en serie nos gusta, y Netflix se ha dado cuenta de ello, por eso nos ha engordado su catálogo con todo tipo de material relacionado, desde documentales, grabaciones, confesiones y series como 'Mindhunters'.

La serie aborda la creación por parte del FBI de la unidad de 'fuerzas del comportamiento', unidad policial que por primera vez utiliza métodos de psicología moderna (la de los años 70 eso sí), antes mal vista por parte de las fuerzas policiales porqué ellos veían a los malos como malos ya ya está, no hace falta irse a razones de porqué son malos, son malos porqué lo digo yo y punto.

Y entre la lucha de los reaccionarios a los cambios, la introducción de los nuevos métodos que incorpora la entrevista sistemática a asesinos en serie para saber que demonios tienen en la mollera, y cosas así va discurriendo de forma muy entretenida esta serie.

No entiendo porqué no sacan más temporadas.

En fin, abrazos.

No había visto derroche de mala leche por parte de unos guionistas desde el documental 'Justin Biever: our world', pero en este caso la mala baba no va proyectada contra el espectador sino contra la familia de protas.

Podría parecer que la serie es una reflexión contra el racismo pero es que se ceban contra ellos de forma mala, casi parece que lo gozan (los guionistas), ¡Por Dios!

Hay varias escenas que personalmente me parecieron muy desagradables.

Y el final de la serie es para mear y no echar gota.

En fin, que si queréis una serie INTENSA 'Them' es para vosotros.

Tengo un sentido de la lógica bastante extraño. Pienso "Si una serie lleva más de 10 temporadas y hay tanta gente viéndola pues tiene que ser buena de narices". Pero luego pienso que puede ser un factor económico o eficiente. Como cuando te estás leyendo un libro aburrido de narices pero llevas más de la mitad y dices "después del tiempo invertido tendré que acabármelo ya".

The Walking Dead es un producto totalmente representativo de la cultura pop, irregular pero efectivo, no arriesga ni un milímetro porque se basa en los algoritmos que funcionan. Sigues viendo un capítulo más porque presientes que en el siguiente algo radical ocurrirá. Luego quieres ver la siguiente temporada para conocer a los nuevos personajes y los nuevos escenarios.

Pero la fórmula es la misma temporada tras temporada.

Y si funciona ¿por qué cambiarla?

Un abrazo.

9 años he tardado en ver Kill Bill, cuando vi que el niño malo de Hollywood había hecho una película de artes marciales no llamo el ir a verla. Me gustan las pelis de Bruce Lee pero reconozco que en la mayoría me gusta pasar a las escenas de combate a excepción de Operación Dragón que me parece que tiene un guión más sólido. Después de ver Malditos Bastardos que me pareció excepcional, decidí darle una oportunidad a esta cinta y me lleve una de las sorpresas de mi vida. Todavía me pregunto ¿Cómo me ha podido tener sin pestañear una película sin apenas guión? La belleza visual de la película sobrecoge, la historia simple a más no poder es contada con ese toque Tarantinesco que hace que cada frase, de cada personaje peculiar a más no poder sea dicha con esa gracia que solo él sabe dar, todo adornado con música Morriconiana mezclada con la estética de las pelis clásicas de Kung-fu, adornadas con toques mangas japoneses y todo ello metido en una cubitera batido y listo para servir... Tarantino en estado puro, puede que no se parezca a otras pelis de Quentin con un guión más elaborado, pero el milagro de Quentin no es el fondo sino el medio, y ahí demuestra que no tiene rival. La historia no importa, lo que importa es que es contada de forma tan impresionante que al final nos engancha con su fotografía, su música, sus personajes. Palomitas en estado puro.

Con Tarantino no nos vale preguntar ¿de qué va la Peli? simplemente "la hizo el Genio"