Como a estas alturas ya se ha dicho de todo sobre esta película, me limitaré a decir que como musical atómico, me parece un poco floja por las coreografías,que aunque muy espectaculares, resultan sosas, poco fluidas y sin mucha chispa. En cambio como historia romántica idealizada en los detalles, me parece buena, bien interpretada por la pareja protagonista y con una música interesante y agradable. En definitiva, se ve con gusto, y aunque es larga, no aburre. Yo le pondría un 6.5, pero no se puede.

No es muy original el tema de la joven ejecutiva trepadora adicta al trabajo enfrentada a la falta de sentido de su vida, pero aquí los autores han pretendido una exposición nueva, tragicómica y trascendente, haciendo que un padre pasado de rosca se introduzca en la vida de la hija trepadora, para ayudarla haciéndose pasar por un estrafalario personaje inventado.
Como los actores están bien escogidos, las escenas bien filmadas, hay salpicaduras de buenas conversaciones y estética europea, la peli puede dar el pego. Pero solo eso.
La directora y los guionistas se pierden en el guión, no saben por donde tirar, les falta ingenio, tiran de tópicos, y el resultado es que las intervenciones del padre son tontorronas y con poca gracia, y la historia se va haciendo más y más aburrida e increíble (no subrealista o disparatada, solo increíble). Hacia el final, una canción con un punto dramático, y una escena graciosa con desnudos, despiertan al espectador. Demasiada alta valoración y demasiados premios para tan poca chicha.

La esencia del argumento es bastante simple y no muy original, así que a la película se le intenta dar fuste y sustancia a base de enrevesarla, y para ello, el director y guionistas nos presentan unas situaciones y unos personajes imposibles de creer, empezando por la pareja de internet, y la relación virtual, que no engañaría ni atraparía a un adolescente lerdo, y aquí levanta un tsunami de emociones y pasión; y siguiendo por las fantasías y las sorpresas de folletín que sirven para alargar la película, o por los traumas sicológicos de cartón piedra, o la siquiatra, que mas que sicoterapeuta lo que parece es esa amiga pasmada que escucha resignada tus tonterías porque no tiene nadie más con quien salir.
En fin, un rollo tontorrón, que no lo salva la Binoche, porque es mucho lo que hay que salvar y ella no da para tanto.

El argumento se mueve entre la parodia, el sainete, el romance, el drama y la crítica política, y no acierta con ninguno, ni consigue encajarlos entre sí, como si fueran piezas de distintos puzzles. Los chistes son planos y poco originales, los personajes son de carton piedra, y hay más tópicos que minutos de metraje. El resultado es una película aburrida y sin interés. Ni siquiera la denuncia final basada en la realidad histórica, tiene mucha sustancia.

Esta película hay que verla en el cine, a oscuras, prisionero en tu butaca. No vale en casa, y si la troceas la matas.
Con una puesta en escena sobria pero sugerente, la parsimonia de muchas películas japonesas, y sobre un fondo de diálogos de la obra "Tio Vania" de Chejov que ensaya un grupo de teatro, se muestran las heridas abiertas que consumen al director de la obra y a la joven que conduce su coche.
Con ese tema y las tres horas que dura la película, me resistía a ir a verla, pero tengo que decir que me interesó, me emocionó y no se me hizo larga.