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Críticas de Marco Antonio Rodríguez Porcel
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
9
18 de junio de 2008
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil hacer una película versada en deportes y que tenga una historia que resulte atractiva. Es difícil porque se suele caer en convencionalismos, en montajes tipo vídeo-clip y con la tendencia a meter la música más insoportable posible. Es todavía más difícil reunir un elenco de secundarios como los que se dan cita en esta película con un fondo sencillo, pero cargada de una gran humanidad. Redford está en su elemento, cómodo, forma parte del campo y el bate del rayo forma parte de él. Cuando la vi por primera vez experimenté, como ha dicho un amigo antes que yo, "subidones". Y los sigo experimentando. Es cine en estado puro, con una fotografía preciosista, un adecuado uso de la cámara lenta (que enfatiza, pero sin abusar), una música a ratos dicharachera y a ratos épica y un trasfondo (el de finales de la Gran Depresión y las vísperas de la Segunda Guerra Mundial) muy bien retratado. Hasta Kim Bassinger hace algo digno con un personaje (el de Mimo) que no cae bien a nadie. Si hay un referente en las películas de boxeo (y no, no estoy hablando de "Rocky", hablo de "Toro Salvaje"), ésta es, sin duda, la mejor película sobre béisbol que he visto jamás. Es algo digno de ver tanto solo como en familia, con palomitas o sin ellas... total, dejará buen sabor de boca. Imprescindible, impagable. Gracias, Levinson. Gracias, Robert. Juguemos...
Marco Antonio Rodríguez Porcel
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9
14 de octubre de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, ya he visto "Ágora". Dos veces en menos de 48 horas.

He de confesar que llevo queriendo verla desde la primera vez que vi el tráiler me sedujo, sencillamente porque el personaje principal ya me había llamado la atención cuando leí acerca de ella en "Cosmos", de Carl Sagan. Investigué, claro, en cuanto esta herramienta llamada "Internet" llegó a mis dedos. Y salió esta película. Esta película maravillosa. Le pongo un 9 porque así me quito la espinita que me dejó "Alatriste" hace años. El 8 se lo daba de calle, de todas formas.

No sé si "obra maestra" es un calificativo que le quede grande. Posiblemente, sí, pero esas cosas las dice el tiempo. Nadie hubiera pensado que cosas como "Dr. Strangelove" o "La tumba de las luciérnagas" pudieran convertirse en obras maestras, y resulta que lo son. Bastó tiempo. Tal vez Amenábar tenga suerte en este sentido con el paso de los años cuando se hable de esta película. Echo de menos algunas cosas... creo que daba para más metraje, por ejemplo. La naturaleza de la relación entre Hipatia y Orestes, en la segunda parte de la película, parece de amistad lo suficientemente ambigua para que resulte sospechosa de algo más. Echo de menos cierto rigor histórico en algunos momentos: Sinesio murió dos o tres años antes que Hipatia, ésta era una mujer de al menos cuarenta y cinco años (probablemente más) en el momento de su muerte, y parece ser que, aunque virgen, pudo estar casada con un tal Isidoro. Por más que he buscado, no he encontrado nada acerca de los parabolanos. Algunos personajes aparecen un poco desdibujados, como es el caso del propio Orestes, que cada vez que se tiene que enfrentar a Cirilo me recuerda al huérfano Oliver diciendo aquello de "¿me da un poco más, señor?" Y puede que haya cierto tufo anticlerical en toda la película, por mucho que se hable de que es un alegato contra el fanatismo, y no contra la Iglesia. Bueno... todo eso se puede perdonar.

Empezando por lo último, no hay que olvidar que hay una secuencia deliciosa acerca del corazón mismo de la religión cristiana, secuencia que podríamos denominar "el milagro del pan", cuando las manos de los desharrapados se tienden hacia Davo (casi parece que es una puesta en escena teatral) mientras él reparte pan entre ellos. O en el momento de la fuga de Sinesio en plena noche, cuando bendice a Hipatia mientras duerme. No. Antifundamentalista, seguro. Anticlerical, puede. Anticristiano, no creo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Marco Antonio Rodríguez Porcel
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10
2 de diciembre de 2008
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que más me gustó de la serie fue su ambientación. Recuerdo que, cuando la estrenaron, yo era un crío, y tuve que rogar y suplicar para que me dejaran ver una de polis de las que ponían los viernes a partir de las diez de la noche. Pero mereció la pena.

En principio, el cliché de "asesino en serie" (papel que interpreta, y se sabe desde el principio, Keith Carradine) es algo a lo que estamos bastante habituados hoy en día. Sin embargo, en la época en la que la serie se grabó, no había demasiado hecho sobre el tema. Mantener el pulso narrativo y la tensión a lo largo de más de 200 minutos no es nada fácil, pero se consigue. Las diferencias entre blancos y negros también quedan claras desde el primer capítulo, y, en especial, en el papel que juega un impagable Brad Davis hacia la mitad de la serie (lástima de pérdida, era un actor que pudo haber dado mucho de no ser por su prematura muerte). Ese aire rural, donde la ley y el Klu-Klux-Klan a veces están en el mismo lado y donde la amistad entre un blanco y un negro está de telón de fondo, es uno de los mejores logros de la serie.

Stephen Collins (Billy Lee) está algo más desdibujado, pero tampoco tenía muchas opciones, dado que el personaje que interpreta es bastante más convencional (el héroe y triunfador popular). Un aplauso para Billy Dee Williams, que supo cambiar de registro tras su papel de Lando en "La Guerra de las Galaxias", y que sabe a poco al final de la serie. En cuanto al papel omnisciente de Charlton Heston, que todo lo narra y que parece el padre de la mitad del pueblo..., bueno, era un papel a su medida, de bueno-buenísimo con pretensiones de juez y parte. La recomiendo para los nostálgicos y los que se la perdieron por ser demasiado pequeños o no ser ni siquiera un proyecto.
Marco Antonio Rodríguez Porcel
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9
18 de junio de 2006
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier guerra civil es la peor guerra posible, pero, si en ella luchan los "parias", eso la convierte en algo aún peor. Sin embargo, la lucha de los negros que participaron directamente en la Guerra de Secesión dio un carácter muy distintivo a una lucha en la que, supuestamente, el Norte quería liberar a los esclavos y luchar por los derechos de los morenos, mientras que el Sur quería que sus "chicos" se quedaran como estaban: sí, mi amo; no, mi amo; etcétera.
Aquí se toma un ejemplo basado en la existencia real del 54º de Infantería de Massachussetts, un regimiento negro comandado por oficiales blancos. He leído en alguna parte que el papel de Robert Gould Shaw, el coronel, le viene "grande" a Matthew Broderick. No estoy de acuerdo. Lo que Broderick interpreta es cómo le venía "grande" a Shaw mandar un regimiento cuando unas semanas antes era un oscuro capitán que sobrevivió (aparentemente a toda su compañía) en la batalla de Antietam Creek. Magnífica recreación de una fase de éste combate, por cierto, aunque quede la impresión de que quienes perdieron fueron los yanquis, cuando al final, al menos tácticamente, la ganaron (es posible que se deba a que finalmente la ganaron al caer la tarde, mientras que la escena de la batalla parece ser por la mañana). Buena también la caracterización de los personajes históricos, desde el mismo Shaw a Frederick Douglas, por citar algunos; buena igualmente la denuncia de que los negros eran igual de despreciados por norteños y sureños (memorable e indignante la llegada de los reclutas negros al campamento militar). El contraste entre los modales casi victorianos de Shaw y su ambiente y los horrores de los campos de batalla, del hospital, etcétera, es bastante agudo. Por cierto, en la escena del hospital hay un pequeño homenaje a "Lo que el viento se llevó", en la escena de la amputación. Los actores negros interpretan su papel más que dignamente, y aunque Denzel está algo sobreactuado, merecía el Óscar al mejor actor secundario que le dieron. Freeman tiene un papel difícil, en el que tiene que pasar de "hermano" a sargento sin que se note demasiado. En mi opinión, lo consigue; la prueba, la escena de la noche previa al asalto a Fuerte Wagner, en la que parece un predicador evangélico (amén, amén). La última carga del 54º de Massachussetts, ambientada por esa música coral, dramática (que recuerda al "Carmina Burana") es el momento más emotivo de la película, incluso más que cuando Washington es azotado ante el regimiento. Y, cuando al final se iza la bandera en el fuerte... Dios, aún recuerdo cómo se me saltaron las lágrimas.
Marco Antonio Rodríguez Porcel
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7
11 de julio de 2006
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
O así se llamaba la novela de Michael Shaara que dio origen a esta película. Shaara obtuvo su Pulitzer, e imagino que Gettysburg tambíén obtendría algún merecido galardón. Como recreación histórica pormenorizada resulta prácticamente impecable. Se nota que los extras sabían perfectamente su papel, es más, algunos lo sabían demasiado bien. Y lo digo porque coincido con la crítica predecesora en que algunos de ellos hacían ímprobos esfuerzos para chupar cámara. La caracterización de los personajes históricos no está nada mal, aunque, la verdad, Martin Sheen haciendo de Lee no me resulta del todo creíble. Sí que me lo resulta Jeff Daniels haciendo de Chamberlain (es imposible parecer más yanki, en el sentido originario de la expresión). Cuidadísimos exteriores, recreación excelente de las tácticas militares y del armamento de la época, incluso se ha cuidado al detalle el contraste entre ambos ejércitos: en una de las escenas, cuando los sureños llegan al pueblo desfilando al ritmo de "Dixie", se ve cómo algunos de ellos van descalzos, en tanto que los yankis siempre iban mejor equipados. Los únicos defectos que encuentro son dos: uno, el excesivo protagonismo de la banda sonora, onmipresente en casi todo el metraje, y que está de más en algunos pasajes, y que, por añadidura, resulta demasiado rimbombante para escenas muy duras. Otra: el comportamiento y el lenguaje de los protagonistas. Eran enemigos, pero no precisamente enemigos cordiales. Esos gestos de caballerosidad que vemos de vez en cuando no se corresponden demasiado con lo que fue la contienda más sangrienta que jamás hubo en suelo americano. En plena batalla, que el hermano de Chamberlain le pregunte a Armister, herido de muerte "señor, señor, ¿puede decirme cómo se llama, quién es?" como si se tratase de un ángel perdido, no me resulta muy convincente. Veo más almíbar que adrenalina. Por otra parte, no estaría de más recordar que la mayoría de los combatientes no recurrían a un lenguaje tan florido como el que se escucha aquí. No es que me gusten las palabrotas, pero habría visto creíble escuchar algunas de ellas. Por lo demás, se plasma bien la frase del cartel de esta miniserie: La misma tierra, el mismo Dios, diferentes sueños.
Marco Antonio Rodríguez Porcel
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