Película de tintes dramáticos cuyo drama queda desdibujado bajo las toneladas de agua que recorren cada minuto del metraje. Fallida en cuanto a la relación de Jay con su entorno, ya que en ningún momento Jonny Weston consigue transmitirme ni uno sólo de esos problemas que le atormentan, sí que consigue recrear bastante bien las olas y lo que del surf se ocupa. Por lo tanto, la apruebo tanto en cuanto una peli de surf se trata y la suspendo en cuanto a drama, por lo dicho, todo queda en un segundo plano tras el agua.

Los personajes, como el protagonista que es un bobalicón con problemas familiares, o como el personaje de Gerald Butler, que encierra algún tormento que en ningún momento de la película nos traducen, no son más que parte del decorado. Me quedo con el mar y con lo que nos muestran de él.

Una película acerca del fútbol sin nada de fútbol. Es como querer retransmitir la final de la Champions y solo televisar los minutos del descanso. En general, esa es la fórmula que utiliza David Marqués en "En fuera de juego". Ni siquiera el título viene a colación de nada referente a la película, en la que se trata acerca de los representantes de futbolistas, de las aspiraciones de triunfo en épocas de crisis y de cómo lo demás (lo más importante, la familia) se puede perder por estas aspiraciones.

La mezcla de dos cines, el español y el argentino, tampoco consiguen casar del todo, y es Diego Peretti el que sale peor parado por esta razón: tiene el peso de dar credibilidad a un personaje que, de antemano, tiene la partida perdida. Fernando Tejero está muy en su línea, y no es menosprecio, es que el encasillamiento de este actor no le permite hacer nada mejor. Por ahí, el futbolista en cuestión es Chino Darín, el hijo del gran Ricardo Darín que también nos regala unos minutos con una pequeña interpretación. Como palmeros, como séquito, un incontable número de caras conocidas de televisión, desde Hugo Silva, a Jordi Sánchez pasando por Laura Pamplona o Carlos Chamarro, y esto le otorga mucho tufo de teleserie. Y, para sumarse a esta orgía de personalidades, muchos cameos de personajes del fútbol que en ocasiones nos hacen pensar en si estamos viendo alguna de las partes de "Torrente".

Poco, muy poco humor. Con los dedos de una mano se pueden contar las ocasiones en las que se nos hace esbozar una sonrisa. Aquí, en cuanto a comedia, la película debe ser suspendida. Pero si la viéramos como un drama, aquél de que vivimos nuestros sueños a través de las vidas de otros, ahí quizá sí que se le pueda poner un aprobado. Tal vez ese sea el fallo: el enfoque. Quizá viéndola como lo que realmente es todo nos parecería distinto.

Mmm no, definitivamente no puedo ponerle más de un dos. Si a la primera le puse un aprobado raspado por la novedad a esta no puedo más que suspenderla ya que el efecto sorpresa se ha esfumado. La atmósfera que envuelve esta segunda parte es un calco de la primera, con retoques sacados de otras películas de parodias, y los chistes (blandos, muy blandos) están -lo sé- destinados a un público infantil, lo que la hace más insoportable.
Hay cameos para todos los gustos, desde Robin William a Jonah Hill pasando por un Owen Wilson irritante en todo momento. Las actuaciones, de comedia barata. Los diálogos, de película de Disney.

+ Para los niños (y algunos adultos) puede resultar interesante las pequeñas aportaciones de historia con que nos brinda la película.
La escena en la que se introducen en la fotografía es bastante interesante.

- Owen Wilson sobre todas las cosas.
Chistes y diálogos y trama y desenlace.

He encontrado este corto más flojo de lo habitual, de lo que tenían por bien regalarnos esta gran pareja de cómicos. Para mi gusto, es una de las grabaciones que peor han envejecido.

Oliver está en el hospital con la pierna escayolada y recibe la visita de Stan. Ahí se producirán las situaciones desastrosas a las que nos tienen acostumbrados.

La pongo como interesante gracias al compañero de habitación de Ollie, que nos regala unas risas y a las disparatadas acciones de Stan. El final, en la calle, no me termina de convencer.

Película con cierto tufo a telefilm que, a pesar de tener un guion un tanto inverosímil, no llega a ser tan mala como en un principio se pueda sospechar. Cierto es que el elenco actoral es pobre, con un Nick Jonas perdido en su papel de chico inteligente, papel que se desmonta al instante gracias a sus penosas tomas de decisiones. Al ex-miembro de los Jonas Brothers le falta un hervor en esto del cine, de eso no cabe duda. Por otro lado, Isabel Lucas, esa delgada actriz australiana que en este caso hace un papel protagonista dándole con el giro final un aliciente que puede que la película parezca al menos por un momento algo interesante.

"Ten cuidado con lo que deseas" no deja de ser una película del montón, del carácter de esas que sueltan cualquier mediodía de fin de semana en Antena 3, con topicazos al uso, con actuaciones discretas, con diálogos manidos y pobres y con un desenlace que no se sostiene por ser muy rebuscado. Pero que da la sensación de nos ser tan mala como uno se esperaba.