Evidentemente, JW es un héroe contra el mal (que se organiza, se desparrama, se socializa y hasta se politiza) cuyo único objetivo es sobrevivir porque el 'mal' no se puede permitir tener alguien así entre sus 'filas' (completamente equivocado el estúpido 'mal'). Pues eso: la violencia puesta al servicio de la desinsectación y desinfección de las calles de cualquier ciudad del mundo donde las cucarachas (con perdón por estas 'periplanetas americanas -ya que negras no quedan-) pululan a sus anchas corrompiendo al planeta con sus crímenes organizados (drogas, armas,hetairas proxenetizadas, etc); no obstante, violencia que a falta de 'justicia' es sumamente necesaria. John es nuestro adlátere inverso si se quiere, pero que necesitamos, de vez en cuando, para evadirnos de la sordidez insoportable y frustrante del mundo que nos rodea.
Peli, en su género, de diez.
Para adultos (que no mayores de 18): a buen entendedor...

Es curioso lo que una película puede llegar a hacer. La ví cuatro veces en la gran pantalla; me compré el dvd en cuanto salió; la he vuelto a ver en las diferentes cadenas de tv; y, al fin, aprendí francés para deleitarme en el idioma vernáculo al uso. Han pasado ya muchos años desde que tuve el privilegio de visionar esta pieza maestra -casi ocho años- y, siempre que he podido, he intentado ser yo, es decir, amante de la misantropía más cotidiana, de los silencios de mi habitáculo, de las soledades más irrompibles...; sin embargo, cada vez que intento respirar y no puedo me percato de algo que me estremece sobremanera... Sigo siendo Ella...

La llave es: el sin-aliento en la nuca de Amelie

The I

Esta delicatessen de película se merece contar entre los anales del mejor cine español de siempre. Empezar a vivir realmente el amor está muy por encima de 'un esperar algo a cambio'. En este maravilloso metraje (en todos los sentidos: topos, música, luz, penumbra... y el magnífico elenco de actores) podemos experimentar, tal vez no tan lejos de nuestras propias vivencias interiores, que cualquier relación en principio 'objetal' puede tornar bellamente 'objetiva' y sublimar, por ende, todos los prejuicios propios y extraños que se pongan por delante. Aquí se demuestra que el darse en extremo está infinitamente por encima de cualquier tipo de egoísmo. No obstante, aunque se sufra... hasta el final. Hermosa tragedia.

El mayor bodrio que he visto en mucho tiempo. Tan mala como el libro...o más. La interpretación -sobre todo de las 'actrices'- esperpéntica, si cabe.
No merece la pena ni ver el trailer.

¿Por qué un clásico de la ciencia ficción torna en una amalgama pseudo religiosa con tintes eco-inclusivos que nada tienen que ver con él -con el clásico-? Mucha estética renderizada hasta el extremo con un guion pedante y pretendidamente 'contemporáneo' y una decepcionante asepsia por parte de unos actores patéticos hasta decir basta. Nada que ver con 'Dune', la de Sting, vamos. Obviable.