Sencillo film independiente que podría pasar como algo frívolo y tonto pero que, a medida que avanza, te va enganchando con la situación de una oficinista ("Peggy", Molly Shannon) quien, luego de sufrir la pérdida de su mascota, un beagle llamado "Pencil", descubrirá su pasión por la defensa de los animales, a la par de experimentar dificultades en relacionarse con un entorno humano tan "particular" y poco dado a comprender a "Peggy": desde su vecino antipático "Al" (John Reilly), pasando por su frívola amiga "Layla" (Regina King), su cuñada burlona "Bret" (Laura Dern) y el ambiguo "Newt" (Peter Sarsgaard).

El proceso de asimilación de lo que quiere "Peggy" en su vida, pasa por situaciones algo extremistas y que se salen de su control en algún momento (por ejemplo, la compra compulsiva de comida enlatada para perros o la adopción de 15 perros de un refugio animal, así como tratar de "cazar" a su vecino "Al" por considerarlo poco o nada comprensivo hacia los animales), aunado a sus problemas laborales y de entorno, lo que la conlleva a reflexionar sobre su conducta algo desatada y descubrir que puede llevar adelante su vida con un propósito en el que se sentirá a gusto de ahora en adelante, sin tener que imponer su criterio a los demás y experimentar, como lo refiere "Peggy", "el amor a los animales, un amor que solo es mío y que disfrutaré."

Las actuaciones del elenco son destacadas, sobresaliendo, como es lógico, una excelente y simpática Molly Shannon, bordando un buen papel, secundada por unas correctas Laura Dern y Regina King, así como John Reilly, Peter Sarsgaard (a pesar de alguna escena algo sobreactuada) y Josh Pais como "Robin", el jefe de "Peggy".

Buen trabajo de adiestramiento con los perritos.

Recomendada.

La película no resulta del todo mala. Los efectos visuales están muy bien logrados pero, la estructura y la secuencia del guion lucen muy fallidos.

Las actuaciones: Los chicos Liam Hemsworth ("Jake"), Jessie Usher ("Dylan") y Maika Monroe ("Patty"), bien pero nada destacados. Jeff Goldblum ("David") luce repetido y desgastado en este papel. Bill Pullman ("presidente Whitmore") correcto y con el final que no tuvo en la primera parte. Judd Hirsch ("Julius") resulta un relleno innecesario. Vivica Fox ("Jasmine") fugaz y despachada rapidamente (era necesario?). Brent Spiner como el Dr. Okun, en un inesperado regreso. Aparición póstuma de Robert Loggia como el "general Grey", que fue importante en la primera parte, pero aquí solo hace un breve cameo.

Detalles del guion, sin orden específico: - lo de la "presidenta Lanford" (Sela Ward) y su equipo, muy rebuscado. - ¿por qué para desactivar los escudos de las naves extreterrestres no siguieron empleando el virus de computadora que les había funcionado en la primera parte? - lo de esa "esfera traductora", me pareció de chiste. - los chicos conduciendo un auto y luego terminan montándose en un autobús escolar. Una tontería. - "David" y "Catherine" (Charlotte Gainsbourg) tratando de besarse al final. ¿Y qué pasó con "Constance", la pareja de "David" en la primera película? - lo del guerrillero africano "Umbutu" (DeObia Oparei) especializado en "simbología alienígena", no pega ni con cola. - muy confuso, a mi parecer, los cambios de escenario: resulta difícil asimilar cuándo están en la base espacial, en el Área 51 o en alguna ciudad.

Como he mencionado al principio, no es del todo mala, se deja ver por los efectos visuales, pero termina resultando una secuela innecesaria, mas sabiendo que los terrícolas siempre le ganarán, de alguna forma, a los alienígenas malvados. La franquicia debería llegar a su fin con esta parte. No vale la pena que sigan enlodando la buena reputación que consiguió la película original de 1996.

Película de 1987, co-producción estadounidense-israelí, basada en la versión de Madame Villeneuve, la cual es anterior a la tradicional y más difundida de Madame Beaumont, enfocada más hacia la relación de Bella con su padre y hermanos, así como la mantenida posteriormente con la Bestia, durante su cautiverio en el castillo encantado.

Ambientación correcta, sin demasiadas estridencias.

En cuanto a las actuaciones, Rebecca de Mornay ("Negocios Riesgosos", "La Mano Que Mece La Cuna") en el papel de "Bella", luce muy bien y realmente hermosa. John Savage ("Hair", "Mensaje en la Botella") cumple en su doble rol como El Príncipe y la Bestia. Una acotación con el maquillaje de la Bestia es que su aspecto fue bien logrado, solo escapó el detalle de que sus extremidades lucen "humanas" y no como las de un ser transformado en una criatura monstruosa.

El resto del reparto, sin destacar demasiado, en parte por un guion algo limitado.

Los números musicales de la película, aceptables.

La ausencia de personajes secundarios como Lumiere, Ding-Dong, Chip, incluso villanos como Gastón, restan un poco de efectividad a la cinta, centrada exclusivamente en la relación Bella-Bestia, sin matices, sin antagonismos.

Recomendada para sacudirse un tanto de la versión edulcorada impuesta sobre todo a partir de la famosa animación de 1991.

La mascota de una viuda escapa durante una tormenta. Ella inicia su búsqueda por varios refugios, hasta que localiza al perro en casa de un viudo que tiene una pequeña hija, quien se ha encariñado con el can. Del encuentro comienza a surgir una relación entre los viudos, con una leve resistencia por parte de la niña que, finalmente, termina por aceptarla.

Respecto a las actuaciones, lucen bien los protagonistas Teri Polo y Martin Cummins, sin embargo faltó algo más de química en pantalla. En cuanto al personaje de la joven Jordyn Ashley Olson, está aceptable pero le faltó imprimir la conflictividad necesaria típica de una adolescente rebelde y reacia cambios en su entorno familiar, sobre todo ante la llegada de nuevos miembros, para compensar un poco la falta de antagonistas en la película. Y, finalmente, buen trabajo y adiestramiento de "Buddy", el perro pastor.

Película simpática, sin grandes pretensiones. Para pasar el rato en estos días navideños.

La película me ha parecido una mezcla de "Cujo" (1981), "Perro Blanco" (1982), "Los Perros de la Plaga" (1982), endulzada con un poco de "Hotel para Perros" (2009). Quienes previamente hayan visto éstos títulos, bien pueden hacer el ejercicio de asociación, conforme transcurren algunas escenas.

La joven protagonista no logra transmitir su personaje: luce fría, siempre el mismo rostro, sin matices. No da ni la mínima sensación de estar encariñada de verdad con el perro.

Para ver una sola vez, extraer el respectivo mensaje de conciencia sobre el maltrato a los animales, y hasta ahí.