El director de muchas de las estimables secuelas de Saw, y de las también interesantes Mothers day, The Barrens o Death of me, filma lo que para mí es una de sus peores cintas. Tiene buenas actuaciones, suspense y en más de una ocasión agobia con su clima. Pero también agobia para mal, es decir, se hace pesada. No es buena señal cuando a cada momento miras el reloj, cuando no acabas de entrar en el juego. Y eso es lo que ocurre. Esperas ese terror o sanguinolencia que aquí brilla por su ausencia, estamos más bien ante un film de suspense con estética de telefilm de sobremesa, más parecido a "Flores en el ático" que a los filmes viscerales del director de Repo: The genética ópera. Aún así no es del todo desdeñable, la última media hora tiene más ritmo, y alguna escena macabra puede contentar al espectador más macabro.

Tiene cosas muy rescatables, como su fotografía y estética a lo giallo, el trio femenino y la parte final. Pero cuesta bastante entrar en ella si no conoces mucho el rollo de su director. No le hace ningún favor ese ritmo pausado y escenas dilatadas, sobre todo en su primera mitad, debido al presupuesto bajo. Si uno es capaz de llegar al final verá que no está del todo mal, aunque en conjunto parezca más un film de la época soft de Jesús Franco -aunque sin los pubis frondosos-que a los giallos oníricos de Fulci o Martino.

Mezclamos los suspenses de protagonista encerrado tipo “Buried” (2010) con una zombie movie y es lo que tenemos: “The end”(2017), simpática y entretenida cinta italiana, que sin ser un revival de los ochenta y los añorados spaguetti-zombie y siendo nada original, si consigue mantener el interés con un casi único espacio (el ascensor) y con casi un solo personaje (un ejecutivo que cae mal y en el fondo quieres que se salve) gracias a un suspense bien dosificado y buen dominio de la tensión . Rodada en Roma, recuerda en muchos momentos a 'Demons 2"(1986), por el acoso zombie al edificio y el aspecto de algunos infectados o a la reciente y francesa “La nuit a devore le monde” (2018), superior a ésta.

Más que remake, elegante secuela, así es. Una estética preciosa y una realización mimosa y cuidada al detalle. Demasiada centrada en el tema social y los blancos racistas pero con potentes y originales escenas de horror y un ritmo adecuado. Con sorpresas, sobre todo en la parte final y una excelente idea la de añadir marionetas, no se pierdan los créditos finales.