Me da igual que la falta de presupuesto la haga flaquear en aspectos técnicos, meramente insustanciales, cuando de lo que se trata es de contar una historia sobre seres humanos de carne y hueso y el guión, la dirección, y no digamos las interpretaciones cumplen sobradamente con ese objetivo tan modesto y ambicioso a la vez.

Como siga encontrándome con estos desatinos en la puntuación que esta página otorga a joyas como esta, voy a acabar haciendo apología del terrorísmo cibernético contra esta página.
En serio: tan brillante opera prima no puede despacharse con seis estrellitas. Por derecho propio la directora nobel merece un voto de confianza más generoso y los actores un reconocimiento al que no hacéis justicia.

La historia se desarrolla en un escenario hecatómbico y eso sirve a sus creadores de pretexto para reflexionar sobre el sentido de la existencia. Las malas críticas que leo por aquí de ciertas películas, lejos de disuadirme me animan a verlas. No he leído la novela en que se basa "Fin", pero el dearrollo de la historia en esta cinta resulta sorprendentemente verosimil: las interpretaciones buenas, la factura técnica estupenda, la misma dirección es elocuente y no desperdicia planos para acabar contandote lo que pretende de forma muy atinada. Eso sí, olvídense de verla aquellos que asimilan reflexión a aburrimiento, por que lo encontrarán a raudales si por diversión entienden exclusivamente manporros; escenas efectistas reproducidas hasta la saciedad en la misma publicidad que nos asedia. Acudan mejor a ver la última entrega de Bond, con más de lo mismo: dialogos estúpidos, historia casi inexistente, piruetas circenses... pero por favor, no critiquen lo que simplemente no saben apreciar. Para ese público tan agradecido a la gran oferta de cine estulto e infantiloide no está hecha "Fin".

Si el planteamiento de esta película es inquietante, su desarrollo no lo es menos. Lo curioso de las críticas profesionales vertidas contra cintas como esta es que luego se tornan empalagosa pleitesía cuando de las producciones americanas con grandes nombres se trata, leanse como ejemplo las inmerecidas alabanzas a Shutter Island.
Respecto a quienes le reprochan "no dar miedo", les recuerdo que esas expresiones y sensaciones se tienen en la más tierna infancia. Cuando nos hacemos adultos el miedo te lo provocan situaciones de peligro real, no las ficciones dirigidas al público adolescente más estulto con las que nos bombardean las productoras americanas.

Un coche circulando por una carretera; el transcurso de los días y las estaciones sobre la casa del protagonista, la emisión de un programa infantil; una piedra desplazándose por la montaña... Y yo preguntándome dónde está la metáfora, qué quiere contar el director ante imágenes tan gratuitas y soporíferas. No sé si ni cómo acabé viendo el final. Por pura desidia supongo. La curiosidad la había perdido a la media hora del comienzo.

Es un cine para adultos que sitúa al espectador ante un punzante dilema moral. El director dirige más que correctamente la interpretación de unos personajes con los que resulta muy fácil empatizar. Nada que ver la impresión que me ha dejado la película con la que se llevó un afamado crítico profesional al que no le interesaron nada las "palabras vacías en la nieve" ni "el matrimonio en crisis" con cuya crítica despachó este notable film. Ya son muchas las pífias de este señor haciendo gala de la subjetividad inherente al desempeño de su oficio. A mi tampoco me interesa su parecer. Máxime cuando luego he leído críticas suyas sospechosamente benevolentes, como la que hizo de "aquellos que deseen mi muerte", bodrio infumable al más puro estilo de la peor industria hollywoodyense al servicio de su estrella protagonista, Angelina Jolie"