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Críticas de Archilupo
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Críticas 439
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8
13 de abril de 2008
56 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wilder ambientó "La vida privada de Sherlock Holmes" con la melancólica niebla británica, y se consideró un acierto, con razón.
Pero inunda "Avanti" de luz y colorido mediterráneos, estimulantes, algo crucial para el sentido vitalista de la historia (permite a los hijos entender, una vez en el sitio, el amor alegre que unía a los respectivos padres), y se considera en cambio que aligera y trivializa la película.
Erróneo menosprecio porque, aparte el inconveniente de la duración acaso excesiva, tanto el guión como la realización y las interpretaciones poseen la fuerza satírica, la calidad corrosiva y el ingenio propios de las grandes comedias de Billy Wilder.
Archilupo
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7
14 de abril de 2008
40 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi a la vez que Tony Soprano, otro gangster italoamericano, Paul Vitti, va a psicoterapia, aunque en la planta cómica.
El capo mafioso sufre 'crisis de sensibilidad'. Teme que otros capos puedan notarlo, y le merienden. Con maneras de matón se lo expone a un espantado psiquiatra, Billy Crystal dando perfecta réplica a un De Niro que saca su lado histriónico y borda la caricatura.
Guión paródico, muy bien afilado, deja media docena de golpes memorables, casi todos en los chispeantes diálogos.
Está entre las películas que han contagiado al lenguaje corriente una de sus frases ("¡Eres bueno! ¡¡Eres muy bueno!!").
Facturada en tono ligero, proporciona un buen rato, con risa garantizada.
Para redondear el disfrute no hay que perder de vista a Joe Viterelli, de guardaespaldas: un lujo añadido.
Archilupo
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10
15 de abril de 2008
270 de 298 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Pobre Antoine Doinel, qué vida perra! Te llueven los golpes de todo tipo...

Decir cuatrocientos no es exagerar: véase pequeña muestra en la parte *Spoiler*.

Desde 1959, cada vez que se ve tu primera película alguien corre contigo, huyendo para siempre de los golpes y el sometimiento; hacia la libertad, por laboriosa y desconcertante que ésta resulte: lo primero que se aprende es que no se regala.
Representas un impulso latente en el núcleo de cada espectador occidental: un reflejo rebelde que, igual que una careta, se pone tu rostro serio y rompe a correr, pensando '¡Eureka, ya lo tengo!' como tú cuando leías tu libro de Balzac ("La búsqueda de lo Absoluto").
No te detendrás mientras haya cine...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Archilupo
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7
16 de abril de 2008
27 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodada con elegante maestría por un casi septuagenario Mulligan ("Matar a un ruiseñor", "Verano del 42") en pleno dominio de los recursos del oficio, esta película narra con estilo clásico la iniciación a la vida de dos hermanas adolescentes.
Está ambientada en el profundo sur estadounidense, década de los 50, en una sociedad de recios principios, las románticas baladas de Elvis sonando al fondo.
Las dos hermanas (de 14 y 17 años) viven con su familia en una próspera granja junto a árboles centenarios y un río con balsas. Coincidiendo con el verano, llega la familia vecina, a la vuelta de unos años de ausencia. Uno de los hijos ha crecido, ha cumplido los 17.
La atmósfera tórrida y las pasiones primerizas encenderán la rivalidad, dando lugar a intensos acontecimientos.
Con sencillo humanismo y una estética serena (que a veces esquiva por los pelos la caída en lo sensiblero), Mulligan profundiza en las exaltadas dudas y ensoñaciones de la edad adolescente. Trata con ese mismo equilibrio los primeros dramas que salen al encuentro.
La veteranía le permite dirigir a los actores con guante de seda: a un conmovedor Sam Waterston encarnando a un padre estricto, según la moral imperante, pero capaz de reacciones arrolladoramente bondadosas, y a una jovencísima Reese Witherspoon, inspirada, expresiva, desbordante de encanto.
El título original es "El Hombre en la Luna", en referencia a un espíritu benéfico mencionado por las hermanas en la primera conversación de la película, y del que les hablaba la madre cuando niñas.
Si le encomendaban sus conflictos y tribulaciones, les decía la madre, él los arreglaría durante la noche, para restablecer la calma.
(7,5)
Archilupo
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6
18 de abril de 2008
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El irlandés Pat O'Connor adapta una novela de Sue Miller, escritora cuya obra es fuente de numerosos argumentos cinematográficos.
Está situada a finales de los 50 (Elvis al fondo) en el estado de Illinois, en una pequeña ciudad dominada socialmente por la familia del potentado Abbott, con tres atractivas hijas.
Conocemos también a otra familia, que vive con estrecheces: la viuda Holt y sus dos hijos, opuestos y enfrentados. El mayor es conquistador y espabilado, el menor es torpe y sencillo.
Un oscuro acontecimiento del pasado vincula a ambas familias en una polaridad minada. Esta tensa polaridad agita las relaciones entre los cinco jóvenes, en un medio dado a la murmuración.
Producida con abundantes recursos, éstos se destinan a una esmerada ambientación (la variedad de los flamantes coches de época indica el detallismo) y a contar con actores bastante acreditados.
A partir de planteamientos similares se han logrado cintas de gran fuerza dramática: "Al este del Edén", por indicar una referencia.
Por qué "El secreto de los Abbott" no termina de alcanzar esa fuerza tal vez pueda explicarse por la tendencia al estereotipo de sus personajes, que a menudo se reducen a función argumental, y por la tendencia paralela de los actores a una interpretación unidimensional, de un solo rasgo.
Se ve, por ejemplo, en las conquistas del hermano mayor, que son un hecho automático: el estereotipo lo da por supuesto (quizá en el original literario estén más elaboradas). Se ve también, es otro ejemplo, en la excesiva insistencia de Joaquin Phoenix al torcer un hombro para caracterizar al hermano menor, y sugerir cierta minusvalía, lo que por cierto no cuadra con la sólida perspicacia de su frecuente y vertebral relato en off.
Más profundidad tiene, en cambio, la viuda Holt (Kathy Baker), quien se mantiene con digno orgullo por encima del ostracismo social y el oprobio injusto que la rodean desde el principio.
No obstante, y aunque deja la impresión de que realizada con más nervio dramático habría sacado más partido de sus medios, la película es entretenida y correcta.
(6,5)
Archilupo
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