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Críticas de Kyrios
Críticas 1.330
Críticas ordenadas por utilidad
La otra forma
Colombia2022
5,4
181
Animación
3
5 de febrero de 2024
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Otra forma (2022) se trata de una producción colombiana de animación dirigida y escrita por Diego Felipe Guzmán que se estrenó en el Festival de Sitges de 2022 y que ganó el premio al mejor filme de animación, además de haber recibido numerosas nominaciones en los diversos festivales por donde ha pasado. Actualmente la película puede verse en Movistar +.

Pues a veces pasa, que cómo el chiste aquel, de uno que va en contradirección por la carretera, pensando que la autopista está llena de locos que van en sentido contrario, cuando el loco es en realidad él. Pero sería un ejercicio muy deshonesto afirmar que La Otra forma me ha gustado o mejor dicho, me ha parecido una buena obra. Más bien todo lo contrario. Así que esta crítica será uno de esos ejercicios donde el escritor debe nadar a contracorriente.

Hay una escena mítica en la película Idiocracia, filme distópico donde la imbecilidad ha conquistado el planeta tierra, donde un test de inteligencia se realiza mediante el encaje de piezas, como ese juego infantil en el que un niño tiene que poner las piezas que corresponden mediante su forma (el círculo con el círculo, el triangulo con el triangulo, etc..). Pues bien, el planteamiento de la película es bastante parecido a este juego infantil: La sociedad crea una serie de piezas, nosotros, no encajamos en ella y por ello debemos martirizarnos mediante deformaciones estéticas para poder conseguir ser la pieza perfecta. Es evidente, y no hace falta ser un ilustrado, para entender que la película es una metáfora de nuestra propia sociedad de consumo, obsesionada con unos estándares morales capitalistas que nos obligan a encajar de una manera determinada en la sociedad, y en caso contrario, ser rechazada por esta. Desde la belleza hasta nuestra forma de ser, todo queda reflejado en esta parábola. 

Esto estaría bien como cortometraje, pero lo cierto es que la hora y media de duración de la película pivota exclusivamente sobre esta idea (y no sale de ahí). Y que quieren que les diga, lo cierto es que acabé sonrojado ante la misma repetición excesiva de la única y exclusiva idea con la que juega la película.

La película podría haberse sustentado por lo menos en una animación correcta, pero lo cierto es que personalmente la veo floja y poco trabajada. Obsesionado por una estética feísta, la película recurre a elementos repetitivos para poder construir su propia animación (cansados acabamos de tantos posters que emulan a Corea del Norte; paradójico que en una sociedad ultracapitalista se emule la propaganda de dicha sociedad). Sí, La Otra forma causa rechazo en el espectador y seguramente ese sea el objetivo principal con su animación. ¿La convierte per se en una buena película? ¿Cuál es el logro estético del filme? Sus ideas suenan a vistas, desde esas deformaciones de personajes que pululan como una galería de freaks (cuya imaginación es poco variada) hasta la "nueva sociedad prometida" que aparece como el gran destino utópico al que llevan una vez han cumplido el martirio.

Conclusión

La otra forma es una película que causará cierta polémica. Quizá no fue el momento ideal para que la viera, pero a un servidor le ha parecido mediocre. Lo mejor, es que si el espectador es valiente (y espere una película atípica) la vea por si mismo y saque sus propias conclusiones.

Cinemagavia.es
Kyrios
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5
10 de julio de 2010
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Sturges entretiene por momentos con otro film, quizá menor dentro de su filmografía. El mayor problema es que el film se desarrolla como uno ya imagina antes de verla. El film se sucede por todos lugares comunes a los que estamos acostumbrados. Hay escenas que estaban mascadas para saber lo que iba a pasar*. Se adelantó otra vez más la ciencia ficción a la realidad con el viaje poco después del Apolo XIII.

La primera parte del metraje es sin duda la peor, una introducción rápida pero no muy concisa, me dio la impresión de que Sturges no ponía esmero en construir sus personajes. Además todo sucede sin mucha intensidad, claro que es lógico que la tensión va “in crescendo” con el paso del tiempo, pero aún así todo pasaba sin relativa importancia, de hecho lo más interesante por momentos no sucede en el espacio sino con Peck en la tierra. Vamos que creo que por la primera mitad le sobra un poquito de metraje. Durante toda la película se mantiene un acercamiento al estilo documental que lo único que consigue es que el espectador se aburra.

Pero en la segunda parte del metraje la cosa mejora bastante, Sturges le da más soltura y ritmo al film, consigue crear un ambiente poco propicio para los pilotos y crear una sensación parecida en el espectador. El pausado ritmo ahora ya no molesta sino que fortalece las sensaciones que quiere transmitir. La relación entre los compañeros de viaje es más o menos creíble (pese a que hacia el final se cometen bastantes tonterías que restan credibilidad).

En cuanto a la recreación del espacio (pieza importante en un film de estas características) es correcto, pero sin más. Es creíble por momentos pero en otros como que no parece muy realista. La fotografía es acertada, pero no hay punto de comparación con 2001.

Si miramos el cartel veremos bastante calidad, pero en su general no se consigue aprovechar el talento de los intérpretes y dejan un tanto frió. Salvo momentos puntuales no parecen ni humanos. Me sigo quedando con Peck.

Interesante película para los amantes de la ciencia ficción que esperen ficción añeja, pero al fin y al cabo olvidable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kyrios
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6
21 de noviembre de 2023
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Landscape with a Invisible Hand (2023) se trata de una película dirigida por Corey Finley que se estrenó en Sundance de este año y que nos presenta una distopía de ciencia ficción que sirve como parábola social y que demuestra que en el cine independiente norteamericano se siguen haciendo obras frescas que si bien son imperfectas, demuestran aptitudes.


Ciencia ficción fresca

La película, basada en una novela de M.T Anderson, nos presenta un argumento de ciencia ficción ciertamente fresco. En un mundo distópico, una raza alienígena superior intelectualmente a los humanos domina a la especie humana de una manera capitalista, compitiendo en el mercado teóricamente con ellos de la misma manera, aunque con las cartas marcadas en su baraja, de tal manera que los aliens viven en un estrato social superior, en grandes urbes que se mueven por el cielo, mientras las clases más humildes viven en la tierra.

Sin ser estridente, sino más bien al estilo Sundance, la película utiliza su argumento para tratar numerosos temas (quizá en exceso). Se nos presenta a una familia que vive en estos estratos sociales más bajos, en la que convive el protagonista principal, interpretado por Asante Blackk junto a su madre y hermana.

La pose de Instagram

La película está claramente partida en dos. En la primera, nuestro protagonista ofrece su casa al personaje interpretado por Kylie Rogers, una chica nueva del instituto, con quien iniciará una relación romántica que la película utilizará para parodiar las redes sociales y la postura que adoptan ciertas personas quienes cambian totalmente de personalidad de cara a la galería (para ello, hay que destacar que los dos personajes demuestran un gran talento interpretativo, uno mostrando la ingenuidad del amor, mientras que el otro personaje lo tiene todo calculado). Pero la película trata todo estos temas de una manera ciertamente original (repetimos otra vez, de esa manera tan habitual en el cine independiente actual, tratando temas tan aparente ajenos de una manera muy cercana).

En la segunda parte, la película cambia de tercio para mostrarnos una vis mucho más cómica, en la que se parodia el cine de los años cincuenta mientras se realiza una interesante crítica social. En definitiva, la película utiliza este argumento distópico para tocar temas muy cercanos y diversos a nuestra sociedad. Desde el Imperalismo (pues la invasión alienígena no deja de ser una explotación colonialista vista desde un punto de vista diferente), pasando por la idiosincrasia de las redes sociales hasta la creatividad artística. Quizá uno de los problemas es el intento de abarcar tanta cantidad de temas.

La Ingenuidad del artista

El guion de la película, como decíamos, está fracturado en dos mitades. En la segunda, se apuntala la idea del artista (a pesar de que también atraviesa la primera parte). En ella, podemos ver que Finley plasma cierta idea del artista como un creador autónomo alejado de la sociedad (una idea prácticamente trasnochada de inicios del siglo XX). Así, nuestro protagonista principal se evade de los problemas de su sociedad y encuentra una válvula de escape mediante este. Este cierre parece tanto discursivo como mal construido, siendo el final de la película lo menos consistente de todo el metraje. Además, como director novel (que prácticamente lo viene siendo) la película intenta contar demasiadas cosas, mostrando muchas secuencias que parecen ser el final pero que no acaban siéndolos, dejando una ristra de "falsos finales" un tanto insatisfactorio.

En cuanto a la puesta en escena, la película es quizá demasiado intrascendente, sin arriesgar demasiado en sus planteamientos. De hecho en algunos compases se pueden ver ciertas costuras a la película, como son las secuencias en las que el filme tiene que hacer el impasse entre los diferentes momentos de transición.

Conclusión

Landscape with and Invisible Hand es una película que pese a no ser una gran obra maestra trata temas interesantes que pueden servir para un rico debate posterior a su visionado. Una película que además demuestra un director al que hay que seguir la pista, como es Corey Finley.


Cinemagavia.es
Kyrios
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5
8 de octubre de 2023
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
V/H/S 85 es la última entrega de la popular saga de antologías de terror, que viene de la mano de la productora Shudder (una especialista en el género) y que como siempre nos presenta diversas historias en las que varios directores dirigen e intentan aterrorizar al personal, con resultados variados. Procedemos a valorar los diversos episodios que forman la saga, para ver que tal resulta esta última entrega. Lo haremos de forma cronológica tal y cómo aparecen en la película.

No Wake de Mike P. Nelson

En realidad está historia está fragmentada en dos episodios que se entremezclan. Lo cierto es que esta última entrega de la serie V/H/S es quizá la más experimental en el territorio narrativo, mezclando historias sin que haya una justificación demasiado razonable. La historia de Mike P. Nelson podría resumir la propia película: cumplidora, pero sin brillantez. Se trata de un fragmento que se apoya primeramente en elementos clásicos del género slasher, mostrado desde un punto de vista subjetivo (somos además las víctimas). A pesar de que no cuenta nada especialmente novedoso, el director sabe imprimir tanto la tensión necesaria como la conexión de simpatía entre el espectador y los personajes, teniendo en cuenta el poco tiempo del que dispone. En el segundo fragmento del episodio, vemos la otra cara de la moneda, que sirve para complementar un poco lo que habíamos visto con anterioridad. 

God of Death de Gigi Saul Guerrero

La directora de origen mexicano, Gigi Saul Guerrero, ha mostrado en su corta trayectoria que siempre está dispuesta a mostrarnos guiños a sus raíces, y aquí lo vuelve a hacer en una historia pura de supervivencia ambientada en México, otra vez contada en primera persona y que sin embargo puede hacerse demasiado larga. Hasta llegar al giro resolutivo, la película es bastante confusa y la claustrofobia, que es el elemento con el que la directora pretende jugar, no es quizá lo potente que debería ser. 

TKNGOD de Natasha Kermani

Se trata del fragmento más corto y quizá el más inane de todos. Una parodia de las performances artísticas de la que poco se puede sacar más allá de la "gracieta". Es quizá la que juega más con el body horror, demostrando dicho sea de paso, el poco presupuesto con el que parece contar esta entrega.

Dreamkill de Scott Derrickson

Y aquí nos ponemos todos en pie, servidor el primero, porque Scott Derrickson, un director de terror de pura cepa, vuelve a demostrar que teniendo la libertad creativa total es capaz de generar las mejores historias de terror. Nos encontramos ante un pequeño fragmento en el que el cineasta de Sinister demuestra sus rasgos personales que son siempre tan identificables: Las mezclas entre texturas cinematográficas y como emplea ese intercambio de formatos fílmicos, la creación de imágenes terrórificas mediante una perfecta sincronización entre sonido y fotograma, una trama que juega a varios niveles...Sin duda, el mejor fragmento de todos. 

Total Copy de David Bruckner

Se trata del fragmento que intenta conectar a los demás y realmente es por ello el más disperso de todos. Intenta jugar con conceptos camp de la ciencia ficción introduciendo humor burdo y temas documentales a partes iguales. Poco se puede decir de él, más allá de que cumple por los pelos.

Conclusión

Si eres fan de la sega, obviamente verás la película. Si solo eres fan del género, es obligatorio que mires el fragmento de Scott Derrickson, porque el director vuelve a hacer magia en una pequeña obra que daría para un largometraje.

Cinemagavia.es
Kyrios
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8
25 de marzo de 2014
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar de Muerte en Venecia en el año 2014 parece ya una odisea inútil. La película del director italiano Luchino Visconti se ha convertido por méritos propios en una película de culto, que cuenta con sus acérrimos seguidores así como mucha otra gente que considera el film como una obra fallida. Como poco más se puede aportar en torno a la gran cantidad de críticas ya realizadas, voy a destacar algunos puntos que personalmente me parecen interesantes.

En primer lugar, Visconti domina la imagen a la perfección. La domina tan bien, que de hecho no debe recurrir a la palabra más que en ocasiones contadas, como pudiera ser las discusiones mediante flashbacks en las que vemos debatir sobre arte a nuestro personaje principal (interpretado por el maravilloso Dirk Bogarde) con un antiguo compañero suyo. Pero quitando estas momentáneas frases, la película alcanza unas grandes cotas de saber contar gran cantidad de detalles sin utilizar los medios literarios. Un gran ejemplo es la secuencia en que nuestro protagonista entra por primera vez al hotel. Ahí está reunida la más alta burguesía, que hace ostentación de todo su alto status, así que la mirada de nuestro actor va del inevitable caos de discusiones en idiomas inimaginables y el periódico que tiene entre manos. Pero de repente observa un muchacho con aspecto angelical (o andrógino, como ustedes prefieran) que será la perdición de nuestro personaje.

Porque sin duda Gustav, es un idealista que ha viajado a Venecia para tratar de encontrarse mejor de una enfermedad que le está aquejando. Tiene la vida más o menos solucionada, pero la aparición de la belleza misma, idealizada por el joven muchacho (que en todo el film no habla ni una vez con él, lo que ya nos da una idea sobre que tipo de belleza estamos hablando) trasvasará todos los esquemas de Gustav. Y eso que mediante los diversos flashbacks que nos retraen a las discusiones con su antiguo compañero sabemos que el personaje de Gustav no es de aquellos que se deja llevar por las pasiones tan a la ligera. Sin embargo, la joven figura le llegará a embelesar tanto que su pasión por él llegará hasta el límite de la obsesión. Múltiples y frecuentes (por no decir que es el hilo conductor de la película) son las secuencias de nuestro protagonista que yendo detrás del muchacho, y si no fuera por la elegancia con la que presenta Visconti esta búsqueda nos parecería un caso de voyeurismo extremo y degradante.

El detonante final se encuentra en una secuencia muy inteligente que sucede en la primera mitad del metraje. Cautivado de manera sobrenatural por el embrujo del joven muchacho (interpretado por Björn Andrésen, actor desconocido, que consiguió Visconti después de múltiple procesos de selección y de castings entre gran número de jóvenes) y asqueado por sus propios sentimientos, Dirk Bogarde decide marcharse inmediatamente de Venecia. Desgraciadamente para él, hay un pequeño problema con su equipaje, por lo que no podrá abandonar la ciudad inmediatamente. Visconti entonces nos enfoca el rostro de nuestro protagonista. Lo que en un principio podemos calificar como frustración en el rostro de Bogarde, pronto se convierte en placer culpable. Bogarde ha sucumbido finalmente a la tentación, y está perdido para siempre.

Justo en esta secuencia sucede una advertencia muy interesante, con la muerte de un mendigo en la estación. El hombre cae derribado por la asfixia de alguna enfermedad o de un infarto, pero el caso es que nadie hace nada por ayudarlo, ni tan siquiera se inmutan ante el inminente cadáver. A nuestro personaje le quedan pocas jornadas de vida, como nos adelanta Visconti.

También la muerte y Venecia quedan reflejadas en la película. Las constantes advertencias de que una enfermedad está infiltrándose en la ciudad dan una continua sensación de locura que imprime en la película un cierto tono surrealista. Desde luego parece extraño que la enfermedad haga acto de aparición de una manera tan onírica, como algo oculto que la gente de Venecia trata de ocultar ante las miradas extranjeras. Y por supuesto, la muerte acabará haciendo su acto de aparición en uno de los finales más majestuosos y brillantes de la historia del cine.

La calidad estética del film es realmente sobresaliente. A veces la película recuerda vagamente al film Ordet de Dreyer, en el sentido que ambas películas parecen no ser una recreación de ficción, sino que parecen captar una realidad inexpugnable que sólo ha sido abierta para el ojo del artista. Antes Dreyer y ahora Visconti consiguen que sus dos películas parezcan espejos de una realidad no filmada.

http://neokunst.wordpress.com/2014/03/25/muerte-en-venecia-1971/
Kyrios
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