La serie animada de "Star Trek" fue la solución de urgencia ante la existencia de una demanda por parte de un público fiel, cada vez mayor, de proseguir las aventuras espaciales de la tripulación de la mítica "Enterprise". Fueron, más o menos, dos temporadas, aunque la segunda muy corta. Se retomaron guiones escritos para la serie original junto a otros nuevos. Su calidad fue muy variable - como en la serie original - y a nivel de personajes, dada la facilidad de crear alienígenas con la animación, incorporaron a Arex, un ser con tres brazos y piernas y M'Ress, una felina, y quitaron al personaje de Pavel Chejov. Todos los personajes protagonistas fueron doblados por sus intérpretes originales, algo que, parece ser, exigió Leonard Nimoy.

Pero todo esto, más o menos, ya se sabe, sobretodo en el mundo trekkie. ¿Y que tal estuvo la serie? Se puede considerar con altibajos, aunque el resultado es satisfactorio. Hay episodios realmente buenos que han influido en otros posteriores. Así "One of our planets is missing" es el antecedente directo de la primera película de Star Trek; "Yesteryear" investiga en el pasado de Spock, en "The terratin incident" la tripulación es reducida de tamaño, aunque no la nave ni los instrumentos, o " The Eye of the Beholder", donde son secuestrados para formar parte de un zoo galáctico, como en un episodio de "The orville", entre otros muchos. Visitaremos lugares ya conocidos en la serie y coincidiremos con personajes ya vistos como los tribbles, Cyrano Jones, Mudd, los klingons, romulanos, aquel planeta de ocio con los personajes de Alicia a través del espejo. Pero también incorporarán a desconcentantes seres mágicos y brujería, nuevos alienígenas-amigos y enemigos- dioses mesoamericanos, civilizaciones perdidas, entidades cósmicas, realidades virtuales e inteligencias incorpóreas. En cuanto a si se trata de una serie canónica o no, hay un cierto debate. aquí aparecerá la holocubierta, conoceremos el nombre completo de Kirk y de la hija del Dr. McCoy, así como al primer capitán de la "Enterprise", Robert April. Todo ello es ahora canónico ¿Y porqué no la serie animada completa? ¿Es más canónica la porquería de Star Trek: Discovery, donde se sacan de la manga una medio-hermana de Spock que nadie recuerda?

A nivel técnico hay que reconocer que la animación es muy pobre. Mucho. Filmation diseñaba unos personajes poco caricaturescos y agradables de ver pero las secuencias son muy estáticas, se repiten muchas veces en todos los episodios. Incluso hay fallos de continuidad al repetir estas secuencias y encontrar a personajes en dos sitios a la vez. También falta la sintonía original, sustituida por una recreación similar, compuesta ex-profeso.

Y como todas las series de Star Trek, ésta también ha tenido su ración de fan-movies, aunque en menor cantidad. Destacan los cuatro episodios de Curt Danhauser, que clona la estética de la serie de animación y aprovecha esas secuencias mil veces repetidas en los episodios originales, con otros audios, añadiendo algunos personajes. Son cuatro episodios, de duración variable y no muy brillantes. Y el doblaje realizado por el mismo y algún familiar, lo hace más difícil de ver. Retoma algún personaje de la serie original como Flint. Son accesibles en youtube.

La serie animada merece mayor reconocimiento. Permitió que Star Trek sobreviviese, y favoreció un universo expandido, de cómics y libros, hacia la cultura-pop. Y eso llevó a las películas y a la Nueva Generación. Y lo demás es historia de la Televisión. Y fue la primera que ganó un emmy.

Años 70. Vietnam. La resaca del asesinato de políticos y personalidades de la sociedad estadounidense: los Kennedy, Martin Luther King, Malcolm X. La pérdida de la inocencia. El Black Power. La Liberación de la mujer. A nivel artístico floreció la contracultura, el hippismo, el feminismo activista y a nivel cinematográfico el blaxploitation, un movimiento exclusivamente afroamericano.

La población afroamericana no se veía reflejada en las películas de Hollywood. Así que en los 70, productores como Sig Shore -curiosamente un blanco nacido en Harlem-empezaron a producir filmes, muy urbanos, en los que se narrasen las preocupaciones y problemas de los barrios de esta población. Algo así ocurrió aquí con el cine de quinquis. En el cine de blaxploitation la línea que separa a los protagonistas de la delincuencia era muy difusa, cuando no inexistente. Estereotipos que ahora serían muy criticados, aunque aceptados en aquellos años como propios. De hecho, en el filme, si se ve subtitulado, se emplea, de manera repetida y entre los propios afroamericanos, la palabra peyorativa "nigger", una palabra, hoy en día, tabú. Acompañados de bandas sonoras realmente inspiradas, este género se adueñó de los cines de barrios afroamericanos. Hoy en día se comenta que un filme protagonizado por estrellas negras tiene una taquilla garantizada de 40-50 millones de $ provenientes de esa población y cuando superan esa taquilla es que el producto ha trascendido a un espectro de espectadores más amplio. Eso es lo que le pasó a Will Smith.

"Superfly" es una película prototípica de este subgénero. El protagonista es un traficante de cocaína, delincuente vocacional aunque harto de esa vida. Macho-alfa de manual, amante promiscuo, con un enorme bigotón y de vestuario inimaginable, decide dar el "golpe" que le lleve a hacer dinero y dejar la delincuencia. Lo curioso es que sus conflictos morales no son tales, así el "golpe" es poner a la venta una cantidad ingente de cocaína con la que poder hacerse rico y vivir de lo recaudado. Obviamente, le importa un bledo el daño que causará con el incremento de drogadictos.

"Superfly", en jerga, significa "persona ostentosa, segura de sí misma y que luce moda de manera pomposa". El título clava al personaje. Su sueño es tener dinero para comprar su ropa de moda, gastárselo en decorar las casas en las que vive con toques étnicos y de manera hortera- esas sillas de mimbre estilo "Emmanuelle" - llevar un coche caro y tener como amante a una estilosa blanca sumisa, como le llega a confesar a la misma, antes de darle la patada por su auténtico amor, afroamericano por supuesto. No fuma, pero no para de esnifar con un ankh que lleva como colgante. Todos consumen como si fuesen cacahuetes. Sin duda, penoso ejemplo de triunfador para los niños de esos barrios.

Todos los blancos son malos y corruptos, desde la policía a los delincuentes italianos. Es curiosa la contraposición de amantes, así la amante blanca le anima a no dejar la vida de traficante mientras que la afroamericana le anima a lo contrario. Y es que los blancos siempre quieren la perdición de los negros.

Notablemente dirigida, un thriller policiaco urbano en toda regla, en ningún momento resulta aburrido. Costó 300.000 $ y recaudó 30 millones de $. Un exitazo merecido, por sus virtudes cinematográficas y esa poderosa BSO de Curtis Mayfield, que tiene un cameo.

Cirio H. Santiago, colaborador adelantado del pícaro Roger Corman, encontró en los 80 un filón rodando películas de bajo presupuesto ambientadas en la guerra del Vietnam y en un futuro post-apocalíptico tipo "Mad Max". No eran buenos filmes, pero al menos eran entretenidos. "Stryker" fue uno de tantos con los mismos ingredientes fílmicos : un héroe con coche trucado que se enfrenta a un ejército de saqueadores que suelen vestir de cuero negro y conducir vehículos militares, violar a las coprotagonistas, y estar liderados por un villano con ínfulas de dictador. Las chicas guerreras que aparecen siempre van con minishorts ultraceñidos - en este caso llevan hombreras como en " Mad Max II". Siempre hay algo que buscan los malos, sea agua o petróleo. Escenas de acción del montón, inacabables persecuciones por caminos polvorientos y una tribu de enanos que recuerdan a los jabbas de Star Wars como nota diferencial.

Son filmes rodados en los mismos lugares una y otra vez, como son unas canteras mineras y un fuerte español como base del maloso. Son películas con secuencias intercambiables entre ellas. Si hiciésemos un concurso de "Adivina cual es la película" realmente sería difícil diferenciarlas.

Notable aportación al cine de terror alienígena. Una instalación minera en el ártico es el escenario del horror que sufren los dos últimos supervivientes frente a un ser de pesadilla, que deja a La cosa de Carpenter a la altura del betún. Hay que ver al ser de marras. Afortunada mezcla entre "Alien, el octavo pasajero" y "La Cosa", son veinte minutos pero que muy intensos. Una buena producción, notables efectos especiales, y una dirección muy lograda con la que parece reivindicarse Blomkamp para rodar aquella "Alien 5" que abortó Ridley Scott para que no ensombreciese sus mediocres secuelas. Disfruten de lo que podía haber sido una buena continuación de la franquicia "Alien"".

Filme bélico australiano rodado a la antigua usanza, más próximo a "Los cañones de Navarone" (1961) que a "Platoon" (1986). Producción modesta pero bien realizada, rodada en escenarios exóticos, con un elenco ya interesante entonces, con Mel Gibson y Sam Neill. Buenas escenas de acción, en especial la batalla final - una épica ensalada de muertos - junto a un romanticismo naïf y de garrafón. Nada que objetarle. No es "Un puente lejano" (1977), ni lo pretende, ya que más que realismo, lo que busca es el típico producto bélico con heroismo, abnegación junto a muchos tiros y acción. Y sí, tenemos todos los tópicos de este género, con la chica guapa de la resistencia, el enamorado del comando y los malos crueles y torturadores, aunque tampoco se ceban demasiado con los japoneses.