Tendo que decir, antes de empezar, que las películas narradas consiguen introducir al espectador dentro del film y seguir su historia sin despegarse del asiento. Pues bien, la narración en esta ocasión roza lo sublime, le quita dramatismo a la historia por momentos y te hace caer abajo en otras ocasiones y lo remata con una moraleja final que no resulta paternalista ni rotunda simplemente es realista.

Estamos ante un film extraordinario, Ray Liotta, Robert de Niro y Joe Pesci simplemente están impresionantes, el guión y la secuencia de acontecimientos son progresivos, por lo que nunca da la impresión de que le falte o le sobre nada a la trama y si además le añadimos un inspiradísimo Scorsese estamos ante la mejor película de mafia de la historia del cine.

La película habla de muchas cosas como la familia, el respeto o el honor, todos ellos tratados de manera en ocasiones jocosa y en ocasiones solemne. También habla acerca de la caida y el ascenso del hombre, diciendo como una persona decide escojer el camino fácil para llegar a lo más alto de la manera más rápida posible y las consecuencias que acarrea para la misma; esto sin caer en tópicos ni en obviedades.

El paso de la historia dará la importancia que tiene a este largometraje de Scorsese y lo colocará en el lugar que le corresponde. Insuperable Scorsese.

Esta película demuestra como con un guión sencillo, una dosis de humor y unos toques de acción se puede realizar una extraordinaria aventura llena de colorido y emoción.
Carpenter da en el clavo en esta ocasión firmando la que sería con toda probabilidad su mejor obra y se convertiría a la postre en todo un clásico del cine de acción. Además la película ha envejecido bien, exceptuando algunos de los personajes malvados de la trama en la que a diferencia de otras películas del género buscan más hacer reir que dar miedo.
En definitiva una película entretenida y entrañable para los que la hayan visionado en el momento de su estreno.

Se trata de una cinta de terror psicológico asentada bajo estos tres pilares:

1. Actuaciones más que aceptable de Peter Mullan, David Caruso, Stephen Gevedon y Josh Lucas.

2. Perfecta puesta en escena del hospital psiquiátrico en el que se desarrolla la acción.

3. Dirección magistral.

El resultado es una película de mucha tensión, muy interesante que tiene algunos fallos por culpa de un desenlace no demasiado bien resuelto. La dirección es impecable, la manera que tiene el director en convertir un hospital psiquiátrico abandonado en el auténtico protagonista de la película es absolutamente genial. Mucho ojo a este director hará cosas a tener en cuenta.

Tiene algún que otro "pero" como que tan fantástico y aterrador escenario daba para más, y que el intento por parte del creador en profundizar en la personalidad de los personajes no está del todo conseguido. Por lo demás me parece un película muy por encima de la media, es un largo filmado de una manera convencional; pero muy consistente, con actores muy profesionales sin caer en tópicos. La trama funciona, el guión está perfectamente estructurado y es coherente sin errores. En fin la recomiendo para todos aquellos que os guste el cine de terror.

Me parece que el cine contemporáneo está muerto y actualmente estamos presenciando su funeral. Esto no quiere decir que de vez en cuando aparezcan obras como este film que den indicios de que el séptimo arte todavía puede sorprendernos, emocionarnos y darnos buenos ratos.

Aronofsky ha hecho una película acerca de la vida y la muerte con una sensibilidad fuera de lo común desde tres perspectivas diferentes que al final llegan a un mismo destino. Técnicamente me ha parecido soberbia, sobre todo en dos aspectos: la banda sonora es sublime, ayuda a comprender la sensibilidad con que está contada la película y por otro lado el manejo de las luces. Creo que este último aspecto técnico del largometraje no había sido tan bien manejado desde la famosa y también vapuleada por la crítica Barry Lindon.

En definitiva un espectáculo de luz y sonido con una historia bien contada consistente y con tintes surrealistas en el sentido más positivo de la palabra.

Son este tipo de películas y este tipo de cineastas en peligro de extinción los que dan un soplo de aire fresco al cine en nuestros días.

Esta película consigue superar a la primera entrega en mediocridad y lo consigue con creces, Tobey vuelve a ser el actor soso y con cara de póker que nos decepcionó en la secuela; Kirsten Dunst es una actriz que da igual el papel que haga siempre lo hará de la misma manera insulsa y cursi.

Se han cargado de golpe el personaje del Dr. Octopus ya que si alguien leyó algún cómic nadie imaginaría a Alfred Molina interpretando ese papel.

La ciudad no recuerda para nada el ambiente hóstil del cómic, el guión es plano, la pélícula no avanza simplemente cae en el sentimentalismo, impropio de Sam Raimi, una y otra vez.

Lo único destacable resulta el cameo de Bruce Campbell, recordando lo que era el cine, en los tiempos de Evil Dead o El ejército de las tinieblas, y a lo que nos está conduciendo el cine actual, sin ideas y sin dejar huella en el espectador.