Película de sobremesa, aunque tal vez ni eso, por su escaso entretenimiento y su menos capacidad para horrorizar o dar un mínimo de miedo.

Demasiadas películas se han dirigido de este estilo, tan insulsas y vulgares, siempre con un grupito de jóvenes; guapos, con cuerpos esculturales y menos creibles que el talento de Bustamante para cantar, desfilando una y otra vez por la pantalla, de protagonistas. Lo que menos sorprende es la nacionalidad de la misma, ya que siempre llegan del mismo horno, como hechas del mismo molde, todas iguales.

Solo apostaría por los maravillosos parajes de Brasil con los cuales nos brinda la fotografía de la película, con ese puntillo gore que en ocasiones entretiene aunque sea minimamente, ya que le da un ritmo algo más trepidante, pero en este caso ni eso. Asi que a otra cosa mariposa.

No se puede negar que la película llega al corazón, en cierto modo, es entrañable, emotiva, sencilla, pero por mucho que tenga todo eso le falta algo, le falta mucha chispa y más de lo que comenté anteriormente, es muy floja en mi opinión, demasiado insulsa.

Los personajes es lo que realmente valen, los que pueden llegar a conseguir que la película no pase desapercibida y que la gente consiga despertar cierta curiosidad y decidirse a verla, como Ricardo Darín, por supuesto, uno de los grandes Dioses en mi opinión de la comedia o el drama argentino, y Eduardo Blanco, ¡Cómo no! gran actor donde los haya porque sabes que nunca te va a fallar y que salga él te da cierta confianza al igual que Valeria Bertuccelli.

Por eso mismo aposté yo por esta película, por sus personajes, por que sabía que aún así de alguna manera no me iba a decepcionar, aunque al final haya resultado ser un auténtico dramón de sobremesa y que llegas a pensar que los actores se han subestimado, pero no por ello dejo de recomendarla. Allá cada uno con su decisión.

En el final de todas las películas de este director me pregunto siempre lo mismo "¿cómo lo hace para transmitir tanto con tan poco?" tal vez llegue a ser una de esas preguntas que me sigan rondando en la cabeza el resto de mis días sin saber nunca la respuesta, sinceramente...no quiero saberla, en el misterio está la magia.
"Tenéis que venir a verla" es una historia ¡de una hora de duración! que nos ofrece un par de bonitas reuniones en las que se encuentran dos parejas con amistad de años y cordial relación, posee una química magistral que se siente en las conversaciones y durante toda la hora, se siente conexión y mucha naturalidad, como si no estuviesen rodando y fuera real. Tiene un guión soberbio, muy bien desarrollado y con el que no sales de la película con la sensación de que se te ha quedado corta o le sobraba esto o aquello o le hubiese añadido eso otro ¡para nada! porque en mi opinión contar una buena historia en tan poco tiempo tiene más mérito que otra de tres horas.
Un punto fuerte a favor de Jonás siempre suele ser que cuenta con un elenco de grandes actores, de esos que transmiten tanto que sabes que con sólo saber que van a participar ya sabes que te va a encantar el resultado, nunca decepcionan y esta vez se ha mantenido el patrón.
En general es una película que transmite y refleja muy bien lo que es esencial en la vida, lo que nos ofrece en su plenitud cuando eres feliz o te sientes bien en tu vida y das gracias al fin y al cabo, entre esos momentos sencillos y eternos que querríamos que durasen toda la vida en nuestra cabeza y por esas bonitas y estrechas amistades que se mantienen durante muchos años, el sentir y el vivir en general básicamente. Es de esas películas que no sólo por el tiempo de duración, si no por como te hacen sentir al verlas te apetecen volver a ver.