Haz click aquí para copiar la URL
España España · Granada
Críticas de Kikivall
Críticas 1.980
Críticas ordenadas por utilidad
6
14 de octubre de 2021
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La directora y guionista de esta película, Julia Ducournau, utiliza el terror para contar una historia de amor en la que apenas importa el género. Se desarrolla la trama a través de Alexia, una niña atraída por el titanio después de un accidente en coche, tras el cual le tuvieron que implantar intracranealmente una placa de este metal.

En su juventud, Alexia se convierte en una bella y sensual mujer que se contornea sobre los coches y, además, se ha convertido en una asesina en serie, sin que sepamos bien las razones. Tras ser reconocida por la policía, en su huida, se hace pasar por un muchacho desaparecido hace muchos años.

En esta situación se acerca al padre de este joven, un bombero que anhela la llegada de su hijo. El tal padre es un narcisista obsesionado en cultivar su cuerpo. Ambos están interpretados por un espectacular Vincent Lindon y la debutante Aghate Rouselle.

Es difícil escapar a los efectos inmediatos de una obra tan desconcertante y potente como esta, una especie de catarsis que deja al espectador prácticamente KO y desorientado.

Un imborrable recuerdo de imágenes asombrosas y bastante locas; una especie de descarga brutal. “La mantiene en pie su insaciable libido, su mecánica indestructible y la certeza de que nadie tiene nada... salvo coche quizá” (Martínez).

Ducournau construye supuestamente una fábula sobre la carne liberada de ataduras, sobre cierta metamorfosis trans hacia lo inquebrantable. En la sinopsis de la película la propia directora escribe: "Tras una serie de crímenes sin explicación, un padre encuentra a su hijo desaparecido hace 10 años. Titanio: metal altamente resistente al calor y a la corrosión, que ofrece aleaciones muy duras". Y en estas palabras está prácticamente todo apuntado.

Tras las primeras escenas del accidente de la niña y el implante de la placa de titanio, acto seguido, la actriz la Rousselle, con gesto ido baila en un tabuco, mata, practica el sexo literalmente con un coche (aunque no sabremos qué la convirtió en adicta al metal cromado), asesina de nuevo varias veces, huye, se disfraza de varón, se hace pasar por un muchacho y observa que está embarazada; incluso pierde aceite por sus genitales y la panza de madre brilla metálica: asombroso.

Alexia se hace pasar por Adrien Legrand, el niño que 10 años atrás desapareció. Para su padre, Vincent, esto supone el final de una larga pesadilla y lo/la lleva a casa. Un padre que lo (la) quiere por encima de todo. Y en ese tránsito, Alexia descubre finalmente algo equivalente al más tierno afecto.

Todo se desenvuelve en un ambiente de colores ácidos donde el espectador se sumerge en una odisea de la identidad. Sin ser ningún género, los encierra todos a la vez: es terror y cuento fantástico; thriller de enorme tensión; y tragedia de enorme brutalidad.

El filme conjuga en su historia la diversidad sexual, la dislocación de la familia, la hibridación de lo humano con lo metálico-robótico, y la violencia como vía de escape. Todo ello con un compuesto de imágenes transgresoras y demoledoras, que puede herir la sensibilidad de los corazones sensibles.

El resultado es una película entre el sueño y una realidad hostil que todo lo encharca. La desesperación del bombero por dar con su hijo es la misma que la de la protagonista por saber quién es y qué le está ocurriendo.

Alexia paulatinamente se apropia de su género y acaba en otro punto diferente, dejando claro que eso no importa. Lo que importa es que esta psicópata y asesina en serie, termina por convertirse en alguien humano gracias al amor. "En el fondo todo lo que quería hacer con esta película era una historia de amor, eso es lo que significa para mí y en lo que pensaba durante la escritura", ha manifestado Ducournau.

Igualmente, la directora expresó: "Mi intención es que la gente entienda que la cuestión del género es irrelevante. La identidad es totalmente algo que cada uno construye (…) Alexa no se transforma porque quiera; sino por necesidad, para evitar ser perseguida por la policía. Sin embargo, en un punto de la película ella quiere ser esa persona. Eso es lo importante. Porque ahí es cuando el público tiene que aceptar eso, y el amor entre ellos".

Pero no puedo cerrar estas líneas sobre este thriller tenso y brutal sin transcribir las palabras de Carlos Boyero, con las cuales acuerdo muy mucho. Boyero sentencia sobre esta película: “me parece espantosa e indescriptible… No sé las drogas que se tomaría la directora para crear una película de una señora que folla con los coches, se queda embarazada de uno y tiene un bebé de titanio”.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
20 de enero de 2020
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando yo era niño había la costumbre por Navidad que TVE proyectara la versión “Mujercitas” de Mervyn LeRoy (1949), una consistente, entretenida y azucarada adaptación de la celebérrima novela de título homónimo, que Louise May Alcott publicó en 1868. Era aquella una buena versión con una excelente perspectiva de la época y un gran elenco actoral (June Allyson, Elizabeth Taylor, Peter Lawford o Janet Leigh: lujo); pero cursi, para mi modo de ver de aquellos años infantiles. Entonces, recordando esta sensiblería y dulzor de antaño he ido a ver esta nueva versión o remake, segundo largometraje dirigido en solitario por Greta Gerwig y entré en la sala con ciertos reparos.

Llamativo es que la cinta comienza con Jo intentando publicar para así cumplir sus sueños de escritora, a pesar de un panorama literario de hombres en una época en la que las mujeres estaban muy limitadas. Gerwig acierta a romper la organización lineal de la novela de Alcott, partiendo el film en dos tiempos. De una parte el pasado, por otro, el presente, en el que la familia se congrega ante la inminencia de la muerte de Beth.

La cosa es que conforme miraba las escenas, las escenas caían sobre mi retina como una experiencia extraordinaria. Es como si su directora me soplara al oído que hay que ir al cine liberado prejuicios, la única manera de abordar una obra de arte con gozo. Cada frase y cada escena del film conforman un discurso sabiamente tejido. Se perciben verdades humanas incluso de las equivocaciones de los personajes, pues es de estas fallas de donde emergen grandes opciones de crecimiento y experiencia para la vida.

Gerwig dejar su peculiar y singular impronta poniendo de manifiesto el gusto por el compromiso y el riesgo que anida en los corazones osados y valerosos, en esas hermanas arrojadas del film. Lo que distingue a esta “Mujercitas” de sus contrapartes son sus dos mitades, cada una separada por siete años de tiempo. El suficiente para aprender y crecer, saltando el relato adelante y atrás, avanzando y retrocediendo en el calendario. Es el arte de confundir la historia de la autora con el relato del film, que viene a ser una reflexión sobre la labor creativa, que es en cierto modo una apología del amor. Como reza la protagonista del film, a la sazón la novelista en el relato: “He tenido muchos problemas, por esto escribo relatos alegres”.

En el reparto Laura Dern (la madre) está superlativa y Saoirse Ronan y Florence Pugh, que gozan de mayor tiempo en pantalla, están en un nivel de excelencia, sin olvidar otros actores y actrices magníficos como Timothée Chamalet (actor que cada vez va a más), Emma Watson, Eliza Scanien, Meryl Streep, James Norton, Louis Garrel, Bob Odenkirk, superiores.

Alexandre Desplat y Yorick Le Saux ponen una excelsa música y una celeste fotografía respectivamente, que arropa la cinta para hacerla aún más bella. Sin olvidar, para una obra alegre, el vestuario de las hermanas, color algodón de azúcar; o los decorados a lo Accidentally Wes Anderson.

Es reparto, es guion y es un conjunto radiante porque radiantes son sus piezas, cada una de ellas. El retrato de Greta Gerwig sobre las cuatro hermanas puede entenderse en clave feminista e incluso y más bien, como un dibujo de la excelencia y las claves de la feminidad. Cada “hermanita” enfrenta las dificultades de entrar en la adultez según sus formas características y su entendimiento, sin responder a estereotipos.

Greta Gerwig arranca y continúa un relato con consideración de clásico, para concluir en un cántico actual sobre las virtudes femeninas. Al espectador lo lleva a un camino de instrucción e inspiración con la misma vida de Louisa May Alcott que, quién sabe, podríamos imaginarla como una antecesora de Greta Gerwig, la mujer actual, esta gran cineasta que con este film revela su entusiasmo y su vocación de mujer sensible y audaz. Así, la Gerwig recurre a su doble en la obra, la actriz Saorsie Ronan, para interpretar a Jo March, el doble de la escritora estadounidense y modelo de fémina rebelde e independiente.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
11 de septiembre de 2023
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Mario Casas actor inicia aquí su futurible carrera como director de largometrajes, con esta obra que en principio hay que valorar en su medida justa. No es una película importante, pero tiene aspectos valorables y de interés para el amante al cine español y concretamente, a los nuevos directores españoles.

Se sitúa la historia en un barrio humilde a las afueras de Barcelona. Allí viven Dan (O. Casas) y sus dos amigos, Vio (González) y Reno (Bechara). Viven al día, sin pensar demasiado en un futuro más o menos inmediato, entre fiestas, chupitos y porros.

También roban joyerías por el procedimiento de estrellar un coche contra el escaparate para, una vez abierto un boquete, penetrar en su interior y a toda prisa robar los relojes y joyas de las vitrinas y estanterías. Luego huyen en una moto los tres y la policía pisándoles los talones.

Uno de ellos, Dan, tras su apariencia de joven delincuente, esconde alma y habilidades, propias de un artista con talento. Dibuja y pinta en su cuaderno y es un grafitero interesante, todo lo cual es diferente al mundo que le rodea. Dan vive con su abuela pues su padre, delincuente y drogadicto, está en la cárcel.

Al poco de morir la abuela su padre sale de la cárcel, un psicópata en toda regla que pretende someter al hijo a su antojo y violentamente, lo cual despierta en Dan sus viejos demonios. Esta espiral de violencia le conduce a huir y a poner a prueba la amistad entre los tres amigos. La cosa acabará con otro robo fallido que obliga a Dan y a Vio a escapar a Madrid.

La ambientación nos conduce a unos barrios obreros barceloneses que Mario transitó con su hermano Óscar durante la niñez. Por lo demás, parece que la familia de los Casa es bastante cohesionada y en nada se parece al relato del filme.

Eficaz aparato impresionista en términos de efectos de sonido y banda sonora de Zeltia Montes (selección de canciones inteligente). Excelente fotografía de Edu Canet, que reviste sobriamente pero también con intensidad, la película.

Lo que se cuenta es la historia de un joven acosado por todos los lados de su existencia, un muchacho dolido y desgarrado interiormente por un padre que es puro peligro.

En el reparto, Óscar Casas, hermano de Mario, hace un excelente y riguroso trabajo del personaje Dan; portentoso, capturando los destellos del fin de la inocencia, un adolescente de barrio pobre viviendo con su amorosa abuela en el súper extrarradio, que es más allá del extrarradio de Barcelona. Sobrevive con los palos que va dando y algo con la pintura.

Sus dos colegas son encarnados con enorme intensidad, energía y actitud por una genial y debutante Candela González y un eficiente Farid Bechara, también actor nuevo y no profesional; acompañando Fran Boira (un poco excesivo como el padre psicópata), Marta Bayarri o Gerard Oms.

En esta película Casa hace un extraño salto mortal proponiéndose como una heredera de lo quinqui, pero que no lo es de manera genuina, sino convirtiendo el espíritu de aquellas obras en mercancía consumible medio light, medio inocente. Por empezar, Casas es guapo, y lo que cuenta, la tragedia del protagonista no tiene mucho de callejón sin salida social y sí mucho de predestinación trágica personal como hijo de un padre maltratador.

Lo que sí se puede decir es que estamos ante una historia de amantes perseguidos y en fuga, teñidos de desamparo, donde hay dolor y una visión oscura de la vida, de sus vidas. También mucho dolor, dolor interior y amenaza que acecha en cada esquina, angustia, fatalismo, incluso nihilismo por incapacidad para sobrevivir a unas circunstancias muy adversas. Sólo el amor los mantiene.

Casas hace un seguimiento de la pareja protagonista, poniendo su nerviosa cámara prácticamente encima de los jóvenes (excesivo). La forma en que aprehende sus rostros, sus gestos, sus cuerpos habla de cómo se relacionan con el medio físico y con el entorno social, la forma de tocarse, de mirarse y cómo en sus caras se acumulan historias difíciles, huellas de violencia y reacciones llamativas, como cuando Dan agrede brutalmente al dueño de un supermercado porque le está pegando a su hijo pequeño. Unas biografías terribles, a pesar de su juventud.

Vemos en pantalla una interesante mixtura de amistad, cariño y comprensión que nos aproxima a estos jóvenes tan enamorados como desdichados. Un lenguaje físico que funciona, aunque no fluya siempre igual el verbal. Otras partes son en exceso esquemáticas, argumento mal construido, todo ello fruto de un libreto de Dévora François y el propio Casas al que le falta un hervor, o dos.

Película, en fin, que, con las deficiencias propias de una ópera prima, entretiene, resulta interesante y posee cualidades formales interesantes. Se ve que el Mario Casas director ha aprendido mucho de su trayectoria como actor y ahora ha querido dar un salto valiente, a la vez que le hace un regalo a su hermano Óscar.

Publicada en revista de cine ENCADENADOS: https://encadenados.org/criticas/mi-soledad-tiene-alas-2/
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
20 de junio de 2023
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienza la cinta con el sabotaje de un reactor nuclear iraní por parte del agente de la CIA, Tom Harris (Butler), quien pronto descubrirá que su identidad ha sido revelada al poco de la destrucción del reactor. El sabotaje ha sido directamente vinculado a la CIA y él se ve forzado a poner pies en polvorosa.

La cosa es que Harris tendrá apenas de 30 horas para llegar al aeropuerto de Kandahar (Afganistán) y evitar que lo apresen o lo maten. Para llegar a Kandahar se hace con la ayuda de un traductor afgano llamado Mo (muy bien el iraní Navid Negahban), un hombre que rechaza la violencia y las muertes derivadas de los conflictos bélicos, cuya familia ha sido asesinada por los talibanes.

Perseguidos tenazmente por unos y otros grupos armados, entre los cuales se encuentra el despiadado asesino a sueldo Kahil (estupendo el actor indio habitual en Bollywood, Ali Fazal), Tom y Mo unen sus fuerzas y habilidades para llegar como sea al aeropuerto de Kandahar, convertido ahora en su única tabla de salvación.

Esta historia se desarrolla en ese laberinto de los programas clandestinos de armas nucleares en Irán y en general en el Medio Oriente, después de la retirada apresurada de Estados Unidos de Afganistán convirtiera a la región en un auténtico Salvaje Oeste.

Hay, por cierto, hacia el final del metraje, un duelo entre el sicario perseguidor motero y Butler, ambos de frente y pistola en mano, acercándose el uno al otro mientras disparan sin parar, que es como un duelo al sol de los westerns clásicos.

El director Ric Roman Waugh es especialista en cine de acción de marca, ese cine que requiere de un protagonista potente, atractivo, de lujo al que poner ante el espectador para que sea visto y admirado, como Gerard Butler, con quien ha hecho sus últimas películas.

Gerard Butler es todo un valor para esta película, casi es, como apunta Llopart: un género en sí mismo. En esta cinta el dramatismo es la guerra sucia entre agencias de inteligencia y las cloacas del estado.

Toda la historia, escrita en un apretado guion por el ex agente de operaciones especiales Mitchell LaFortune, busca equilibrar el espectáculo con algo parecido a la sustancia, retratando a múltiples agencias de inteligencia de todo el mundo trabajando juntas para ejecutar una misión imposible. Frenética caza al hombre, a un Harris abandonado a su suerte.

Obra que aporta profundidad al irracional capítulo de las guerras más estúpidas imaginables. Está dirigida con buen pulso por Waugh, el cual coloca importantes subrayados a la historia del lado de la conciencia, sin caer en discursos tediosos ni sermones.

Butler se ha convertido sin remisión en un mercenario cinematográfico en el mejor sentido, siempre dispuesto a completar misiones suicidas exitosamente. Butler equivale a trabajo bien hecho incluso en las situaciones fílmicas más desfavorables.

El filme ofrece en su nivel más superficial un contexto atractivo pero vago: Los lugares comunes, giros vistos docenas de veces y argumentos de sketch se suceden. Hombre de acción demandado, dinero por medio, la graduación de su hija en ciernes, los papeles de divorcio para firmar, etc. Pero hay más…

Hay un tratamiento sonoro sensacional, una violencia visual excelente, la fotografía de McGregor es un auténtico verso, amén de la atractiva música de MacGregor que constituye todo un envoltorio de hermosas notas en el relato.

Claro que no en vano confluyen, amén de Butler, un equipo de actores secundarios muy buenos como Navid Negahban (muy bien como el atormentado traductor que acompaña en la huida al protagonista), Bahador Foladi (bien este actor iraní como policía afgano), Ali Fazal (muy eficiente y bien elegido como asesino motorizado), etc. Todo concluye en peli de tiros y bombas con una adecuada y justa carga política.

Está claro que el protagonista es norteamericano, agente especial y, por lo tanto, alguien que barre para casa, sobre todo porque enfrenta al yanqui contra "extranjeros" no blancos. Pero no se puede decir que la cinta sea excesivamente tópica.

Aunque los villanos más malos provienen de Afganistán e Irán, sin embargo, no retrata a los "habitantes del Medio Oriente" de manera monolítica, como seres amenazantes, lo cual se ha repetido en muchas películas similares.

Pero eso sí, al final, cuando un jefazo-CIA decide que no quiere más muertes (de los suyos, claro), podemos ver en pantalla una explosión masiva de impacto, que resulta llamativa y excesiva.

Pero bueno, creo que LaFortune quiere aclarar que incluso los personajes más hostiles en estos países están divididos y pertenecen a innumerables facciones. A su vez, cada facción tiene objetivos muy distintos. Quizá están unidos en el odio hacia EE. UU., pero la exploración de las maneras en que las coaliciones terroristas pueden fraccionarse en lo relativo a aspectos raciales, de género e incluso estratégicas, es uno de los valores interesantes de la película.

Estamos ante una especie de vuelta a los thrillers geopolíticos de los años ’90 inspirados en novelas de espionaje e inteligencia militar ambientadas en la Guerra Fría y épocas posteriores.

Más extenso en revista de cine ENCADENADOS: https://encadenados.org/criticas/operacion-kandahar-2/
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
13 de noviembre de 2022
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que hace pocas horas que he visto y de la que saco una buena impresión. Mucha imagen, diálogos los precisos, tempo lento pero adecuado, buena puesta en escena y un reparto excelente.

El título alude a la fiesta de “A Rapa das Bestas” de la aldea gallega de Sabucedo, en la cual varios hombres inmovilizan a caballos salvajes para recortarles las crines, desparasitarlos y marcarlos. El cineasta inicia la película con unas imágenes de este rito, como metáfora de lo que vendrá.

En la historia un matrimonio francés, Antoine y Olga son una pareja francesa que se ha instalado ya hace unos meses en una aldea del interior de Galicia. Llevan una vida tranquila y de trabajo agrícola, aunque no mantienen una buena convivencia con los lugareños. Hay un conflicto manifiesto con los hermanos Anta, por intereses personales, lo cual que la tensión crecerá en la aldea hasta alcanzar límites más que preocupantes.

Un Rodrigo Sorogoyen sobrio dirige este thriller psicológico, que es también un drama callado, un filme de venganza y a la vez, de esperanza. Tragedia rural bronca de la España más profunda y negra imaginable, pero sin renunciar a la voz iluminada de lo justo, lo deseable, lo correcto, lo ilustrado.

Magnífico el guion Isabel Peña y el propio Sorogoyen, una música muy cuidada que acompaña perfectamente el rodaje y excelente la fotografía Álex de Pablo. Un reparto donde destaca la pareja de Marina Foïs y Denis Ménochet como el matrimonio francés afincado en el lugar que se niega a dar paso a la energía eólica, subrayándose el trabajo perfecto de Luis Zahera y Diego Anido en unas interpretaciones que dan hasta miedo.

La primera parte del filme se anima con la sed de venganza, el segundo fundamenta su peso en la necesidad de justicia. Si al principio es la violencia el patrón principal de comportamiento, posteriormente será la posibilidad del perdón.

Planos calmosos pulen cada una de las perspectivas. Hasta que, cuando la calma se quiebre de forma definitiva, la cinta deje de discurrir por fuera, para volverse sobre sí misma y convertir de manera íntima cada uno de sus infinitos dolores, algo tremendo que es realmente así.

Película que da miedo, también la paranoia y la furia manifiestas. Thriller rural en que se hace omnipresente el malestar de la España vaciada. Todo ello con estupendo libreto, previa documentación de sus autores: “Hicimos mucho trabajo de campo, y siempre nos encontrábamos con opiniones muy polarizadas (…) Por un lado, la gente de ciudad que se instala para trabajar la tierra y restaurar casas, y por otro, los que se quieren marchar a toda costa”.

En la segunda parte del filme se muestra el tortuoso camino de Olga, compañera de Antoine (Marina Foïs, en el mejor papel de su carrera), con tintes de tragedia griega cargada de una infinita melancolía. En su diálogo con la madre de los hermanos o la discusión entre ella y su hija está sensacional.

Conflicto llevado al límite, filme tenso de enfrentamiento de dos seres venidos de fuera con los oriundos de una aldea gallega, un matrimonio francés decidido a cultivar el campo y favorecer el ecologismo, en un clima de zozobra insoportable.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow