Y es que la frase del título resume mi pensamiento acerca de este documental, desde que todos juntos parten hacia el "baile" comienza una notable banda sonora, con una no tan buena voz en off, pero con unos planos del mundo helado impresionantes.
Excelente documental de Luc Jacquet, director novel, pero que sensibiliza en muchisimas ocasiones el gélido (a veces) corazón humano, en parte, gracias a la música (de lo mejor del documental).
Abre los ojos, ve a ese pingüino, ve el instinto de supervivencia, ve la colectividad, ve la comunidad, ve la vida, ve la muerte, ve la desesperación, ve "lo maravillosos que pueden ser".

¡Qué fea es la palabra crítica en algunas ocasiones! La verdad es que se me da mucho mejor emplear la filosofía del martillo cuando escribo las críticas, y nunca me he visto capaz de escribir una crítica a la altura de esta película. En cualquier caso haré lo que pueda:

La película cuenta la historia de Joel y Clementine, dos "desconocidos" que se enamoran. La historia empieza a desarrollarse desde el final hacia el principio de la película, ya que Clementine acude a Howard Mierzwiak (Tom Wilkinson), un médico que modifica los recuerdos para poder sacarse a Joel de la cabeza. Joel cuando se entera hace lo mismo y podemos ver que no eran tan desconocidos como creíamos al principio.

Michel Gondry se me presentó en forma de videoclip (Star Guitar - The Chemical Brothers) y me entregó su tarjeta con "Olvidate de mí!". Es el perfecto complemento de uno de los hombres (para mí) mas creativos del planeta: Charlie Kaufman (Merecidísimo Oscar). Como bien dice "Patricia" en su crítica a "Adaptation"..."Charlie Kaufman es un genio loco!".

Los actores están geniales, y muy bien escogidos. A mi me ha gustado especialmente Jim Carrey (¿Cuándo van a darse cuenta de que a Jim Carrey no se le dan bien las películas cómicas, si no los dramas?).

La música está muy bien escogida, Jon Brion hizo bien su trabajo, sobre todo en "Row", la música que suena en una de las mejores escenas de la película (Spoil). Y no se si le pasará a todo el mundo pero para mí la banda sonora hace la mitad de una película buena.

La película a mi me afectó muchísimo, también estaba viviendo un momento un tanto "Joel" y me hizo pensar. ¿Realmente queremos olvidar? La película capta la esencia del amor completamente. Cuando intentas olvidar a una persona que amas te das cuenta de que realmente no quieres hacerlo ¡porque la amas! y da igual cuantas constelaciones te inventes o cuantos defectos tenga ella porque sabes que eso es lo que hace perfecto el momento que compartís.

Finalmente me gustaría hacer mención al título original de la película ("Eternal Sunshine of the Spotless Mind") inspirada en un poema de Alexander Pope, escribiendo los versos que salen en la película:

How happy is the blameless vestal’s lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
Each pray’r accepted, and each wish resign’d.

Que viene a significar lo siguiente (Para los que hayan estudiado en Opening):

¡Qué feliz es la suerte de la vestal sin tacha!
Olvidarse del mundo, por el mundo olvidada.
¡Eterno resplandor de la mente sin mancha!
Cada rezo aceptado, cada antojo vencido.

El otro día vi un vídeo acerca de un pintor cuyo arte consistía en poder hacer un dibujo en 90 segundos. El pintor estaba siendo evaluado por un jurado. Empezaba pintando muy rápido, un montón de trazos sin sentido. Cuando llevaba la mitad del tiempo sólo podías ver un montón de garabatos blancos sobre fondo negro. El jurado obviamente estaba tomando al pintor por un estafador. Cuando llevaba 80 segundos seguías sin poder ver nada, aunque había añadido color a su obra. En el segundo 85 tampoco veías nada. Se acababa el tiempo y el cuadro era un completo sin sentido. Lo siguiente que hizo fue girar el lienzo. Ahora podíamos ver un perfecto retrato de uno de los miembros del jurado.

Así me he sentido yo al ver esta película.

Las críticas que hago suelen ser técnicas y objetivas, pero hoy no voy a hacer esto. Es absurdo hablar de Life of Pi como una película. Sería más propio hablar de un cuento. La historia del ser humano y su comportamiento. De la compasión, el perdón, el instinto, la soledad...
Y todo contado desde un bote salvavidas.

Obviamente todo el mérito no lo tiene Ang Lee. Se trata de una adaptación de una novela. Pero sin duda aquí Ang Lee ejemplifica perfectamente lo que me dijeron al preguntar la diferencia entre un director y un guionista. "Al guionista se le ocurre la historia. El director la pinta."

La variedad cromática, casi onírica de esta película es no menos que impresionante. Las texturas, los sonidos (por supuesto, la banda sonora. Ahora entiendo por qué le ha quitado protagonismo a la banda sonora de "Cloud Atlas" (2012))... todo son regalos para los sentidos.

La clave de la película es, en mi opinión, estar receptivo y que te apetezca escuchar una buena historia. Sentarte y escuchar a Pi. Ir zozobrando durante toda la película. Querer tanto a Pi como al tigre (que por cierto, qué maravilla la animación del tigre. Chapó. Con razón ganó el premio Annie).

Pero lo importante es darse cuenta de que en esa balsa no había una persona y un tigre. Estaba toda la raza humana. El tigre es la parte salvaje, sin alma, sin preguntas, sin razones. Él solo quiere salir de ahí y comer. Suraj Sharma es la parte humana, confía en que lo que pasa tiene un motivo y se pregunta por qué. Da gracias y en su parte salvaje encuentra una finalidad en la vida.

La historia es la fusión de ambas partes en una sola. [Continúo en "spoiler" por peligro de desvelar partes del argumento].

---- Tras la parte en "spoiler"

Para mí, una de las mejores explicaciones del punto de vista de la gente que busca en Dios un sentido a su existencia. Una moraleja fantástica con un mensaje muy profundo.

Puede que lleguen al final de la película sin haber entendido el punto principal de la historia. No se preocupen. Ang Lee se encarga de darle la vuelta al lienzo.

Creo que no miento si digo que el cine surcoreano, hoy por hoy, es uno de los cines más "americanos" que hay fuera de américa. Bong Joon-ho o Park Chan-wook son un claro ejemplo de ello.

Sus thrillers (los surcoreanos) suelen ser buenos, medidos y en muchas ocasiones originales. Por ejemplo, "Madeo" es la investigación de una madre por encontrar la inocencia de su hijo ante un asesinato. Se trata del amor de la madre por su hijo, que además tiene cierto retraso mental. Si a eso le sumamos la falta de memoria del hijo, el cual evidentemente estuvo en la escena del crimen nos queda una trama que puede acabar en cualquier sitio.
Si mi hijo me falta el respeto en la mesa e incluso me grita no pasa nada, porque soy su madre y le quiero.

La música aunque no es nada del otro mundo, aparece en los momentos justos y no tiene un estilo definido. A veces delicada, a veces turbadora.
Si mi hijo le rompe el espejo retrovisor a un mercedes y por ello tengo que pagar 2000$ los pago, porque soy su madre y le quiero.

No podemos negar que el papel de Hye-ja Kim está muy bien interpretado. Incluso el de Ku Jin (Jin Tae) da el pego. La expresión de la madre cada vez que salía de la cárcel o cada vez que se tenía que enfrentar a alguien para demostrar lo que todos creían falso es sobrecogedora.
Si mi hijo asesina a una menor y la deja colgando de un tejado, yo tengo que probar su inocencia por encima de todas las cosas, porque soy su madre y le quiero.

La nota a esta película es difícil de escoger. No puedo ponerle la misma nota que a "Memories of Murder" porque esta última era realmente buena. Pero bueno, si le tengo que poner un 7 a "Madeo" se lo pongo, porque es de Bong Joon-ho y le quiero.

Entre Argentina y España sucede la obra maestra de Adolfo Aristarain y entre Argentina y España está Hache (Juan Diego Botto), un joven que tuvo la mala suerte de caer en una sobredosis y el cual es tratado como un suicida irresponsable que no encuentra su sitio en el mundo.

Su padre Martín (Federico Luppi), un amargado intelectual director de cine decide hacerse cargo de él en España. A Martín le acompaña Dante (Eusebio Poncela), un actor gay liberal enamorado de las drogas y Lucía (Cecilia Roth) su compañera sentimental mucho más joven que él.

Todos y cada uno de ellos conformando unos papeles excepcionales, desde el joven Juan Diego Botto hasta el experimentado Luppi. Se trata de una película de personajes, completamente definidos y en la cual eres capaz de sentir cómo te sientas a la mesa con ellos.

La filosofía rabiosamente actual de las conversaciones y la contundencia teatral con la que los actores las recitan son un regalo.
Cada personaje representa una serie de valores vitales. Martín es la experiencia, la inteligencia, la cautela, la soledad y el orgullo. Hache es todo lo contrario. Juventud, indecisión, no siente arraigo a nada y es aún jovial. Dante es la filosofía, la libertad, la pasión y la juventud perdida. Lucía, en cambio, es el amor, la delicadeza, la paciencia y la entrega.

Si al final de la cinta consigues entrar en esta extraña familia hispano-argentina estoy seguro de que te gustará. Si no, vuelva a verla.