Al Pacino está en su papel, un poco más somnoliento que de costumbre pero en el mismo registro; Robin Williams cumple con esa sempiterna mueca de sonrisa medio esbozada; mientras que Hilary Swank, la chica, pasa bastante desapercibida.

El thriller va perdiendo fuelle conforme se aproxima a su recta final. Se espera un desenlace sorprendente, pero no llega. Da la sensación de que está todo cogido con alfileres en este trabajo de Christopher Nolan; demasiado casual, demasiado fácil.

Aporta poco al género pese a tener una factura y un reparto por encima de la media. Solvente, pero convencional. Nada que no hayamos visto.

El canto de los colimbos, esa bella estampa del lago al atardecer... todo rezuma sensibilidad en este elegante y cuidado trabajo de Mark Rydell. Una bellísima historia sobre el amor, la vida y la vejez con dos pesos pesados como pareja protagonista. Pocas veces se ha visto en cine, cerrada ya la época dorada, un recital interpretativo como el que nos ofrecen Henry Fonda y Katharine Hepburn en esta magistral película de principios de los ochenta. Inolvidable ese estanque dorado.

El tono es agradable y se percibe mucha química entre Edward Norton y Ben Stiller (con la chica no tanto). Quizá le falte algún que otro giro de guión que haga avanzar la historia con más vida pero, en líneas generales, interesante comedia romántica. Una original propuesta cinematográfica que combina muy elegantemente amor, amistad y fe, tres ingredientes que constituyen la sal de la vida.

Probablemente, como más se disfruta esta película es habiendo leído previamente la novela de Scott Fitzgerald. Discrepo de aquellas críticas que ven traicionado el espíritu de la novela. Salvo por un par de detalles, me parece un adaptación bastante fiel al libro. Lo único que me sorprendió un poco es ver lo pasados de rosca que están algunos personajes (sin ir más lejos Daisy), pero, haciendo memoria, hasta en la novela se dejaba ver esa tonta banalidad de los ricos... Si no has leído el libro es más que probable que te aburras en más de un momento, sobre todo durante la primera hora y media de película; a partir de ese punto la trama se "anima" coincidiendo con un par de escenas de vital importancia. Quizá sea en eso en lo único que flaquea este trabajo: le falta gancho al arranque.

La ambientanción es magnífica, tanto en escenarios como en vestuario. Y los papeles de Redford (Gatsby) y Sam Waterston (Nick Carraway), muy buenos. Reconozco que en un principio no acababa de ver a Waterston como narrador de la historia, pero al final me acabó gustando.

La novela quizá haga un mayor hincapié al final (cuando aparece el personaje del padre) en la verdadera historia de Jay Gatsby, en cómo este hombre se obstinó en conseguir una alta posición y fortuna (partiendo prácticamente de cero) con el fin de conseguir la atención y el amor de su chica, Daisy. No obstante, pese a todo, estamos ante una muy buena película.

Muy floja y sin ritmo, para haber sido filmada por un todoterreno del Séptimo Arte como era Raoul Walsh. Aceptable hasta el momento en que se separan Gregory Peck y Virginia Mayo. A partir de ese punto, la película deambula sin rumbo fijo para acabar de la forma que ya todos presagiábamos. Ambos protas están muy guapos. Y las escenas de barcos, muy bien rodadas. Pero la película no llega a funcionar como debiera.