Haz click aquí para copiar la URL
España España · Oviedo
Críticas de Gould
Críticas 664
Críticas ordenadas por utilidad
5
30 de julio de 2017
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul Lavallier lidera un grupo de paracaidistas caídos en la Francia ocupada durante la segunda guerra mundial que trata de retornar a Inglaterra contactando con agentes secretos británicos. Producto de factoría, cine de propaganda sin mayor interés que disfrutar de un romántico y elegante Paul Henreid en un papel que tantas veces repitió –aunque no siempre del mismo lado; en “Tren nocturno a Munich” (1940) de Carol Reed hace de nazi-, y que alcanzaría estatus mítico en su papel de Victor Laszlo en “Casablanca” (1942) de Michael Curtiz

Mezcla de propaganda y romántica historia la película reserva un buen papel para Thomas Mitchell como comprometido párroco de la Iglesia de San Joan y una aparición breve para un jovencísimo Alan Ladd. Buena intriga y clásica loa al sacrificio personal en aras del bien común, tan típica del cine propagandístico del momento. Intrascendentemente agradable.
Gould
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
28 de mayo de 2017
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El amor es lo único que importa en esta vida aparte de la cerveza. Si encuentras a una persona a la que puedas amar y con quien puedas compartir tu vida, que en el resto de facetas de tu vida seas un desastre carece de gravedad”. Hong Sang Soo

A Hong Sang Soo le gusta jugar en sus películas con las geometrías narrativas y las repeticiones, en una suerte de arte de la variación –con sobresalientes resultados, véase “El día que él llega” (2011) o “En otro país” (2012) - pero también le obsesiona el azar y de qué manera nuestros caminos discurren en un sentido, del mismo modo que hubieran podido discurrir por otro, tal delgada e imprevisible es la línea que nos separa de otra vida diferente.

Sang Soo lleva en esta película al extremo sus obsesiones ofreciéndonos no una sino dos películas o la doble cara de un argumento análogo. Añade, por seguir con la metáfora musical, una variación “per motum contrario” –“Bien ahora, mal entonces” que complementa a la primera – “Bien entonces, mal ahora”-, ambas con una base argumental casi idéntica: un cineasta –el sempiterno alter-ego de casi todas sus películas- llega a la ciudad de Suwon con objeto de presentar su última película pero llega un día antes de lo previsto y, algo aburrido, trata de ocupar el tiempo lo que le depara algunos encuentros femeninos. Sang Soo nos ofrece dos versiones de la misma historia con ligeras pero significativas variaciones.

Con su característico estilo naturalista –rohmeriano dirán unos, woodyalleniano dirán otros- basado en esas extraordinarias y largas escenas de diálogos aparentemente banales e intrascendentes pero fascinantes, en torno a mesas de cafés o restaurantes, donde tanto se come y tanto se bebe, rodadas mediante largos planos medios de hipnótica atracción, que sirven al prolífico director coreano para mostrarnos cómo el azar y la entropía rigen nuestros destinos y frente al que sólo nos queda sino acomodarnos y disfrutar en lo posible. Muy buena
Gould
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
23 de abril de 2017
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta modesta película británica permitió al exiliado Losey, huido de la caza de brujas del senador McCarthy, mostrar con gran habilidad narrativa la desesperada carrera de un padre alcohólico y descuidado -extraordinario Michael Redgrave– por encontrar el modo de demostrar la inocencia de su hijo, condenado a muerte por un asesinato que no cometió y cuya ejecución es inminente. El guion es de Ben Barzman, “blacklisted” como Losey y con el que había trabajado en varias ocasiones destacando la original parábola “El muchacho de los cabellos verdes” (1948)-. Con una penetrante música de Tristam Cary, Losey exhibe su capacidad analítica en la tensa y cambiante relación paterno-filial, a un tiempo alegato contra la pena de muerte e igualmente historia de una redención. Con su inusual sensibilidad para los personajes complejos o torturados y los escenarios inhabituales, todos los protagonistas están, en cierto modo, al borde de un abismo. Destacan algunas escenas, como la inicial del asesinato bajo un sobreagudo de cuerdas o las de las melopeas del padre, entre la vergüenza de la impotencia y el deseo de salvar a su hijo, así como la labor del resto de actores, un Leo McKern tal vez un poco excesivo y una digna Ann Todd. Pequeña pero destacada, áspera y descarnada película. Buena.
Gould
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
22 de mayo de 2016
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El magnífico inicio, con la escena sin diálogos de un robo, parece prometernos una gran película en esta clásica historia de un policía que se enamora de la chica de un gánster al que tiene que vigilar. La producción es cuidada con un buen blanco y negro de Lester White y en todo momento Quine mide con precisión y buen gusto los encuadres y los movimientos de la cámara. Sin embargo no nos abandona en ningún momento la sensación de película fallida, que se sostiene no muy firmemente en la descafeinadilla y escasa química entre la impávida inexpresividad de Kim Novak, en lo que constituyó su debut cinematográfico, y la pétrea, marmórea presencia de Fred McMurray en una de sus actuaciones más deplorables. La película, de hecho, basa toda su construcción en algo que no acierta a mostrar en ningún momento, la locura de amor entre los dos protagonistas, y sin ese elemento crucial todo lo demás suena falso y poco creíble. Fatalista y previsible, a pesar de sus constantes y excesivas idas y venidas –fíjense en cuántas veces se abren y cierran puertas en esta película- la historia acumula despropósitos que no sirven sino para alargar el previsible final. Resulta, en todo caso, muy interesante el uso de los escenarios -habitaciones, interior de coches, calles siempre mojadas- al servicio, lamentablemente, de una historia sin peso dramático o convencimiento y con un final malo a rabiar. En conjunto, muy desaprovechada.
Gould
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
27 de octubre de 2015
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fallido noir del maestro Melville en una suerte de confusa reflexión, de argumento mínimo, sobre la manipulación de la prensa y los límites de la libertad de expresión. La búsqueda de un diplomático francés de la ONU por parte de dos periodistas de la agencia France Press desemboca en un “voyage au bout de la nuit” neoyorquina y a sus diversos garitos de colorido pelaje y condición. Con unas más que discutibles interpretaciones de Pierre Grasset y el propio Melville como pareja investigadora, el director francés abusa de las escenas nocturnas sin un sentido específicamente dramático, como si la evidente fascinación que ejerciera la ciudad sobre el imaginario de su cine le hiciese olvidar el principio básico de cualquier film noir que se precie: contar una buena historia. No es, desde luego, el mejor Melville y en ocasiones parece más un ensayo o el borrador inacabado de una historia que planteada de otro modo hubiese podido llegar más lejos. Cuenta, en todo caso, con alguna de las obsesiones caras a Melville, como ese gusto por los personajes -policías, asesinos, hampones o periodistas, tanto da- solitarios y descreídos pero profesionales que con enorme maestría desarrollaría en muchas de sus producciones posteriores.
Gould
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow