Esta es una película que probablemente fastidiará a los feministas... y sólo eso ya sería una razón para valorarla positivamente. Pero hay más razones: la primera y principal es que resulta muy divertida; la segunda, que los actores protagonistas lo hacen francamente bien y se nota la química entre ellos.
Algunos han despreciado la película, calificándola como "llena de tópicos". Yo diría que, a diferencia de otras películas que no saben sino regodearse en lo vulgar y en lo supuestamente dramático, está película únicamente pretende que nos riamos (o que sonríamos) y lo consigue de manera razonablemente inteligente. Comparada con otras supuestas comedias en las que se quiere presentar como gracioso lo que es simplemente idiota, ésta sí es una verdadera comedia; no es una obra maestra, pero sí un más que digno entretenimiento.

Qué lástima ver a buenos actores (o que al menos lo fueron en algún momento), interpretando (por llamarlo de alguna forma estos personajes absurdos en una película que pretende ser cómica y que ni siquiera consigue hacer esbozar una sonrisa.
Aburrida, aburrida y aburrida hasta decir basta. Y además tontorrona, que parece ser lo que impera en las supuestas comedias de la última década.

Las secuencias rodadas en stop motion y fieles a la historia de Saint-Exupéry muestran la maravillosa película que se podría haber hecho si la película se hubiera mantenido fiel a la historia original y a la estética de sus dibujos.
Por desgracia no es así y dicha historia se mezcla y se confunde con la de una niña en el presente (¡había que introducir una niña: una historia con dos protagonistas masculinos es inadmisible hoy en día!). El resultado es lamentable. La parte de la película rodada en 3D y que nada tiene que ver con la historia original resulta una innecesaria segunda parte de "El principito", sensiblera, falaz y que abunda en todos los tópicos del cine de dibujos animados de hoy en día.
¡Lástima de lo que se podía haber hecho en lugar de una película comercial más!

Dejando aparte que Alexandre Aja dista mucho de ser Wes Craven, esta película no aporta nada frente a su homóloga de 1977. Ante al contrario, lo que en aquella era inquietante y perturbador, en esta es simplemente ruidoso, absurdo y de mal gusto.
En la versión rodada por Wes Craven en 1977, el espectador no sabe a ciencia cierta lo que está pasando hasta bien avanzada la película; en esta, todo se muestra mucho más explícitamente. No hay intriga, no hay interes, sólo hay sustos y planos que pretenden ser desagradables. Pero eso no la hace una buena película y no había ningún motivo que justificase volverla a rodar.
Para quienes quieran disfrutar de buen cine, vean la de 1977; para quienes disfruten con el "gore", mejor les recomiendo una excursión a un matadero.

Lo mejor de la película: los efectos especiales; lo peor: todo lo demás. Claro que alabar los efectos especiales de una película hecha hoy en día es tan absurdo con elogiar la caligrafía de una página escrita con una impresora laser. La película carece de linea argumental y da la impresión de que todo se ha pergeñado para justificar un par de escenas en las que Kong lucha contra los humanos y contra otros monstruos. Por otra parte, los personajes son tópicos, de cartón piedra y las situaciones a cada cual más inverosimil (ver spoiler).
En esta película, todo vestigio de la historia original sobre la atracción de King Kong por una mujer que acaba llevándole a la muerte ha desaparecido. Ahora, todo se reduce a monstruos generados por ordenador y peleas digitales. Y para colmo, ahora los monstruos se dividen en buenos (Kong y algunos bueyes gigantes) y malos (reptiles feisimos y babeantes).
Sirve para pasar el rato una tarde aburrida pero nada más.