Tal vez peque de extrema fidelidad, pero eso es lo que pretendía. Por lo demás, un excelente trabajo de Robert Rodríguez que se lo pasa pipa jugando con sus grabaciones en la sala de postproducción y más lo disfrutamos nosotros.
Personajes y ambientes oscuros con carisma de tebeo y sin escrúpulos, violencia artística, historias salvajes, fotogradía y resolución de fábula...
Sobretodo la adorarán aquellos que se hayan molestado en leer algún comic de la serie. El resto también, pero quizá les resulte un pelín aburrida.

¿Cómo me pude aburrir tanto? Reconozco que me he llegado a entretener con tonterías que dan lugar más a la carcajada que a la seriedad ("Doom", "Destino final 3"...) pero es que incluso con estos ejemplos me he entretenido más.
El reparto es bueno y la idea, aunque nada original, podía haber dado pie a un par de horas de entretenimiento.
En serio, cuánta estupidez...

No os equivoqueis. La película me ha gustado, sólo que no deja de ser una deja vu de películas como "Los Otros" o "El sexto sentido". Cierto que consigue escenas escalofriantes, con sus subidas y bajadas de sonido, escenarios sombríos, imágenes macabras... sin dejar de lado, cierto ello, tiempo para el drama y la emotividad.
La película, de precioso acabado, no llega a sorprender. Sus intérpretes están bien en sus roles, el pulso narrativo es pausado pero no aburrido y el crescendo de la película está bien medido, teniendo su punto más álgido, para mi gusto, en el juego infantil fantasmagórico.
Bayona nos muestra durante la primera parte del film las cartas con las que va a jugar, incluido los primeros segundos fundamentales del film, y a partir de ello crea un puzle tenebroso pero, que al ser un tema tan explotado, aun con sus propios méritos, no puede pasar del interesante.
Así pues, aunque haya parecido lo contrario, yo recomiendo su visionado en las salas. No es una mala película ni un mero "remix", pero tampoco es la gran película que se había predicho.
"El Orfanato", de epílogo sobrante, gustará a gourmets del terror, pero defraudará a los amantes de la buena construcción de un drama que no se preste simplemente al susto.

Odiada por muchos, amada por otros tantos. Una cosa sí es cierta, y es que esta cinta no deja indiferente a nadie. Es aquí quizá donde radica uno de sus mayores logros.
Últimamente nos vemos rodeados de películas que vienen a contar lo mismo una y otra vez desde diferentes perspectivas (remakes, adaptaciones, continuaciones, mismos temas a tratar...) .Lo que nos oferta esta película es, al menos para mí, algo novedoso.
Un viaje al interior del alma, pura abstracción de pensamientos y sensaciones. Tal vez por momentos no se pueda definir o explicar claramente lo que estás viendo, pero lo que sí sabes es que te llega adentro y te enternece.
Aronofsky apuesta y gana con una película que no está rodada al gusto de todos. Una poética película que deja poso y queda grabada en la mente del espectador durante mucho tiempo y con las ganas de volver a verla para no dejar escapar detalle alguno. Sus imágenes ciertamente me causaron gran emoción hasta el punto de estallar en su tramo final.
Podría dar mi interpretación de la película, qué idea nos ofrece sobre la vida, sobre la muerte y la eternidad. Pero no dejaría de ser una interpretación, pues el film está abierto a cualquier tipo de lectura.
Las interpretaciones me parecen sublimes, en especial la de Hugh Jackman, por supuesto, que se lleva su total protagonismo con un personaje estructurado en tres tiempos. Un sufridor invencible que no descansa por salvar a su enferma mujer.
A destacar el expresionismo de Aronofsky (todas las imágenes encierran una gran fuerza y belleza), la poderosa fotografía y la sencilla pero preciosísima banda sonora de Clint Mansell.
Entiendo a sus detractores, pero es que no es una película para todos los gustos. Hay que tener la mente abierta para verla, pues no es puro entretenimiento sino un planteamiento sobre la vida en sí. Y ese tema requiere mucho esfuerzo, tanto para contarlo como para escucharlo.
Para concluir, destaco su apoteósico final, el fin del viaje de los tres personajes protagonistas. Magnífico.

“Ben Affleck es a la buena interpretación lo que un pepinillo cocido a la alta cocina” (Antonio Gasset). Quizás tenga razón, pero en esta ocasión Ben Affleck nos demuestra que sí conoce el tema de que va el cine. Hace tiempo escribíó un guión excelente junto a su amigo Matt Damon... Ben, ¿por qué dejaste de escribir? ¿Por qué no seguiste en la misma trayectoria y te pusiste a actuar? Tal vez fuera para que follaras más, no lo sé. Pero dos de dos demuestra que "El indomable Will Hunting" no fue un accidente (ni sólamente fruto de Matt Damon, como muchos piensan).
No sabría cómo hablar de la película. Su guión es sólido y sin huecos, la dirección sobria, de pulso pausado y de tono creciente hacia el anticlimax. Emociona sin recurrir a trucos fáciles (el secuestro de una niña puede dar a mucha sensiblería fácil), pero se mantiene frío desde la perspectiva del protagonista.
Casey Affleck realiza una actuación portentosa de un personaje que sin duda es lo mejor de la película. Su progresión moral y emocional es totalmente creíble y es resuelta de forma brillante. Ed Harris también aporta su grano de arena relagándonos un monólogo de dudosa pero fuerte moral (al fin y al cabo estos son los mejores, y no aquellos con los que todo el público quede contento) que pasa a ser de lo mejorcito del film. Y Morgan Freeman, como siempre, paciente y eficaz.
La cinta es más que una película de policías y secuestros. el tema al que da pie (el enfrentamiento entre justicia, venganza y lo que para cada uno es lo correcto) es realmente jugoso y bien llevado a cabo.
El final, de excelente idea, sería reprochable por la forma apresurada y simplista con la que se narra, pero no está construido en base a la sorpresa, sino al servicio del verdadero núcleo de la historia y de lo que se nos quiere contar.
Pero bueno, me vale; esto quiere decir que a Ben Afflek todavía le queda por mejorar y yo le invitaría a que intentara superarse a sí mismo porque se le podría augurar una carrera de éxitos si siguiera en la misma línea.