La película es un claro vehículo de lucimiento para la Streep, que me ha gustado pero no emocionado como con otros trabajos, es una especie más bien de admiración por su labor que de emoción, eso si, gana enteros en su parte senil, Amén de ese soberbio maquillaje, y desde luego por su entrega física y emocional de Meryl dentro de este ámbito, que posee un control y dominio del personaje como si fuese propio, de aplausos claro que si.

Por su parte, Phyllida Lloyd con una dirección torpe y un irregular guión de Abi Morgan, recrean un a ratos incrédulo y caricaturesco retrato de la Ministra de fama mundial, optando por mostrar su lado humano que despierta más compasión que comprensión, y en cierto modo, atenuando el temple de hierro, sus polémicas acciones y su modo de hacer política por durante más de una década.

Dejando recaer toda la responsabilidad en sus actores, en este caso la gran Streep que ella es la película y no esta de más destacar a un cálido Jim Broadbent que consiguen lo mejor del film en las partes donde interactúan juntos.
Aunque en cierto modo, sobre todo en la etapa de Ministra, la directora a la falta de dar profundidad e intensidad al personaje opta por hacer una mezcla que recuerdan ciertas referencias de Miranda Priestly y Aloysius Beauvier, personajes magistrales de la Streep y parecidos a este, en un intento desesperado de no desperdiciar del todo a semejante actriz y a la falta de un dominio de la ejecución funcionan para sostener las escenas más que por la calidad propia del film.

Entre otros aspectos, destacaría la dirección artística, sobre todo los decorados y los colores muy relacionados al vestuario de la Thatcher.

Otra película más que lleva al cine un drama deportivo basado en hechos reales, esta vez sobre los boxeadores Dicky Eklund (Bale) y Micky Ward (Wahlberg).

David O. Russell, plantea una aparente historia de campeones donde hay muy poco box y lo que hay es opacado por el drama absoluto, en una narración lineal y bastante descompensada que deja más bien frio, un melodrama de principio a fin, no esperen encontrar grandes peleas pero si riñas y problemones familiares entre sus personajes, el director recurre a la escandalosa vida personal que al desempeño que le dio fama sus campeones.

Ignoro la temática del boxeo, es un deporte que ni fu ni fa, pero al menos los momentos supuestamente épicos de los combates con Gotti, me parecen hechos al puro estilo de Hollywood, tan tópicos como los “asombrosos combates” de Rocky que inicia perdiendo y aguanta y más aguanta y ya cuando se ve todo perdido la súper reacción, es decir, me parece falso.
Se entiende que sea un hecho real y no ficción, pero la falta de enjundia de su director para darle realismo es nula.

Por otra lado un montón de personajes, pero solo sus caras conocidas y protagonistas parecen estar descritos para actuar, Christian Bale es The Fighter, el es protagonista tanto en el alma del filme como su rol, desde que aparece en la escena inicial hasta el final, posiblemente ofreciendo el trabajo de su carrera, metido en una transformación física y emocional en el que parece irreconocible, un personaje sumamente premiable, dotado de rebeldía, tonto, irresponsable, vicioso, fanfarrón, etc., que a ratos parece pasado de rosca pero que la usencia de el en pantalla parece perder interés el filme, eso sí, el Oscar bienvenido pero tanta unanimidad no es para tanto.

Mark Wahlberg hace un esfuerzo tremendo por encajar en su personaje y sostenerlo en los duelos de forcé, apenas logrando el correcto ante un personaje sin chispa y que resulta soso, donde el protagonismo se la va de las manos al ser devorado por el resto de sus compañeros.

Sus compañeras secundarias donde destaco en especial a Melissa Leo que funge en el rol de madre y manager, abordando su personaje con una notable entrega y dando muestras que desde Frozen River es una actriz con gran potencial y con hambre de ser reconocida por que lo vale y su trabajo lo amerita, gran secundaria. Por su parte Amy Adams que sale de novia y motivadora de Micky, esta más que correcta cumpliendo con su rol que junto al de Wahlberg se ven limitados y opacados a los excesos que tiende hacer el director con la historia.

Conclusión, una excelente ambientación y un grupo de actores en especial la gran dupla Bale y Leo salvan este tópico y correcto filme hecho a la caza de premios, donde una vez más sorprende la gran aceptación de la sobrevalorada critica americana y las academias de premios.

Un filme enorme por el lado que se le vea. Tiene todos los elementos que hacen grande a una película e inolvidable, una historia contada ejemplarmente, acompañada de una hermosísima partitura, fotografía sublime y actuaciones en estado de gracia, a destacar Pablo Rago (Morales).
Todo gracias a una director que luce soberbio Campanella, ofreciéndonos una de las mejores cintas hispanas en la historia, que rosa la perfección, por la vida que le da a los personajes y por su capacidad de transmitir el calor y la tensión de la que esta impregnada el filme, podemos respirar esa soledad y sentir ese deseo de venganza, en cada plano y cada secuencia estamos dentro de la historia, y somos también testigos de la impunidad y el martirio, del deseo y la resignación, de cada uno de los elementos existenciales del hombre y a veces del sometimiento de su cruel naturaleza, donde sus actos justificados o no, son permitidos adiestra y siniestra en el orden social, pero que son reprobados por el corazón del desdichado y exterminados por los ojos de los que piden justicia. Estamos ante gran cine, donde la cámara del director acierta a cualquier lugar que se dirija y nos ofrece un filme redondo y maravilloso. La escena final es simplemente colosal, llorar y reír esta permitido, hace tiempo que mi sentir no participaba tanto.
Nota: 9.3 APLAUSOS!

Sin duda alguna, lo de Peter Jackson es la fantasía, con los thrillers y embrollos judiciales apenas pasa raspando su prueba. Y en efecto, por ves primera coincido con algunas críticas expuestas; The Lovely Bones es un drama fantástico, y lo digo, por que yo no me creí casi nada de lo que vi, inclusive estuve apunto de reírme de escenas tan ridículas y patéticas pero lo asimile (ejemplo: la puerta, la de la foto, la mirada, el recuentro pasional, la del final, etc.).
Indiscutiblemente lo mejor del filme es el paraíso toda la ingeniera que esta detrás de este aspecto; fotógrafo, decoradores y efectistas visuales, merecen mis elogios y de ahí un sinfín de altibajos constantes por una mediocre dirección del oscarizado Jackson y una terrible adaptación que seguramente deja mal parada la prodigiosa novela de Alice Sebold.
Sobre lo “vanguardista” puede que sí, pero no todo lo nuevo precisamente tiende a ser bueno y este es el caso de esta fallida película.
Donde sus tropiezos están precisamente en las escenas claves que tenían que ser desgarradoras y un cumulo de emociones pasan como cualquier otra, donde debería haber drama hay cursilería, donde debería haber dolor hay cierta indiferencia y peor aun con tendencia al olvido por su poco esmero y frialdad, cuando debería ser todo lo contrario, llevar al espectador a involucrarse entre sus personajes, pero no, parece que urgía que Susie fuera asesinada para comenzar el espectáculo de interés, lo fuerte de Jackson, los aspectos técnicos y ahora sí innegablemente maravillarnos.
El problema de cuando juegas a mezclar la fantasía con lo “real” radica en que se debe tener cierto cuidado para diferenciar ambos aspectos, cosa que aquí no ocurre, abusa cada genero de su limite haciendo una mezcolanza que solo estropea más el desarrollo de la historia, perjudicando como casi siempre a sus actores y al parecer dejándoles como reto haber quien le sale menos peor con semejante descuido, de eso alabar alguno de ellos me da flojera, hay más de 10 actuaciones más meritorias este año que la de Ronan (lo siento por sus fans) y lo mismo con el personaje de Tucci que sinceramente, no se por que se hizo tanto alboroto con estos personajes cuando en realidad no vi ninguna acción fuerte en el filme sobre estos, todo fue demasiado cuidado.
Ni hablar, filme fallido con una historia poco explotada y un elenco bastante desperdiciado, que en general brilla gracias a esos momentos celestiales del paraíso.
Nota: 6
PD: Seguir adentrándome en el filme hace que me guste menos cada ves.

Maravillosa película, monumental "Obra Maestra", de lo mejor de la década y por mucho lo mejor del año.
Cada detalle y elemento que contiene es perfecto, desde el espectacular panorama con que da apertura la película denota mucho la calidad cinematográfica del trabajo hecho por Robert Elswit y esa inquietante, extravagante e impresionante música compuesta por el Jonny Greenwood hacen que el espectador quede hipnotizado por semejantes peculiaridades.

La calidad del sonido es sublime, cabe destacar, la escena del incendio de la torre petrolera, hermosa mezcla de gritos, tronidos, música, etc., y la cuidada y detallada dirección de arte para la construcción de ese pequeño universo más el adecuado vestuario es realmente colosal.

El reaparto es adecuado y suficiente, basta con ver el trabajo soberbio y perfecto (como suele ser siempre) de Daniel Day-Lewis dando vida al magnate que tiene y demuestra las características más distintivas y corrompidas del hombre Daniel Plainview. Acompañado de Dillon Freasier haciendo su gran debut encarnando al pequeño e inocente H.W. Plainview, y un magistral Paul Dano a través del ingenuo y fanático pastor Eli Sunday.

Paul Thomas Anderson acumula el mérito de hacer comulgar en "There Will be blood" varios opuestos: hace los espacios abiertos claustrofóbicos, explora el intimismo en la espectacularidad y se mimetiza con el lenguaje clásico a través de recursos sumamente innovadores.

Nada que reprocharle, su dirección y adaptación es brillante (la narrativa ejemplar)), el montaje realizado es la evidencia clara que el film da otro concepto al cine y con facilidad se adherirá a un clásico único y particular, cada una de sus escenas (el final especialmente), frases (A veces, miro a la gente, y no veo nada que me gusté de ellos” y "Veo al mundo y no ve nada bueno"), los personajes y la calidad de producción, inclusive el título, la hacen memorable e inigualable en su perspectiva.

Posdata: Demasiada película para los Oscares, lo cual no permitió su triunfo, al igual, esta lejos para el entendimiento (y gusto) de muchos espectadores lo cual la desmerita en la critica.