Por supuesto no es nada extraordinario, pero James Hawes, su director construye un relato en imágenes de Enid Blayton, retorcido y complejo; con la textura emocional de un personaje sumido en evidentes contradiciones, tal vez por la vida que vivió en su infancia, y por supuesto... las circunstancias posteriores.

El biopic no desfallece en ningún momento... no es generoso con su protagonista, tal vez la imagen que nos vende, aunque cercana a la realidad, sitúa el foco en un arco de mirada única.

Una historia coral de robos, boxeo, diamantes... donde, en medio de un buen puñado de estrellas destaca Brad Pitt, con una caracterización sobresaliente... Jason Statham, apuntaba maneras poco antes de convertirse en la estrella del cine de acción que es en la actualidad.

Me interesó el método con que Guy Ritchie manejó la dirección; no pierde tiempo en cuestiones de relleno, lo cual se agradece. El tratamiento de las imágenes resulta espectacular, así como su procedimiento al acometer el cambio de plano, o las breves escenas de no más de un segundo para, por ejemplo, orientarnos sobre un simple viaje.

Tras todas las consideraciones positivas que he hecho, debo admitir que no llegué a conectar totalmente con lo que allí se contaba. Aunque al principio van presentando los personajes para que nos hagamos una idea aproximada de su cometido; seguirla me resultó complicado, porque. insisto, no acabé de disfrutarla por lo dispersa.

Se adentra en un relato hospitalario con leve trama intrigante, contando una historia cotidiana, comprometida con la realidad.

Contiene cierta alegría despreocupada, así como un leve compromiso para describir la rutina en la que inevitablemente se instalan ciertas parejas. Es entretenida, jamás profunda.

En ningún momento conseguí entrar en ella, Sé que en general el cine japonés está bien valorado, aunque esta no consiga alcanzar un aprobado, quedándose a las puertas del 4.

Nos encontramos ante una historia con un planteamiento oscuro, escenas con escasa conexión entre ellas, carece de interpretaciones que pudiesen salvar una trama tan exigua. Pudiera pensarse que se ampara en algo intimista que no llega, así como una historia de amor sin acertado recorrido.

Olvidable y poco reconocible, un completo despropósito.

Su inicio me aburrió muchísimo, incluso la dejé... otro día regresé a ella, y comencé a entenderla; me fue gustando pese a no haber conflicto. Era una narración plana y funcional para explicar un viaje con las cenizas de su abuelo, que sirven como justificación para contar algo naif, sencillo, sincero y con escasa lógica, aunque... eso sí, dotado de cierta belleza poética.

Ane Pikaza aporta las aristas necesarias, para alejar la idea de un personaje plano, de alguna manera se muestra un tanto desequilibrado, no encuentra su centro. Nora es una vagabunda emocional que regresa a su pasado a través de un presente lejano, que tal vez tampoco le pertenezca.