Es la hipocresía y el cinismo llevado al extremo.
De cómo una celebración del patriarca deriva en una serie de revelaciones familiares determinantes en el trascurso de la velada.

Sí, eso fue lo que pensé nada más ver los títulos de crédito.
El director podría haber avisado que en vez de una película hizo un documental pasteloso, con voces susurrantes que parecen provenir de la cienciología.
No sé si soy yo, que soy un poco pejiguera, pero cada vez que hablaba un voz en off... me crispaba los nervios. ¿No pueden hablar con un tono normal? ¿Toda la película así?
Lo que decía... un coñazo.
He de decir que a nivel visual es muy bonita, pero... qué quieres que te diga. Terrence, te has lucido con el guión. ¿Ibas fumado?
Puede que sea una cazurra y sea un obra maestra que mis humildes sentidos no saben captar, pero tanta metáfora, tanto misticismo... No me va.

Lo único que te engancha en esta maldita película son los primeros 5 minutos.
Pero los actores principales la destrozan. Los diálogos son de niños de párvulos, y tratan al espectador como si no tuviera cerebro.
No tiene sentido absolutamente nada.

Realizada desde un punto de vista angustioso, claustrofóbico, te adentra en un mundo interior sin igual.
Un canto a la vida.
Un grito a la esperanza.

Es sencillamente insuperable.
Es necesario verla en V.O.
Guión, fotografía, interpretación... Todo un 10.
Gracias, Yimou!