Cuarta entrega de la saga, y espero que no la última porque...

Tengo que seguir en la Zona spoiler.

Sólo diré una cosa: si alguna vez te has enamorado de una chica (da igual de que edad o si nunca llegásteis a estar juntos), si te parecía la más guapa del mundo a pesar de ser consciente de sus imperfecciones y te hacía sentir especial por esos pequeños detalles que no sabes expresar porque nunca os dijistéis grandes frases pero algunos momentos vividos con ella los recordarás toda la vida, esta es tu película.

Llevo meses sin ver a Sarah, pero lo que más me gustaba de ella era que le salían una arruguitas preciosas en los extremos de los ojos cuando sonreía. Nunca se lo dije.

Te lo digo ahora.

El que busque un film de terror va a salir muy decepcionado, ya que lo que nos encontramos aquí es una comedia negra de una acidez que (a mí me) sorprende gratamente.

Creía que iba a ver una de sangre y sustos, pero el chip me fue cambiando con el tono de la película, que es el que le pega para lo que cuenta la historia. Porque seamos serios, si dos muñecos cobran vida y deciden ir hasta un cementerio a recuperar sus cadáveres y uno no se lo toma un poco a broma ¿resultaría creíble?

Tiene frases memorables, como la escena en que los dos están haciendo el amor y la muñeca le pregunta a Chucky:

-¿Te has puesto el condón?
-¿Qué coño me dices? si soy todo de goma

Esto es CINE con mayúsculas, una obra de arte y ensayo con reminiscencias a los grandes clásicos del celulodie. No faltan homenajes a grandes obras como Ciudadano Kane, Senderos de Gloria, el Tercer Hombre y Sin novedad en el frente, pero mejoradas.

Una de las mejores películas jamás realizadas en España. Manuel Esteban se erige como el nuevo Orson Welles español y realiza aquí un Tour de Force interpretativo donde los actores están espléndidos, por encima de sus propias interpretaciones.

El estilo y la clase con el que están dirigidos cada uno de los hiperrealistas personajes son dignos del mismísimo Mike Leigh.

Como si de un documental se tratase, Esteban trata la cámara con mimo y deja que sus actores se luzcan interpretando uno de los mejores guiones que se recuerda en la historia de nuestro cine, con frases y situaciones memorables y que perdurarán en el recuerdo del espectador durante muchos años después de verla (os juro que yo cada noche aún me acuerdo de ellas y del dinero que pagué. CADA NOCHE DE MI VIDA).

Juan Echanove aceptó un papel que en principio fue ofrecido a Robert de Niro, pero que lo rechazó porque requería de un gran número de escenas de improvisación y no se encontraba preparado para afrontar tal desafío.

¡Qué decir del resto de intepretaciones! Siguiendo el método Stalisnavsky, Achero Mañas y compañía se meten en unos personajes realizando el retrato caústico de una sociedad en decadencia. Algunos momentos de este film tienen tantas segundas lecturas que recuerdan al mejor Buñuel de "Viridiana".

Aunque en realidad esta obra maestra es un remake de "Bienvenido Mr. Marshall", pero sin canciones.

Las situaciones se suceden con una coherencia impropia del presupuesto con el que contó. Las escenas de acción son frenéticas y de una tensión palpable que jamás se ha igualado (tal vez Polanski en "La semilla del diablo" pudo acercarse un poco a Manuel Esteban, pero no lo suficiente).

En resumén. Si quieres tener completa tu videoteca, entre Alguien voló sobre el nido del cuco y Cuerno de cabra, necesitas tener Historias de la puta mili.

Lo mejor: que os quedéis en casa

Lo peor: que me encanta Ivá

Por fin pude ver esta película anoche. Tenía muchas ganas porque había algo (no sabía el qué) que me llamaba la atención y creía que podría gustarme.

La verdad es que la parte del thriller (que es la que menos me interesaba) me pareció previsible. Hay algunos tiroteos lejanos donde no ves lo que ocurre y te tienes que fiar de lo que ha pasado porque te lo dicen los "testigos". Si has visto Sospechosos habituales y una serie de películas con giros de guión resueltos con flash-back, el final no te va a sorprender demasiado.

Pero la parte que más me interesaba de esta película es otra (y esta sí que no es nada previsible y superó mis espectativas porque Affleck debuta en la dirección). Es la lectura interior de los hechos de cada uno de los personajes. Todos tienen dudas sobre lo que esta mejor y lo que es lo correcto (a veces estos dos conceptos no coinciden, de hecho chocan entre sí). ¿Y quién decide qué es lo mejor? Cada uno tiene su opinión y nosotros nos hacemos partícipes de ella.

Desde la melancólica voz en off incial sabes que va a ser una película oscura, triste y turbia. Como el entorno en el que viven estos personajes. Ben Affleck es mejor director que actor (lo cual no era muy difícil, pero es que la ha dirigido de una manera impecable para ser su primera experiencia).

La fotografía quizás es demasiado limpia y bonita para la historia que nos cuenta, pero tiene ciertas escenas en las últimas horas del día con una luz maravillosa (como la de Ed Harris en el tejado con Casey Affleck), que creo que nos viene a decir, que a pesar de todo hay belleza en el mundo.

Ha sabido alternar planos fijos con adrenalínicos travellings en las escenas de acción, lo que le otorga a la película un ritmo adecuado en cada momento. Como en la vida hay momentos cómodos e incómodos.

Creo que aquí queda demostrado que Casey es mejor actor que Ben. La profundidad moral de este personaje le lleva a una autodestrucción personal por cumplir una promesa y seguir sus convicciones hasta las últimas consecuencias.

En esa parte de la película me recordó además de a Mistyc River, a El cebo y su remake, El juramento. (Detective que da su palabra a una mujer para encontrar a su hija y hará todo lo posible por cumplir su promesa)

Los últimos 5 minutos son de un anticlímax antológico. Le deseo mucha suerte a Ben en su carrera como director y espero no verle nunca más delante de una cámara si no detrás. Como guionista nadie duda de su talento pero nos tortura con sus interpretaciones en las películas. Ahora como director se ha abierto una puerta de prestigio a la que creo que debería aferrarse con fuerza.