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Críticas de La Taverna del Mastí
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Críticas 204
Críticas ordenadas por utilidad
10
13 de abril de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint Eastwood, desde sus inicios en la década de los sesenta, casi siempre se ha prodigado en papeles de spaghetti western y de tipo duro. A principios de los setenta debutó tras las cámaras con “Escalofrío en la noche” (Play Misty for me, 1973), un interesante filme de suspense que comparte bastantes similitudes con "Psicosis", el clásico de Alfred Hitchcock. Durante el periodo restante de los setenta y toda la década de los ochenta, Eastwood fue desarrollando su faceta como director (intercalándola con la de actor) de manera efectiva, ofreciendo películas enmarcadas en la acción, y en el suspense policíaco; pero fue en la década de los noventa cuando realmente empezó a consolidarse como un director de nivel, tras realizar el western crepuscular “Sin Perdón” (Unforgiven, 1992), erigiéndose como ganadora absoluta en los premios Oscar de aquel año, obteniendo cuatro (incluyendo mejor película y director). Tras aquella le siguieron: “Un mundo perfecto” (A perfect world, 1993), “Los puentes de Mádison” (The bridges of Madison County, 1995), “Poder Absoluto” (Absolute Power, 1996), y “Mystic River” (2003), entre otras; todas ellas le consagraron definitivamente como uno de lo grandes directores del momento.

Posiblemente el 2004 fue su gran año, tras volver a ganar el premio Oscar al mejor director por “Million Dollar Baby”, una soberbia cinta que combina una historia de boxeo y un profundo drama sobre la eutanasia. La película está basada en un libro de relatos cortos de título homónimo, escrito por F.X. O'Toole, del cual Eastwood adapta el relato principal (que contiene solamente treinta páginas) de forma íntegra, y escoge lo más interesante de los otros relatos, dándole entereza y profundidad a la historia. Se podría afirmar en este caso que la película supera con creces al libro.

La trama se centra en Frankie Dunn (Eastwood), que regenta un gimnasio, con la ayuda de Scrap (Freeman), un ex-boxeador que es además su único amigo. Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está dispuesta a luchar para conseguirlo. Tras multitud de negativas de Frankie, que no quería entrenar a mujeres, finalmente decide adiestrarla para que se presente al campeonato mundial y convertirla en la “chica del millón de dólares”.

Aparte de la certera adaptación de Eastwood, junto con Paul Haggis (reputado guionista que triunfó en 2006 en los Oscar con su opera prima “Crash (Colisión)”), cabe destacar el excelente trabajo de los actores: Hillary Swank, que interpreta a la protagonista de forma brillante; un impresionante Morgan Freeman; y el propio Clint Eastwood. Ambos actores masculinos demuestran la gran química que atesoran (como ya hicieran anteriormente en la citada “Sin Perdon”); asimismo la voz en off de Morgan Freeman es impresionante y engrandece aun más el filme (del mismo modo que en “Cadena Perpetua” [The Shawshank Redemption, Frank Darabount, 1994]).

Mención especial merece la genial e intimista banda sonora compuesta por el propio Eastwood, y el tremendo giro argumental en los últimos treinta minutos, que al igual que un típico gancho ganador en boxeo, Eastwood nos deja noqueados y sin respiración, elevando el largometraje a la categoría de una obra maestra absoluta.

Después de “Million Dollar Baby”, Clint Eastwood ha seguido realizando grandes películas, tales como “Gran Torino” (2008), “El Intercambio” (The Changeling, 2008), “Invictus” (2009) o “El Francotirador” (2014); no obstante, ninguna es tan genial y contiene tanto calado como ésta.
La Taverna del Mastí
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10
12 de abril de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 1939 fue cuando la Edad de Oro de Hollywood vivió su máximo esplendor, debido al estreno de grandes películas como: "El Mago de Oz", "Cumbres Borrascosas" de William Wyler, "La Diligencia" de John Ford", "Caballero sin espada" de Frank Capra o "Ninotchka" de Ernst Lubitsch, entre otras muchas; que ayudaron a asentar definitivamente el conocido Star System (sistema de los grandes estudios). Aunque de entre todas ellas, hubo una que marcó un antes y un después en la forma de entender y realizar el cine: "Lo que el viento se llevó", una grandilocuente superproducción que fue galardonada con diez premios Óscar. "Lo que el viento se llevó" introdujo cambios importantes en lo referente a la técnica cinematográfica, gracias principalmente a la labor de William Cameron Menzies y su magnífico uso del color, en una época en la que aun no se había asentado tal sistema, predominando el blanco y negro. Está basada en la novela homónima de Margaret Mitchell, y cuenta la historia de la joven adinerada y vanidosa Scarlett O'Hara, que durante la guerra de Secesión, y en los difíciles tiempos de la post-guerra, lucha por salir adelante cargando con todas las responsabilidades familiares. Del mismo modo, suspira por el amor de Ashley Wilkes, marido de su prima Melania Hamilton, y además tiene que lidiar con las pretensiones del apuesto (pero no tan noble) Rhett Butler, que está enamorado de ella.

Destaca la soberbia banda sonora de Max Steiner; por añadidura, es sobresaliente el trabajo de todo el reparto; la joven Vivien Leigh que interpreta a Scarlett, papel que la elevó al estrellato; el aplomo de Clark Gable interpretando a Rhett Butler; Olivia de Havilland como Melania; Leslie Howard como Ashley; y Hattie McDaniel dando vida a la entrañable "Mammy", que fue la primera actriz afroamericana galardonada en la historia con un premio Óscar a la mejor actriz secundaria. Su productor y gran artífice del resultado final, David O’Selznick, tardó dos años en elegir a la actriz que diera vida a Scarlett, que tras un multitudinario casting al que se presentaron más de 1400 candidatas (entre las que se encontraban Joan Crawford, Barbara Stanwyck, o Paulette Goddard) fue elegida finalmente Vivien Leigh, actriz inglesa de ascendencia india que por aquella época estaba casada con Sir Lawrence Olivier.

También se empecinó para que se rodara en color, además de introducir en el guión los conocidos diálogos, como las primeras palabras del comienzo, o el de la última frase de Rhett “Frankly my dear, I don't give a damn" (que traducido al español sería "Francamente, querida, me importa un bledo"), que a punto estuvo de no pasar la censura por culpa de la palabra “damn”, de ahí que O’Selznick se viera obligado a pagar a los censores una cuantiosa suma para poder incluirla. Se puede afirmar que "Lo que el viento se llevó" es el melodrama por excelencia, que cuenta con una historia muy bien relatada; unos personajes carismáticos y repletos de matices; secuencias y diálogos increíbles que han pasado a la historia como "A Dios pongo por testigo que nunca más volveré a pasar hambre". Está impregnada de valores como el amor, el honor, el orgullo, la familia, la propiedad y la esclavitud; todo ello la convierte en una de las películas más veneradas, galardonadas, y hermosas jamás realizadas.
La Taverna del Mastí
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7
11 de abril de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el inesperado fallecimiento de Paul Walker, mucho se especuló con el futuro de la saga, ya que solamente se llevaba un mes de producción; pero el buen hacer de su guionista Chris Morgan; junto con el prestigioso director malayo James Wan, reconocido por sus incursiones en el terror, sirviendo como ejemplo "Saw" (2004), "Insidious" (2010) o "Expediente Warren: The Conjuring" (2013); y además del hecho de haber contado con la inestimable ayuda del hermano de Paul, Cody Walker, que ha completado las escenas que dejó su hermano sin grabar, realizando tomas de espaldas y planos lejanos... han conseguido ponerle un más que digno broche de oro a la exitosa franquicia.

Cabe decir que ésta séptima entrega se erige como la mejor de toda la saga, superado incluso a la primera; a pesar de que algunas de las adrenalíticas secuencias de acción sean inverosímiles, rompiendo todas las leyes de la física (como aquella de los coches lanzados desde un avión con paracaídas o la del coche saltando de rascacielos en rascacielos), y su guión sea simple, y por momentos algo absurdo... su alto sentido del espectáculo, la solvente dirección de Wan, y un elenco actoral repleto de estrellas, propicia tomar ciertas licencias y perdonarle sus fallos, ya que si duda, es completamente disfrutable.

Ya que destaca de sobremanera un reparto actoral de primera categoría, estando los habituales de la saga junto con otros dignos de mención; como el pequeño rol que desempeña la actriz española Elsa Pataky; también el actor tailandés, y experto en artes marciales, Tony Jaa, responsable de la afamada trilogía de "Ong Bak"; sin olvidarnos del notable villano encarnado por el carismático Jason Statham; además de los roles secundarios del legendario Kurt Russell y un solvente Djimon Hounsou. Asimismo también vale la pena destacar el emotivo homenaje hacia el tristemente fallecido Paul Walker, contando con una recopilación de escenas donde participó a lo largo de la saga, y una frase final de Vin Diesel que hace que se te salga el corazón, siendo realmente impresionante.

En definitiva, "Fast & Furious 7" es una película muy entretenida, cumpliendo con creces con su cometido, repleta de asombrosas e imposibles escenas de acción, un genial y sentido homenaje a Paul Walker, y que sin lugar a dudas, se postula como la mejor cinta de acción del año 2015.
La Taverna del Mastí
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7
30 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director estadounidense David Dobkin se aleja de las comedias que nos tenía acostumbrados, como "El cambiazo" o "De boda en boda", para presentarnos un solvente melodrama judicial de corte clásico, cercano a las adaptaciones cinematográficas de John Grisham, que tan de moda estaban en la década de los noventa, que contiene un guión sólido con un planteamiento argumental que bien recuerda a títulos como "En el estanque dorado" (Mark Rydell, 1981) o "Acción judicial" (Michael Apted, 1991).

Destaca el 'tour de force' interpretativo entre su pareja protagonista, un Robert Downey Jr. que hace valer su gran carisma, demostrando ser un gran actor con recursos interpretativos, más allá del superhéroe de la Marvel, y Robert Duvall que reluce toda su veteranía y estilo, dando fe de la gran química que atesoran y siendo un verdadero gustazo. Downey Jr. se mete en la piel de Hank Palmer, un importante abogado que regresa a su hogar tras la muerte de su madre. Allí se entera que su padre (Robert Duvall), que es el juez del pueblo (y de quien está distanciado), es sospechoso de haber cometido un crimen. Su decisión a regañadientes de investigar el caso lo lleva poco a poco a restablecer con los suyos una relación que estaba rota.

Quizá su mayor problema es que Dobkin descuida al elenco de secundarios, tales como Vera Farmiga, Billy Bob Thornton, Vincent D'Onofrio... tres grandes actores que sin duda podrían haber dado mucho más de si, estando prácticamente desaprovechados; del mismo modo que su algo excesiva duración, sobretodo en el primer acto, haciendo que su ritmo narrativo sea lento y alargando el metraje más allá de las dos horas; sin embargo, "El juez" posee argumentos suficientes, como las enormes actuaciones de sus dos protagonistas, y un excelente tramo final que hacen que valga la pena su visionado.

En definitiva, "El juez" es una película notable, que cuenta una estupenda historia de redención personal y drama judicial a partes iguales, con unas interpretaciones sobresalientes, que hasta incluso le valió a Duvall para conseguir una nominación en la pasada edición de los Oscar; aunque de haber sido dirigida por un director de mayores prestaciones, sin duda hubiera podido llegar a ser mucho mejor.
La Taverna del Mastí
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7
2 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El alzhéimer es una enfermedad degenerativa que se caracteriza por una pérdida de la memoria inmediata y de otras capacidades mentales, a medida que mueren las células nerviosas y se atrofian diferentes zonas del cerebro. Suele aparecer con mayor frecuencia en personas de la tercera edad; así que cuando aparece en una persona relativamente joven se puede considerar como un caso excepcional. Así que, cuando a la protagonista de la película que nos concierne, "Siempre Alice", le detectan la enfermedad a los cincuenta años, las consecuencias que causa son catastróficas, ya que le destroza automáticamente la vida, y mucho más siendo una persona en la que toda su vida se ha basado en la lucidez del intelecto, ya que era profesora de psicología en la universidad de Harvard y una experta lingüista de fama mundial; además de tener un marido exitoso y tres hijos adultos.

"Siempre Alice" está basada en la novela homónima de Lisa Genova, y a pesar de que su premisa parece estar sacada de un telefilme de sobremesa, esconde un drama realmente auténtico que por desgracia afecta a más 35 millones de personas en todo el mundo. El hecho de contar con la impresionante interpretación de Julianne Moore hace que se eleve la categoría de la película, ya que representa a la perfección a esa mujer, la cual su enfermedad le va causando estragos gradualmente en su vida, hasta a aquel momento idílica, perturbando la normalidad y sus facultades, y convirtiéndose en un verdadero problema para su familia y ella misma. Tal despliegue interpretativo de alto octanaje ha proporcionado que Moore se alzara con la estatuilla dorada a la mejor actriz, en la pasada edición de los premios Oscar.

Además, también cuenta a su favor la enfermedad que ha sufrido uno de los directores de la cinta, Richard Glatzer, que en el transcurso del rodaje del filme, ha ido plasmando su experiencia personal que finalmente lo ha postrado en una silla de ruedas. De hecho, la actriz Julianne Moore dedicó su premio a Glatzer en su discurso en los Oscar, diciendo que quienes, en mitad de su propia crisis por una enfermedad, decidieron que querían hacer películas porque deseaban celebrar quiénes son y a quién aman.

En conclusión, "Siempre Alice" es una película notable, que cuenta con una superlativa interpretación de Julianne Moore, que se ha alzado con el Oscar de manera incontestable, y que muestra con elegancia y delicadeza los sentimientos de una persona que padece alzhéimer y como afecta a su entorno familiar.
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