Era evidente que intentar hilvanar otra historia a la sombra de la saga original de Bourne era una tarea titánica. En esa labor no basta con evocar al personaje de Matt Damon, citar su nombre o incluso aportar inserciones en la trama como se hizo anteriormente. ‘The Bourne Legacy’ (2012) decepciona esperablemente en cuanto a continuidad, nuevos rumbos y riqueza de personajes.

La aparición de Edward Norton recuerda su participación en ‘Dragón Rojo’ (2002), con un rol prácticamente inventado de la nada para que calce en el contexto general y si bien en este sucedáneo aparecen además Rachel Weisz, Jeremy Renner entre otros, ciertas secuencias se ven algo forzadas en un guión menos atractivo que los referentes anteriores.

No es menor que esta cinta sea la más larga en duración buscando hermanarse con las anteriores, superando las dos horas, pero tardando mucho en convencer de su vínculo para así ganarse credibilidad. Si tuviera que buscarse un título alternativo sería “La burocracia Bourne”, papeleo y oficina sin el vértigo de ensuciarse las manos en terreno.

Jeremy Renner hace lo suyo en cuanto a lo que el guión le permite, pero la dirección y poca participación del staff original tras las cámaras se nota y si no fuera por la luz que irradia Rachel Weisz la película podría perderse aún más. Tiene chispazos, buenas secuencias pero en el todo queda al debe. Su trabajo general aunque esmerado la eleva como aceptable pero peligra en su definición de ‘recomendable’.

El film cava su propia tumba al rendir pleitesía desde el título a la saga Bourne. Quizás como cinta de acción e intrigas independiente hubiera generado más probabilidades, pero por ejemplo en ese afán de unirse a la trilogía pierde más de lo que gana y los antagonismos aparecen más difusos que nunca.

En resumen, aunque no es una pérdida de tiempo puede gustar o generar rechazo. En ese trance las opiniones pueden ser variadas pero es más probable que se haga un poco larga y que los momentos de adrenalina no alcancen a cubrir las expectativas.

Recomendación:
Aceptable, pero aunque se intenta inyectar el adn Bourne su dosis no es la suficiente.

No era fácil retomar el fenómeno de "Kick Ass" (2010) y esa distancia que sacó de forma abismal con un aire mucho más simplón y a la vez realista, de tantas producciones de súper héroes multimillonarias en elenco y efectos especiales. Se trata de una historia sin glamour, mal portada y a ratos cruda como la vida misma, pero con un toque importante y fundamental de humor negro.

Pese a que en Chile no tuvo el efecto de otros rincones del orbe, la historia de los enmascarados amateurs y amantes de los cómics, haciendo justicia por mano propia es un argumento querible y a la vez muy adictivamente entretenido, con algo de culpabilidad, ya que luego de disfrutarla algunos la mirarán con desdén. Una vez que se está inserto en el guión es difícil despegarse de él, obviamente tomándolo como una propuesta de cine para divertirse y pasar un buen rato.

Es cierto que quienes vieron la primera parte presentan una ventaja, pero los que quedaron rezagados -a diferencia de otras cintas- esta vez sí pueden apostar que echar un vistazo a la precuela no es una pérdida de tiempo, ya que no sólo verán una aceptable película o al menos 'diferente', si no que tendrán su bautismo para esta segunda entrega.

Mención para quienes no gustan de este tipo de temas, de héroes y heroínas. La abstención es evidente, pero es también una posibilidad de apreciar la lucha contra el crimen con un aire diferente, casi marginal, sin recursos típicos de superhéroe, y con algo de realismo imprudente es decir, con sangre para regodearse y menos idealismo insulso.

"Kick Ass 2" (2013) es un torbellino odioso de emociones; nos puede tocar diferentes fibras como la comicidad, la identificación con los personajes, la perplejidad y por supuesto lo predecible, pero aún así todo ese cóctel se agradece precisamente porque su excentricidad es la base de su éxito y de un sello original que ya acumula dos películas más que aceptables.

Quizás lo mejor es que satisface las expectativas de lo que su público va a ver (lo que no es poco), además empalma relativamente bien con su predecesora, se sabe mal portada y aún consciente de sus toques de mal gusto sale airosa. Podrá ser evaluada negativamente por los ajenos al género pero es un singular referente para un grupo no menor de cinéfilos, esos cansados de golpes sin sangre y que quieren ver héroes no aptos para todo público.

Recomendación:
Aceptable secuela. Satisface expectativas fanáticos. No apta para susceptibles y amantes del cine romántico europeo o de obras clásicas.

Una nueva entrega de la madura pandilla de Bruce Willis llega a las salas para revivir ese aire a guerra fría y espías fuera de época, que pese a los cambios se mantienen dejando caer vainas y lanzando patadas como en sus mejores tiempos. No es "Los Mercenarios", aquí se supone hay más garbo y menos músculos al aire.

Así como en la primera parte (2010) rescatamos la riqueza de la historia, que aunque se distancia de la oscuridad original del cómic, puede ser una alternativa aceptable en el cine, ese sinsabor de ver algo que pudo ser mejor explotado se reitera aunque con otros matices.

Con un cambio en la dirección y un énfasis más explícito a sus orígenes gráficos, "RED 2" ya no cuenta con la sorpresa de presentar historia común y convertirla en algo digno de verse (la 'promesa' como diría Nolan), sin embargo pretende reemplazar esa inocencia y expectativa del comienzo por una ración doble de balas y explosiones que ya nos anticipó la precuela, y en el ejercicio no obtiene mucha diferencia con su antecesora.

Definitivamente se debe tomar esta cinta como lo que es aunque suene obvio, un momento de mera entretención. Pensar que jubilarse será mantenerse en medio de aventuras o con la vitalidad de los 20 es una quimera, sobretodo con nuestra realidad.

En cuanto a la trama, algunos ripios en el trabajo de presentación de personajes mejoran y se hacen notar con credibilidad, no obstante hay un toque de abusos en clichés de resolución de situaciones y otros, como cambiar de ciudad como quien cambia de autobús al más puro estilo de Carmen San Diego. Lo mismo ocurre con las fortalezas que se rinden como verdaderos malls comerciales.

Catherine Zeta-Jones es un bombón beneficiado por el lente de la cámara que logra en ella algo extemporáneo, cuestión que en otro sentido y propio de su elegancia natural logra nuevamente Hellen Mirren. Si a esto le sumamos el factor Hopkins, esta segunda parte de aventuras de agentes -entre comillas- "retirados", se parece cada vez más a una suerte de "Ocean's Eleven" sumando elenco a destajo y a ratos, sin mayor necesidad. Otra evocación que llega al subconsciente es "Los Magníficos" ('A-team'), donde Willis asoma como John 'Hannibal' Smith y Malkovich se consolida emulando la loca experticia de Murdock.

También en cuanto a personajes se mantiene el afán de separar al personaje de Frank Moses (Bruce Willis) con su referente inevitable de acción, John Mclaine ('Duro de Matar'), y si en la anterior película de "RED" (2010) el intento se vio raro, ahora ya estamos todos sumergidos (y resignados) de ver a nuestro héroe calvo convertido en un macabeo absoluto.

No nos cansaremos de pedir algo más viendo tantos recursos. Si bien hay aspectos mejor logrados en esta continuación como las persecuciones, los antagonismos y mejor delineación de personajes, cuando se le intenta dar un giro más lúdico a un guión original más crudo, esto se hace o no, es decir, debe existir absoluto compromiso con la apuesta o simplemente no hacerla. Dejarla a medias, como en el humor o la estética, es dejar en evidencia las dudas existentes.

"RED 2" es casi aceptable. Puede diferirse acerca del balance, pero como producto es entretenido y una muestra que algunos actores consagrados pueden ensuciarse las manos sin pestañar.

Recomendación:
Regular, o siendo generoso, aceptable. Entretenida pero en lo absoluto trascendente.

Aunque fue motivo de algunas críticas y observaciones posteriores, “The Hurt Locker” de Kathryn Bigelow, traducida como “Vidas al límite”, “En tierra hóstil” entre otros títulos, es a todas luces una cinta muy bien trabajada y prolija no sólo por detalles si no por el perfil de los personajes.

Durante dos horas la realidad y tensión en escena se puede respirar desde los movimientos de cámara hasta los silencios y las palpitaciones cardíacas. Cada insecto o resoplido de audio genera una intimidad atrapante que fortalece la complicidad entre espectador y el film.

No cabe duda que estamos frente a una buena película bélica, pero no solo de bandos o antagonismos sino también de emociones y sensibilidades, de nervios y sensaciones. No toma el conflicto en un nivel macro, si bien esto es ineludible, prefiere abordar la humanidad de seres que rehuyen de sus sentimientos y se ven sin otra opción que la de dar curso a su deber.

Bigelow juega bien con la sorpresa y le da vida y estilo propio al tratamiento prolongado del suspenso. Además, logra una descripción profunda de la carrera militar en algunas especialidades, en su cotidianidad y stress.

Podría juzgarse si los protocolos o tecnicismos son los correctos, pero como película funciona, entretiene y atrapa, que es su fin básico. Sobre la necesidad de abordar otros temas más ideológicos, sin duda hay otros films para eso.

Recomendación:
Elogiable prolijidad de la directora. Un vistazo diferente a los eternos conflictos en oriente medio.

Se acabaron los años de sequía y sin recibir las excentricidades de Baz Luhrmann. El revival de la obra clásica americana de F.Scott Fitzgerald, "El Gran Gatsby", levanta y reflota el nombre del realizador australiano, logrando retomar el respeto tras la irregular "Australia" (2008).

El sello del director está impreso 100% en el contenido de su obra. Luhrmann juega con la redondez de las escenas y aunque a veces se puede hacer molesto que todas las secuencias intenten rimar, la tónica es de cuadros contrastantemente diferentes; a ratos muy recargados, grandilocuentes, con traslados incesantes y luego, silentes, en un orden contenido dado igualmente en sus cintas predecesoras, es decir, con un ritmo vertiginoso que luego puede bajar hasta el coma.

La duración de la cinta, de más de dos horas, no colabora con la espera lánguida del desenlace, pero los antecedentes del realizador ayudan a descifrar los misterios ocultos tras el carisma de DiCaprio. Sabido es el leit motiv de amores trágicos, casi líricos y con aires poéticos que Baz Luhrmann le imprime a sus películas, caracterizadas por exponer lo retro inyectándole estilos contemporáneos de un modo que nadie más lo pensaría y que obviamente, no a todos gusta.

La fotografía como suele suceder con el australiano se pierde en los efectos casi vintage y con una estética propia que a ratos agobia. El montaje es correcto para la extensidad del guión y cabe hacer notar la luminosidad del film comparativamente hablando por ejemplo, con Moulin Rouge.

Sería injusto no mencionar el peso actoral de Tobey Maguire para conducir la cinta por largo rato y por otra parte, el aire cliché de expectativa que se abre a la aparición del Gatsby, con espectros místicos casi de la talla de un Mago de Oz. En este sentido, los roles femeninos quizás son lo más al debe del detalle del reparto.

"El Gran Gatsby" puede atraer por su aura especial y el sello de su responsable, amante de las tragedias románticas con escenas calculadas y secuenciadas, aún así para muchos, estos amoríos con preámbulos eternos y amores casi platónicos no lograrán convencerlos por más que se trate de una obra clásica readaptada. El 3D casi es redundante cuando se trata de Baz Luhrmann.

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Recomendación:
Un punto positivo para Luhrmann. Aunque extensa, su versión de este clásico aunque no es redonda, suma.