La peor obra de Don Romero sin género de dudas. Pésimo y repelente debut en el siglo 21 para su segunda trilogía de zombis. Atrás quedan ya sus tres obras maestras y de culto mancilladas por esta cinta que se adivina ya como un desvarío de su anciana mente. Y es que en este segundo asalto de embestida artística y emocional para con nosotros, el publico mas hambriento de cine de terror del bueno y en concreto del subgénero zombi (su subgénero) ya que como bien es sabido por todos es el Dios Creador de este genérico retazo del horror contemporáneo dando paso a cientos de películas que han bebido de su brillante genialidad, unas para nuestro deleite y en gran parte de su mayoría para nuestro rotundo desencanto, lo único que consigue este señor es esbozar alguna que otra carcajada enfocada mas bien por la vertiente de la vergüenza ajena que por la comedia porque ni tintes cómicos alberga esta patochada de baja calaña, que se queda en el cajón del esperpento mas insípido junto con tropecientas mil cintas más a las que hice alusión y que no hay por donde cogerlas temerosos de quizás convertirnos en zombis gracias a tanta MIERDA.

¿Desde cuándo los zombi salen a manifestarse por sus derechos?, ¿Desde cuándo un zombi es piadoso y quiere reconvertirse en pseudohumano para llevar una vida medio normal en su pueblo o comunidad de vecinos decantándose por manjares para vivos y dejando a estos últimos sin devorar?¿Desde cuándo un zombi se muestra herido e intenta dar pena al espectador por que están masacrando a él y a los suyos?¿Desde cuándo un zombi parece deambular mas por un producto Disney para niños que por un film de zombis?

Ah!!... claro, sí ya comprendo, desde que al señor Romero le pareció tan genial y cuqui la idea, pues será muy guay para usted y para las hordas de niños (vamos… es que tan solo faltó Mickey Mouse), para mí es una autentica boñiga sin pies ni cabeza con la que da un paso atrás, si quería reivindicar un hecho social siguiendo la dinámica de sus anteriores films… ¿Por qué no lo plasmo de otra forma?...habría retornado por la puerta grande. En fin una pena y como sé que no me va a responder me olvido de esta ‘’cosa’’ liviana que tan solo puede escapar a la quema gracias a un par de momentos tensos a lo largo del metraje y a un siempre soberbio actorazo de los pies a la cabeza ,el gran ’Dennis Hopper’, y paso a la siguiente de 2007 ‘’Diary of the dead’’ con la cual usted tuvo su ultimo gran momento de lucidez, ofreciéndonos una más que correcta peli de zombis.
Pero como decían en Conan…Esa es otra historia…

Partiendo de una premisa a modo de nítido mensaje adherido: la deleznable naturaleza intrínseca al hombre no conoce piedad ni con los más inocentes y frágiles, aniquilándolos en muchas ocasiones.

Pues bien, extrapolando tan mezquinos actos a las mas tiernas edades lo que se traduce en una inusitada y cuasi onírica revancha infantil, ‘Chicho Ibáñez Serrador’ nos sirve en bandeja de oro, algo enigmático que ha transfigurado la mente de los niños, convirtiéndolos en inexorables armas mortíferas, ávidas por disfrutar con el desparrame de sangre adulta, todo ello solapado por la característica ingenuidad de los retoños. Lo cual dificulta más si cabe la tarea de sobrevivir, a los pobres incautos que caen en el infortunio de topar en aquella inhóspita y solitaria isla con los pequeños monstruitos de marras. Todo ello plasmado en escenas desasosegantes y enfermizas que enervaran al más inconmovible de los humanos,

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En una década, la de los setenta, además, donde el estandarte fílmico del país se basaba en una saturación de películas humorísticas y clónicas, (una vez mas, como no…),este Dios del genero,tuvo las agallas para romper el tópico y regalarnos semejante juego macabro de niños, sumamente sibilino y a su vez maravilloso, que a día de hoy se podría catalogar como unos de los mejores productos jamás filmados en España. Una obra maestra que ya quisieran para sí, otros tantos directores y a la cual deberían posicionar como un paradigma a la hora de elaborar cine de horror, escasa y cutre categoría en estas tierras ibéricas, azotadas por el inmenso látigo de las producciones cómicas (otra vez mas…) que han encasillado al cine español en un infinito bucle monótono y con un aura de lo mas manido.

Exceptuando, claro está, a varios cerebros privilegiados amigos del miedo, que no lo hicieron nada mal…(Amenabar,Balaguer,etc),no obstante los anteriormente citados y sus dotes artísticos, quedan flotando a años luz del genio que nos insufló cientos de sueños horripilantes en la niñez, con memorables obras televisivas como: ‘Historias para no dormir’ o ‘Mis terrores favoritos’.

‘¿Quién puede matar a un niño?’, no escatima en nada desde su modesto pedestal, ofreciéndonos una dirección sublime y perfecta, actores (aunque pocos) impecables, subrayando a una ignota pero magnifica actriz llamada ‘Prunella Ransone’ que da forma con su expresión facial a una de las escenas (destacada en spoiler) mas angustiosas de toda la ‘’peli’’ ,buena fotografía, un final de pesadilla y sobre todo buenas dosis de mal rollo y tensión, que mantendrá al espectador pegado al sillón hasta contemplar alguna de las muchas tropelías que perpetran los niñitos de los ‘’eggs’’ y que ineludiblemente obligara a más de uno o una a mencionar a la santa madre de los ‘’renacuajos’’.

Con todos estos ingredientes este gigantesco genio del cine de terror patrio logra abrumarnos hasta cotas insospechadas.

So pena de que la cinta haya pasado bastante desapercibida o por contra colgaría de ella la etiqueta de film de culto, mérito que por desgracia ostenta injustamente el film ’Los chicos del maíz’ ya que bebe sospechosamente de ’¿Quién puede matar a un niño?’, el primero por cierto, con más medios y menos chicha.



Excelente película que ha envejecido fabulosamente, una joya altamente recomendable.

Esta película es un insulto a la primera parte, un ultraje en toda regla, no hay por donde cogerla, un producto de serie z directamente que resuma falta de presupuesto y de ganas por los cuatro costados. Es más creo que el responsable de este engendro mutante debió desayunar con estramonio a mansalva ya que momentos memorables como aquel en el que la protagonista, por cierto rubia (para que luego digan que las rubias no son tontas) decide regalarnos el que se adivina como el momento más bochornoso de toda la cinta, al preguntar a su novio: ‘‘¿Por dónde podemos escapar?'', teniendo la puerta justo detrás... no se pueden justificar de otro modo. Y si a esta descomunal memez, sumamos el pésimo maquillaje, los deplorables efectos especiales, la inexistencia de tensión y que Ángela solo aparece un milisegundo con su aspecto demoniaco, el resultado es un truño elevado a la enésima potencia que lejos de crear un ápice de terror, más bien nos obsequia con alguna que otra carcajada por lo absurdo y patético del tinglado, lo cual es de agradecer tras haber perdido hora y media de vida con esta bazofia.
En conclusión Demons House es podredumbre cinefila pura y dura, cero recomendable.