Una interesantísima pieza, entre lo conceptual y lo antropológico, que explora los límites del lenguaje documental. La idea es tan sencilla como radical: Un equipo de rodaje entra en una comunidad virtual para documentarla desde dentro. Poco importan los momentos donde el dispositivo se percibe limitante o reiterativo, el experimento es tan original y revelador que se le perdona absolutamente todo. Sin duda el descubrimiento del año.

Ver una película mientras se nos muestra como se hace es siempre una aventura apetecible. Pero no es fácil. La dificultad yace en ajustar bien ese fragil equilibrio entre bambalinas y escenario, o sea, entre mostrar las dudas y mostrar la concreción. León Siminiani lo logra y lo hace además de un modo brillante. Esta película es un ensayo -profundo y accesible- sobre el eterno debate de la representatividad. Una fascinante lección de cine documental, tan personal como paradigmática.

Interesante retrato social del nordeste brasileño, con un condominio de la ciudad de Recife como escenario. Belleza en los planos, audacia en el montaje y suspense en el diseño de sonido. El cruce de tramas y la tensa espera que se va construyendo supone una potente carta de presentación de un director que, a mi modo de ver, combina a fuego lento -muy lento- a varios referentes, entre los que destacaría a Quentin Tarantino, Robert Altman y José Padilha. Con muchas ganas de descubrir el resto de su filmografía.

Un valiente y bello ejercicio de denuncia que entrecruza dos miradas antagónicas sobre las violencias del patriarcado. Ambas historias comparten la voluntad de aligerar el peso del dolor causado y recibido. En 'Ara la llum cau vertical', el cine y la poesía son rompehielos para llegar al trauma. Y a medida que el viaje y las confesiones avanzan, el remordimiento y la imposibilidad del perdón se desvanecen como la bruma marina. Hermosa y dolorosa. Muy recomendable.



¿Cuántas veces dijimos eso de "tengo una amiga que..." para hablar más de nosotras que de la (supuesta) amiga? Pues esta es la premisa de Alis, y el resultado es un hermosísimo retrato adolescente y social de la Colombia actual. Estamos ante un film que crece de forma admirable dentro de los reducidos límites que su pareja de directores decidió establecer. Una película donde todas las decisiones son acertadas, desde las humildes preguntas que activan las reflexiones (algunas muy profundas) hasta la austera puesta en escena que todo lo cobija. ¡Bravo!