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Críticas de Cinemagavia
Críticas 4.009
Críticas ordenadas por utilidad
7
22 de abril de 2020
44 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una sátira tecnológica

Como anunciaba en el título, Greg Daniels nos presenta una sátira tecnológica que podríamos haber visto perfectamente en cualquier episodio de Black Mirror y a su vez trata la muerte con el mismo humor que se ha tratado en la serie de Netflix The Good Place. Upload hace un reflejo de un futuro cercano bastante interesante, con coches que se conducen solos, smartphones integrados en la mano y el concepto que pretende tratar en la serie. La muerte como un paso más hacia la inmortalidad, mientras tengas dinero.

Si algo me ha gustado es como trata la tecnología y lo mucho que la acerca a un futuro plausible. Si hace poco veíamos en la serie de HBO Years and Years un teléfono integrado en la piel, creo que en Upload se hace mejor trabajo a nivel de diseño para presentarnos el mismo concepto. Eso junto a coches que se conducen solos o impresoras 3D de comida hacen que la serie sea interesante solo para debatir sobre si nunca vamos a vivir algo parecido.

*Si descargamos nuestra consciencia en un software, ¿Seguimos siendo nosotros mismos?

Esta es una de las cuestiones más interesantes que plantea Upload. Upload no solo habla de si existe una vida después de la muerte sino que trata sobre si esta vida, en este caso, si esta consciencia descargada en un paradiso virtual, es real.

Eso da pie para que tengamos divertidas escenas en este escenario virtual con su IA propia, «glitches» y crítica social pero también funciona para crear un debate filosófico bastante interesante. Upload también tiene mucho de crítica laboral. No solo es interesante la trama del personaje de Robbie Amell sino que el personaje de Andy Allo nos sirve para presentarnos una serie de situaciones en su lugar de trabajo y su vida social bastante interesantes. También se habla sobre las apps de citas y a lo que pueden llegar a derivar en una de las mejores escenas de la serie.

Upload no es solo una serie más profunda de lo que parece sino que creo que lo que hace que no puedas parar de verla es la trama thriller ya que (y esto es un poco spoiler) la muerte del protagonista no parece un accidente.

Conclusión

Upload es una buena serie para ver en un fin de semana. Es corta, ligera y da para debates más profundos de lo que parece a simple vista. Pero también funciona si solo quieres una serie entretenida con una trama que te enganche hasta el final. Es una lástima que hayan querido dejar la serie abierta para hacer más temporadas porque podría haber sido un buen producto si la historia se hubiera resuelto en diez episodios.

Escrito por Daniel Burón
Cinemagavia
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9
10 de mayo de 2021
34 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Perdidos

Cuando una serie o película consigue atraparte, por poco que estés entendiendo la trama, es señal de lo buena que es. En Fragile, por ejemplo, pasan más de tres episodios hasta que te haces una composición de lugar y cinco hasta que finalmente descubres la relación que une a los personajes. Sin embargo, la serie es tan fascinante que no puedes dejar de mirar a la pantalla, buscando claves que te ayuden a encajar las piezas y adivinar qué secretos esconden los protagonistas.

La inteligencia con la que el guionista Serge Boucher desarrolla esta historia a cinco bandas es admirable. Boucher nos suelta en medio de la acción, en una pequeña ciudad canadiense donde dos familias esconden secretos que vamos descubriendo al mismo tiempo que lo hacen los personajes. Curiosamente, además, no sentimos ninguna prisa por desvelar todos los misterios que moldean la trama. Eso significaría llegar al final de la serie y abandonar el universo de ficción creado por Boucher, apacible e inquietante a partes iguales.

*Contención

Aunque destila ficción por cada uno de sus poros, Fragile tiene una asombrosa carga de realismo que nos permite conectar con las historias que se entrelazan en ella. Esto es posible, sobre todo, gracias a la sobria interpretación del fabuloso elenco encabezado por Pier-Luc Funk (Matthias & Maxime) y Marc-André Grondin (C.R.A.Z.Y.). El drama está muy presente en las vidas de los personajes a los que dan vida, pero los actores no se dejan sofocar por él.

En Fragile no hay espacio para la sobreactuación y Claude Desrosiers, con una larga carrera como director en el medio televisivo, se asegura de que los actores no pierdan contacto con la realidad. Consigue así que nos creamos todo lo que nos cuentan y sienten, avivando nuestro interés por ellos episodio a episodio.

*Posos

Fragile no es una serie de usar y tirar. Después de haberlos acompañado durante diez episodios, sus protagonistas acaban por hacerse un hueco en nuestra memoria. Especialmente, Dom y Félix, los dos jóvenes en torno a los cuales giran las muchas tramas que van dan forma a su amistad.

La dinámica entre estos dos personajes, interpretados a la perfección por Pier-Luc Funk y Marc-André Grondin, resulta tan especial y sincera que tenemos la impresión de que están compartiendo con nosotros algo muy valioso para ellos. Sus conversaciones y encuentros son enigmáticos. Sus gestos y emociones están cargados de serenidad. El misterio que encierra su muerte es solo una excusa para acercarnos a ellos y conocerlos.

Conclusión

*Entre tanta oferta televisiva, es difícil encontrar una producción que, como Fragile, destaque por su fuerza, calidez e inteligencia. Aún más especial la hace el hecho de poder sentirla más tuya que las series que están en boca de todos. De hecho, egoístamente, te lo pensarás dos veces antes de compartirla con nadie. Así te será más fácil engañarte a ti mismo y pensar que Dom y Félix solo te han contado su historia a ti.

Escrito por Esther Alvarado
Cinemagavia
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8
22 de junio de 2020
34 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un drama coral abrumador e impresionante

Con un 42 % de share de audiencia, la serie Cuando el polvo se asienta se convirtió en todo un fenómeno mediático en su país de origen, Dinamarca. Tras visionarla al completo, sólo puedo decir que no me extraña nada ese éxito, estamos ante una de las mejores series realizadas en los últimos años. Se trata de un drama coral abrumador que te mantiene con el corazón encogido durante sus diez horas de duración. Sencillamente impresionante.

Tiene una estructura bastante innovadora y curiosa. Teniendo como eje vertebrador un atentado terrorista que acontece en un restaurante, Cuando el polvo se asienta nos sitúa en su inicio a pocos días de ese terrible suceso. Durante los primeros cuatro capítulos, se nos presenta la vida de varios de los personajes que se verán implicados en el ataque. Son capítulos llenos de tensión dramática que nos acercan a la cotidianidad de vidas normales con sus problemas familiares, sentimentales o económicos, gente de distinta condición que pertenece a diferentes estratos sociales (desde una ministra a una indigente) y que aún no saben que su existencia va a ser terriblemente sacudida pocos días después. De vez en cuando se nos muestra un fogonazo con una imagen que sitúa a esos personajes en mitad del atentado.

El quinto capítulo se centra exclusivamente en el día del atentado, desde horas antes de que suceda. Mientras que en los restantes capítulos, del sexto al décimo, nos mostrarán el duelo y como esa vivencia traumática afecta de distinta forma a los supervivientes. Cuando el polvo se asienta es un dramón con mayúsculas que evita el sentimentalismo y ofrece una descripción meticulosa de sus personajes, incluso de los más secundarios.

*Todos los personajes importan

Los guiones de Cuando el polvo se asienta tienen un desarrollo absolutamente milimétrico, no te dan respiro ni tampoco dejan espacio para despistarse. Pese a tratarse de un drama, es una serie que tiene mucho ritmo en su manera de entrelazar las vidas cruzadas de sus personajes, no paran de suceder cosas y el suspense de los primeros episodios es notable. Todas las historias y subtramas resultan interesantes y mantienen un equilibrio asombroso, la serie nunca resulta confusa ni embarullada, pese a contar con un montón de personajes que entran y salen de escena, todos ellos con gran peso en la historia.

Esa descripción de personajes, con sus luces y sus sombras, con sus aciertos y sus errores, es la clave principal para que Cuando el polvo se asienta funcione como un tiro. Con algunos te será más fácil empatizar que con otros, pero en todos existe una profundidad psicológica y una evolución constante, ni siquiera resultan unidimensionales los que aparecen en una sola secuencia. De ese modo, pasarás de odiarlos a amarlos, y viceversa.

Tanto el trabajo de guion como el de dirección son admirables. Tres directores distintos son los que se reparten esa tarea, Milad Alami, Iram Haq y Jeannete Nordahl. No es baladí que los dos primeros tengan procedencia iraní y pakistaní, respectivamente, ya que un aspecto destacable en Cuando el polvo se asienta es el acercamiento social que hace a la adaptación y convivencia de las segundas generaciones de inmigrantes entre la población danesa. Se evitan estereotipos o juicios gratuitos. Es un tema que ya estaba en primer plano en la magnífica ópera prima de Milad Alami titulada The Charmer (2017), director que tiene el mayor peso en la narrativa de la serie al hacerse cargo de la mitad de los capítulos, algunos de los mejores.

*Conclusión

No me voy a andar con rodeos. Cuando el polvo se asienta es una de las mejores series realizadas en los últimos años. Su retrato coral de una serie de personajes que ven truncada su normalidad por culpa de un ataque terrorista, es tan sobrecogedor como emotivo. Nunca se cae en el sentimentalismo fácil ni en la pornografía emocional. Es un drama intenso que te dejará sin aliento y te mantendrá con el corazón encogido durante sus diez horas de duración.

Un dirección espléndida y llena de ritmo, junto a unos guiones milimétricos que manejan de manera asombrosa el equilibrio entre todas las subtramas, pueden considerarse como los mayores logros de Cuando el polvo se asienta. Una serie danesa creada por Dorte Warnøe Høgh e Ida Maria Rydén que se preocupa por describir con absoluta complejidad realista a todos sus personajes, así como sus relaciones familiares, sentimentales y profesionales. Además, el reparto escogido funciona a las mil maravillas y todos los actores y actrices brillan en sus respectivos roles, no quiero destacar a ninguno por encima del otro. Cuando el polvo se asienta es un drama impactante y un prodigio narrativo que sobresale por encima de la ficción televisiva actual como un oasis en el desierto. Hazme un favor y no dejes de verla.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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5
24 de abril de 2023
54 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un club anclado en el pasado

El club del odio, es una película que resultará incómoda para mucha gente. El tema que aborda es delicado, y en los tiempos que vivimos aún más. Su directora, Beth de Araújo, mitad china, mitad brasileña, para su debut no se anda por las ramas y toca un asunto candente. Una profesora de primaria, crea una especie de club donde gente afín ha su ideología se van a reunir por primera vez. En el, un grupo variado de mujeres debaten y cambian impresiones sobre la sociedad, y más concretamente sobre el estado de las etnias, el problema laboral y las ayudas que están recibiendo. Hastiadas de que todo esté empeorando para la gente blanca, y como afecta a sus ideales de la típica familia americana. El desarrollo de la trama tendrá otro desencadenante al toparse la líder del club, con una antigua amiga.

*Una obra complicada de tratar

Beth de Araújo con esta, su ópera prima, no ha podido escoger un tema más conflictivo en los tiempos que vivimos. Hacer una obra como esta requiere tener las cosas muy claras de como querer contarlo. El club del odio, nos presenta un hecho que a nadie se nos escapa hoy día, y es que vivimos en una sociedad donde casi cualquier tema es tabú. Hay un y mil colectivos de toda índole, y como tal, hacer algo que toque alguno de esos palos, es tener que hilar muy fino para no herir sensibilidades. La primera escena del film, en las afueras del colegio donde imparte clases la protagonista, ya deja claro el tono de la película. Al final la bola es tan inmensa, que solo puede acabar como lo hace, y la directora se desmelena para ofrecer un final lleno de vísceras.

El club del odio tiene un ritmo que va crescendo a cada conversación. El guion se me antoja poco desarrollado, y hace que la trama pese a su inicio, nudo y desenlace, me deja la sensación de un episodio piloto de alguna serie. Stefanie Estes, me parece lo mejor del film, una actuación maravillosa, y un personaje (todos), pero especialmente el suyo, al que solo se le puede coger odio y tirria. Otro aspecto a destacar en que todo se desarrolla a tiempo real, lo que le da un enfoque más invasivo a la trama.

*Conclusión

Como última reflexión sobre El club del odio, decir que como película se me ha quedado algo corta. No deja de darme la sensación de que falta desarrollo en los hechos en sí, y la forma abrupta en los momentos finales no me ha gustado. De ahí que no deje de compararla con algún primer capítulo de una serie. Su directora creo que sabe tener mano para provocar, y eso está bien, pues hoy día todo es demasiado políticamente correcto, y el cine arriesga poco. Contar este aspecto de la sociedad creo que es necesario, así como ya hace décadas obras como Adivina quién viene esta noche (1967), Arde Mississippi (1988) o American history X (1998) lo hacían con otras armas. En definitiva, este debut es un film interesante, pero que queda algo corto, pero sin duda una directora a seguir.

Escrito por Víctor Vega Cuervo
Cinemagavia
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8
5 de octubre de 2021
53 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La importancia del escritor

La asistenta (Maid) presenta un tema que a lo largo de los últimos años ha ido haciéndose hueco en diversas películas y series como Nomadland, Hillbilly, una elegía rural o Shameless, serie de la que recibe mucha influencia pues comparten creadores.

Los primeros episodios cuentan con una historia nueva y fresca a través de la protagonista Alex (Margaret Qualley), con la que se empatiza desde el primer capítulo hasta el último. No peca de exageración ni se exprime el dolor, sino que se ofrecen pequeñas dosis transformadas en recuerdos felices y cálidos, que hacen ver lo fría que es su realidad en el tiempo presente.

El guion de La asistenta posee mucha fuerza pues no se mueve con el tiempo, sino que son los propios personajes los que crean un guion dinámico y atractivo. Sin embargo, lo que más destaca y que hace verdaderamente brillar a los personajes son las interacciones entre ellos. Cada palabra, frase y suspiro están muy bien cuidados, son diálogos directos, sinceros y, en muchas ocasiones, consigue haber cierta poesía en lo que dicen.

Tampoco son diálogos vacíos pues detallan bastante bien a cada personaje, aún por poco tiempo que haya estado en la pantalla, ejemplo que se puede ver bien en Danielle (Aimee Carrero).

*El arco del personaje

Los personajes no solo están bien escritos, sino que además tienen un buen desarrollo en tal solo 10 episodios. No se apresuran con su evolución, sino que aprovechan útilmente el tiempo que tienen. Es por ello por lo que, tanto los supuestos antagonistas, como lo son su madre Paula (Andie MacDowell) o Sean (Nick Robinson), o como los personajes secundarios, no tienen personalidades muy marcadas que los encasilla desde el inicio, sino que pasamos de quererlos, a entenderlos, a odiarlos o incluso sentir lástima.

Sin embargo, La asistenta no seria posible sin las interpretaciones de Andie MacDowell y Nick Robinson que se convierten en sus personajes y detallan cada pequeña parte de su personalidad. Sobre todo Andie MacDowell que, a pesar de la excentricidad de Paula, consigue generar empatía en el espectador y entenderla en todos sus aspectos.

*Perder el rumbo

Pero al igual que en la propia serie, no todo son rosas en el camino. Tras unos capítulos, la serie empieza a perder un poco el norte. Las escenas ya no fluyen como lo habían hecho hasta ahora, el guion pierde el rumbo y te encuentras con los pedacitos sobrantes de la historia que se había contado hasta ahora. Comienzan algunos tropiezos en la continuidad narrativa y el interés se pierde. Afortunadamente, se recupera la magnitud en los últimos 10 minutos de estos episodios que generar expectativa y no desenganchar al espectador.

John Wells vuelve a ponerse a la dirección de La asistenta y Molly Smith Metzler vuelve a encargarse del guion en los últimos episodios para reconducir el rumbo conseguido en los primeros episodios e incluso, mejorarlo. En esta ocasión, ahora el guion se centra en el tema que no se había explotado en su momento y del que solo se habían dado pequeñas ráfagas. La manera en la que el maltrato emocional es narrado en La asistenta es muy desgarrador y honesto. Lo trata desde el respeto y la valentía que genera sola la fluidez emocional y una mayor empatía con la protagonista, además de añadirle unas metáforas visuales que sustituyen a unas palabras que se quedarían cortas.

*Luces y sombras

La asistenta posiciona al tratamiento de la imagen como un intensificador y donde se influencia de la técnica de Shameless. La cámara en mano y los planos cortos ayudan a que la emoción de Alex llegue hasta el espectador, que en ocasiones incomoda y cierra tanto el plano que genera agobio. Al igual que toda esa oscuridad que invade los primeros capítulos, no son más que reflejo de los sentimientos de ella. Es por ello que cuando hay luz y grandes planos generales, es agradable para la vista del espectador tanto visual como emocionalmente.

*Conclusión

La asistenta (Maid) son 10 episodios donde en la mayoría de ellos se roza la plenitud cinematográfica. Supone una historia cíclica que se toma el tiempo adecuado para contar la historia de forma paulatina. Una serie que quiere muy bien a sus personajes y que les ofrece una vida entera en solo 10 capítulos, que los mueve, transforma y regenera sin prisa, pero sin olvidar el tiempo.

Así, la serie te va llevando donde quiere sin que apenas te des cuenta, lo que acaba simbolizando el mismo camino que vive Alex. La asistenta no olvida que la vida no es un cuento de hadas, pero no se hunde en la miseria, sino que quiere mostrar el amor familiar y la idea de no rendirse por encima de todo y de todos.

Escrito por Jimena Boiza
Cinemagavia
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