Viendo 'Close' no dejé de pensar en ese milagro titulado 'Un pequeño mundo' (Un Monde) de la también belga Laura Wandel.

Las principales similitudes son: la cercanía de la cámara, el impecable trabajo de los/as jóvenes intérpretes y el tema central de la trama. Pero, lo más relevante son, precisamente las diferencias entre dos películas tan parecidas, de un mismo país y realizadas con un año de diferencia.

En 'Un pequeño mundo' vence la crudeza, en 'Close' vence el color. En la primera sales del cine con un nudo en el estómago, en la segunda lleno de lágrimas. La mirada de la primera se sustenta sobre una cuidadísima cámara-en-mano minimalista (estilo 'El hijo de Saúl'). La mirada de la segunda, sobre bellos travellings y músicas. La primera tiene vocación de retrato social. La segunda, de caso aislado. Finalmente, y aunque parezca difícil de creer, la interpretación de la jovencísima Maya Vanderbeque en 'Un pequeño mundo', deja en pura anécdota el trabajazo de Eden Dambrine en 'Close'. Uno queda enmudecido observando el milagro que es esa niña protagonista. Indescriptible.

Resumiendo, 'Un pequeño mundo' es probablemente el mejor retrato que he visto en mi vida sobre el bullying (le puse un 10 sin dudarlo). Y 'Close' es una muy buena película, a veces muy triste y otras muy hermosa (un merecido 8)

Maravillosa aproximación al mundo de las empleadas del hogar en Brasil. La elección de ceder la cámara a los/as hijos/as de las casas es magistral, de una tacada se obtienen los dos elementos más preciados en un documental: un acceso privilegiado al lugar y una confianza máxima con el interlocutor. La enorme calidad del director queda luego certificada en un montaje ameno y profundo, que premia -con creces- al espectador paciente. Un 10.

Hace poco volví a ver 'Amarcord' y pensé que había envejecido muy mal. Descubrí que yo no era el mismo y que el mundo, por suerte, tampoco. Me entristeció, era una de mis películas favoritas. Ayer vi 'L'albero degli zoccoli' y sentí que ese hueco quedaba reemplazado. Uno siente la necesidad de describirla como monumental, pero el término es demasiado rocoso para referirse a este poema de tres horas repleto de humanidad. Todo cabe y todo ocurre en esta obra maestra llena de dureza y ligereza, ignorancia y dignidad, sumisión y libertad. Sublime, esa es la palabra. Sublime.

Soberbio experimento cinematográfico con momentos de una belleza al alcance de muy pocos (esos cantos en la Cerdeña). Guerín tiene la enorme virtud de impartir cine mientras lo hace y esta película es otra lección más.

Este documental comparte muchas cosas (tal vez demasiadas) con el excelente film 'La Chana' (2016) de Lucija Stojevic. Ambos poseen un material de archivo maravilloso que saca del olvido a bailaoras excepcionales. Ambos destapan la vida que se ocultaba detrás de los focos y los escenarios. Y ambos cuentan una historia que tiene un pie en el pasado y otro en el presente. Y es precisamente en este último punto donde 'La Singla' flaquea.

La columna vertebral de 'La Singla' es una supuesta investigación conducida por una mujer fascinada por la enigmática bailaora. El problema es que esa "investigación" requiere de una mínima veracidad que no existe. Ni la interpretación es convincente, ni la puesta en escena acertada, ni el orden narrativo del todo coherente. Por todos estos motivos, uno llega cansado (y desconectado) a la resolución final del supuesto rompecabezas. Una lástima.

En cualquier caso, gracias a esta película, esa fascinante Singla en blanco-y-negro, con su mirada profunda y su alma salvaje, vivirá en nuestra memoria para siempre. Del resto de metraje, lamentablemente, no podremos decir lo mismo.