Simplemente, genial. El modo del que narra la guerra, confundiendo la imaginación de quienes cuentan los pasajes con la realidad, se hace palpable en cada momento (sobretodo en la escena de los perros, al principio, así como en la escena que da nombre a la película, que es indescriptible)
La animación, además, tiene un estilo tan marcado que es imposible que no guste. Simplemente genial el cómo los "zooms" van apartando obstáculos a la visión, o cómo la iluminación penetra en el mar de un modo tan natural y tan irreal a la vez.
En cuanto a banda sonora, bruta cuando debe serlo, y suave en los momentos en los que lo que importa es el diálogo. Una música que le va como anillo al dedo y unas salpicaduras de sangre que (llamadme sádico si queréis) me encantan sinceramente.
Y bueno, el final, que no voy a relatar, es simplemente inmejorable. No habría mejor forma de darle el broche de oro a semejante joya del cine moderno. Inigualable.

Sinceramente, me da igual que los que van de entendidos, hablando del "ritmo narrativo" y el "guión" dicen que es una mierda. Es una peli que no pretende ser buena. Si hablásemos de 300, con esa cantidad de presupuesto, esas actuaciones sobredimensionadas y esa pretendida seriedad... pues comprendería que se quejara la gente.
Evil Dead 2 es una película estúpida: punto. Pero ahí está su gracia. Sabemos que Bruce Campbell lo puede hacer genial: en Evil Dead, sobretodo al final, estuvo increíble. Y las tomas de cámara de Sam Raimi siempre me han gustado. Los efectos especiales... sobra hablar de ellos. Son cutres a propósito. Y los momentos de humor... venga, ¿nadie se ha reído de lo macarra que se vuelve Ash al final?
Sólo pudo decir una frase que marcaría para siempre a los duros del cine moderno:
"Me tragaré tu alma"
"Trágate esto" ¡BUM! Y es que da igual todo lo demás: el prota acaba siendo un macarra, los malos son de risa y las escenas de humor son eso: humor. Sangre y risas. Yo no le podría pedir más a esta película.

Le quito dos puntos (sí, se los quito, porque ésta película merece un diez), por dos hechos, quizá personales:
- Hay sólo un único detalle que te ayuda a discernir la verdad del final. Si no, te quedas con un interrogante sobre toda la trama (y realmente es un detalle de menos de un segundo)
- Tuve que verla un par de veces, porque mi memoria no retenía a la perfección las escenas.

Y es que es verdad, la película está hecha como un puzzle, y mucha gente ve eso como algo malo. Cosas suyas. Yo lo veo como un detalle perfecto. El hecho de que la trama principal vaya "hacia atrás", así como que el atender a cada detalle de la trama sea necesario para entender el final (si no lo haces, acabarás pensando que los personajes son bipolares o algo así), contribuye a hacer del espectador algo más que un mero "espectador". Y es así: ésta película está construida como un juego (y ésto dicho dejando aparte la enorme complicación que debió suponer el grabarla como está grabada, ya que para eso haría falta una idea muy pero que muy definida de antemano).
Los momentos en los que el actor protagonista Guy Pearce pasa de ser un hombre decidido y enfadado a ser un juguete manipulable no tienen precio. En un momento crees realmente que es alguien que lo solucionará todo. Que es un héroe. Y... a los dos segundos, ves en su cara la expresión misma del mayor desconcierto imaginable. Genial.
Otra cosa que sorprende es ver el cuerpo del protagonista, que en las primeras escenas intercaladas en blanco y negro te sirve para enlazarlo todo (como cuaderno de notas, es original, desde luego)
En definitiva, genialmente construida. Y precisamente para que la construya quien la ve.

Sinceramente, la única lengua que debería haber muerto es la del director de esta película... a ver si así nadie le seguía la corriente.
Mel Gibson intenta ser director y no lo consigue. Algo que, desde el momento en el que nos damos cuenta de que como actor tampoco vale mucho, es obvio. Su pasión por usar la lengua original de la historia (esto es, la lengua en la que se debía hablar durante el desarrollo del argumento en la realidad) puede resultar un punto a favor en su otra "película", Apocalypto (que por lo demás falla garrafalmente), pero aquí no. Aquí, lo único que se consigue es una película insufriblemente larga para las televisiones de Semana Santa, y además en una lengua que no entiende nadie.
Dejemos al lado pedanterías sobre el macarronismo del latín que se oye, como poner las decenas antes que las unidades en los números (cosa que los latinos no hacían, aunque nosotros sí), y centrémonos en una cosa: el obligar a los actores a actuar en una lengua que no entienden ni lo más mínimamente, ¿qué consigue? que no sepan entonar. Hace que los actores, en un principio no tan malos (para algo son profesionales, o eso se supone), parezcan un cura recitando la Biblia en versión original. Horriblemente horrible.
Algo también horriblemente horrible es el ejercicio de fanatismo religioso que Mel Gibson hace en esta película. Rodea a Cristo de un misticismo falso que resulta bastante penoso frente a la supuesta "cruda realidad" de la que hace gala la película en sus planos innecesariamente sangrientos (supongo que es irremediable el desbocado amor que siente Gibson por las perforaciones y los ruidos de golpes secos). Los que van contra Jesús, son todos feos, no han visto un cepillo de dientes en su vida o, en su defecto, son una turba enfurecida que corea los cantos de un fanático judío (oh, qué sorpresa... antisemitismo)
Así que, en serio, Mel Gibson... ¿pretendes que alguien se tome esto en serio?