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Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Críticas de Buscapé
Críticas 694
Críticas ordenadas por utilidad
3
20 de febrero de 2014
0 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vas a ver una peli de uncle Arnie, sabes de sobra a lo que te vas a enfrentar: dosis de acción, escenas espectaculares y personajes, que sin ser ningun alarde interpretativo, entretienen y aportan carisma.

El problema llega cuando tienes a un director mediocre al frente, pero mediocre en el sentido de ausencia total de personalidad en la dirección, más comercial que un Happy Meal a la puerta de un colegio y más simple que un huevo de pato viudo. La película parece vomitada de un editor estilo movie maker o algo por el estilo: copy/paste

Si a eso le sumamos un argumento resobado y el aburrimiento que produce el saber qué va a suceder en cada instante, pues al final poco más se puede extraer de éste producto.

Pero no hay que ser del todo injustos, la peli tiene cosas graciosas y divertidas como la clase y los niños, donde se capta perfectamente lo duro que es ser profesor de infantil, pero a la vez la grandeza de trabajar para esos Gremlins descontrolados.

El problema es la ausencia de un villano que llame la atención: como la película es para todos los públicos y encima su director es comercial, al final te quedas con una película que se queda en tierra de nadie: inocua e insipida.

La relación entre el chuache y la fermosa dama de turno, es ta tan mal planteada que resulta pegajosa y poco creible.

En fin, una película del inefable Ivan Reitman y el segundo intento de Arnie por desencasillarse de la acción desenfrenada, para ir poco a poco migrar a otros papeles no tan encasillados.

Como anécdota, señalar que los creadores de Silent Hill, basaron su juego en el colegio que sale en la película.

Y la ciudad que sale es de nuevo Astoria: un pueblecito costero de los EEUU que también apareció en los Goonies.
Buscapé
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1
11 de noviembre de 2016
7 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo una tarde de domingo en la kelly de mi ex, una tórrida sesión de sexo: como todo hijo de vecino, suelo despertarme con la tienda de campaña lista para cabalgar alguna lozana serranía, pero detesto hacerlo en la cama, así que agarré a mi ex y me la llevé al sofá del salón: todo era perfecto: soledad, sudor, éxtasis y, lo más importante, no estaban las zorras compañeras de su piso...

El caso es que mientras le quitaba el tanga a mordiscos, algo debió salir mal... El mando del televisor debió quedarsele pegado en el culo, y con tan mala suerte, se encendió la tele: y... ¿adivináis quién estaba en la tele a las jodidas 8 de la mañana? No, no era el jodido Matías Prats... Si no el puto Castle...

Un hombre por sexo, puede vender hasta su abuela... Pero una mujer por Castle: ¡Mata!

A pesar de mi visceral odio hacia Nathan Fillion y la escort Stana Katic, todo mi riego sanguíneo se concentraba en una sola zona del cuerpo, mi cerebro casi no podía ni pensar, me debatía entre micro infartos en el miembro y el egotrípico objetivo de terminar lo ya comenzado... Pero fue escuchar la voz del doblador en español, y se me cortó hasta la leche materna... Mi parte púer pedía guerra, pero mi cerebro no enviaba suficientes señales para mantener la vaina a tope. Ciertamente, intuí que mi pareja, al contrario que yo, estaba a 1000 por hora: ¡Quería que lo hiciéramos viendo Castle!

Sin embargo, mientras mi ex me echaba el polvo del siglo, pude percatarme que en cierto sentido, me estaba siendo infiel con Castle: no me follaba a mí, se lo estaba haciendo con el infame personaje!...

Tras una sesión que duró un capítulo entero, (podría haber durado todo el día, pero mi miembro empezaba a mostrar síntomas de trombosis) llegué a la fría conclusión de que aquello no era lo mío... Por una vez, sentí lo que una mujer siente cuando pilla a su novio/marido viendo porno: ultrajado.

Pero en ese momento, justo cuando todo el riego sanguíneo volvía a bombear mi cerebro, descubrí por qué Castle era tan querido por las mujeres: Castle es como un chucho yorkshire: bobalicón, sumamente dócil con su punto de protector paternal, y lo más importante: disponible las 24 putas horas en todos los sucios canales de la televisión.

Ahora Castle es mi puto ídolo, y no porque su apestosa serie haya terminado, si no por ayudarme a comprender que una mujer no busca sólo una polla, busca el placer holístico: el instinto protector de Castle, el sentirse, por unos instantes, como Stana Katic: la ama y señora de su Castillo...
Buscapé
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9
18 de agosto de 2019
3 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recientemente, el que fuera el magnate de los negocios y el anfitrión definitivo de todos los pederastas de Hollywood y la política Anglo-Sajona, (amigo de Trump y los Clinton) un tal Jeffrey Empstein, amaneció suicidado en su celda. Mientras, sorpresivamente, uno de sus múltiples invitados a la isla privada de Empstein, el ilustre Kevin Spacey, (lugar que visitó en más de 27 ocasiones) acusado por varias de sus víctimas de abuso sexual, era absuelto de todos los cargos al desaparecer, - o casualidad- el móvil donde estaban todas las pruebas que lo incriminaban.

Lo interesante del proceso, (y que le viene como anillo al dedo a la serie) es que durante el año y medio que ha durado todo el proceso judicial, Spacey fue condenado al más absoluto de los ostracismos: desapareció de la vida pública, fue eliminado de la película "Todo el dinero del mundo", (sustituido por el veterano Christopher Plumber) y una turba de anónimos espoleados por el movimiento #MeToo se encargaron de terminar de defenestrar la otrora estelar carrera de Spacey.

Huelga decir que meses antes de la resolución final del caso, Spacey se atrevió a grabar un video donde hacia un spin-off de su propio personaje, un monólogo hablando sobre el significado de la inocencia y la culpabilidad. Video que parodiaba su rol de personaje maquiavélico dispuesto a todo por el poder.

Pocos se atreverían a decir que la serie ganó enteros con su ausencia, más bien perdió el eje vertebrador de lo que realmente significa ser Kevin Spacey, (el personaje real) y Frank Underwood, (el personaje ficticio de la serie): el ansia viva de dominar por encima de todo y de todos.

De la misma forma que Michael Jackson ha sido acusado de abusos sexuales y sus fans justifican que hay que saber correr un tupido velo entre el personaje real y el artista, con Spacey pasó lo mismo: no hubo casi nadie que se planteara dudas sobre si Spacey era o no un abusador compulsivo y reincidente. La verdad es que su personaje y la serie le vienen como anillo al dedo: representan el mal en su estado más puro, no por las habilidades interpretativas del acusado, no, más bien porque el exonerado se interpreta así mismo. ¿Cómo vas a errar interpretándote a ti mismo?

Por poner un ejemplo, 1991, Anthony Hopkins ganó un más que merecido Oscar al mejor Actor por su papel de Hanibal Lecter en "El Silencio de los Corderos", el que es considerado por muchos, la mejor interpretación de un villano de toda la historia del cine. Ese mismo año, el mismo actor, firma dos actuaciones descomunales pero en roles diametralmente opuestos: C.S Lewis en "Tierras de Penumbra" y el mayordomo existencialista de "Lo que queda del día"... Antítesis, ambos, del personaje lecteriano... Mi pregunta es, ¿Podría Kevin Spacey hacer lo mismo?

Absolutamente No!, he ahí la diferencia entre un actor de verdad y un impostor: Kevin Spacey lleva riéndose de todo su público décadas, siendo House Of Cards su picadero particular donde dar rienda suelta a todas sus perversiones...

¿Merece la pena ver House of Cards? Un rotundo Si, Robin Wright y el resto del elenco brillan con luz propia frente al agujero negro de Spacey y la propia serie se puede resumir con epitafios como el siguiente:

"Qué desperdicio de talento. Él eligió el dinero en vez del poder, un error que en este pueblo casi todos cometen. Dinero es la gran mansión en Sarasota que empieza a caerse a pedazos luego de diez años. Poder es el viejo edificio de roca que resiste por siglos. No puedo respetar a alguien que no entienda la diferencia". (Frank Underwood, alter ego de Kevin Spacey)


En definitiva, House of Cards es el Alter-Ego del señor Spacey... Un documental sobre el mal por el mal, que funciona más como análisis psicoanalítico a lo Ted bundy riéndose del jurado que al aspirante a Secretario de Estado de los Estados Unidos de América.

Indispensable.
Buscapé
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5
8 de septiembre de 2019
6 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hiperestrogenismo es el aumento de la acción tisular estrogénica, derivada, en la mayoría de casos, de un incremento de la síntesis y secreción de estrógenos, esto es:

Sensibilidad en las mamas
Somnolencia
Sangrado vaginal excesivo (de 2 a 7 días después de la sobredosis)
Retención de líquidos
Dolor de cabeza
Cambios emocionales
Náuseas y vómitos
Salpullido
Orina decolorada


Esa es la etiología que resume perfectamente cómo se te queda el cuerpo tras ver semajente enjendro.

Cuando los de Sony se decidieron a rescatar la saga de los Cazafantasmas con un reboot de la original protagonizada por féminas, no lo hicieron pensando en lograr un producto contracultural y por derechos de la igualdad de género... No, los de Sony sólo intentaban apuntarse un tanto subiéndose al carro de la nueva era del empowering women donde antiguos icónos protagonizados por hombres ahora recibían su contraréplica en versión femenina.

¿Cuál es el resultado? Vergonzoso y aburrido puesto que la cinta no ofrece ningún aliciente más allá de la retahíla de gags infantiles carentes de gracia y frescura. Estas cazafantasmas 2.0 son aun peores que Cazafantasmas 2 pero se esfuerzan en meternos una sobredosis de estrógenos para justificar una falta total de ideas en un proyecto con claros síntomas de agotamiento. La fórmula no funciona, no ya porque las protagonistas sean pésimas actrices y busquen la comicidad del espectador enarbolando la bandera de la igualdad de (j)enaro, más bien es la pútrida obsesión de Hollywood por vendernos la misma mierda una y otra vez con el mayor de los descaros y encima exigiendo que paguemos por ello.

Absolutamente prescindible y aburrida.
Buscapé
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Bambi
Estados Unidos1942
6,6
73.500
1
18 de septiembre de 2015
5 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí! He de confesarlo! Lo hice! YO APRETÉ EL GATILLO!

Película insulsa, maniquea y aburrida. Yo no veo ni culto a la naturaleza ni omnisciencia malévola humana. Lo que veo es una película anclada en unos valores ultra-conservadores, pasados de moda. Ni cuando la ví de niño me conmovió ni ahora de adulto siento nada hacia Bambi.

Es la típica película Disney con dos únicas lecturas: los malos son malísimos y los buenos lo son tanto que aburren.

Encuentro más inocencia en la mirada de una prostituta en la calle que éste panfleto manipulador.
Buscapé
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