Woody Allen nos ofrece una cinta al año desde hace un tiempo. Las hay buenas, pasables, malas, mediocres, e incluso las hay muy buenas. Por desgracia, este año ha tocado una de las malas. Allen sigue con su periplo por Europa, y después de rodar en Barcelona, Londres y París, ha rodado en Roma la que posiblemente sea una de sus peores cintas.

Allen divide la cinta en cuatro historias que se van intercalando aunque no tengan ningún nexo en común, quedando un resultado desigual. Si bien la historia de Roberto Benigni se aguanta por su buen hacer, y la de Allen no está mal del todo, las historias de Penélope Cruz y la protagonizada por Jesse Eisenberg, Alec Baldwin y Ellen Page no tiene ni el más mínimo interés, y eso a pesar del carisma de Baldwin y del vertiginoso vestido rojo de Pe. Estas dos historias lastran al film por su libreto casposo y lleno de tópicos.

Muchos por aquí dicen que un Allen malo es mejor que el resto de la cartelera, pero yo no estoy de acuerdo. El neoyorquino hace tiempo que viene repitiéndose mucho, y si bien había salido bastante indemne hasta el momento, con esta cinta empieza a dar síntomas preocupantes. Ya no espero que vuelva a hacer otro 'Annie Hall' u otro 'Match Point', pero sí que le pido algo másl. Ahora espero que la mayoría de los críticos se quiten la venda de sus ojos de una vez y sepan criticar a Allen cuando toca.

Lo mejor: Baldwin y el vestido rojo de Pe.
Lo peor: Que seamos testigos de la decadencia que está sufriendo Allen.

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Entretenida cinta de acción, que recupera para una cinta de acción a viejas glorias (que siguen muy activas, aunque en otros registros) del cine, para brindarnos un cóctel de peleas, explosiones, persecuciones y mucho ruido.

El cast es tremendo, Willis, Freeman, Malkovich, Mirren, y encima Mary Louise Parker (mi amada Nancy Botwin de Weeds), una actriz que con cada caídita de ojos que hace, consigue que me derrita viéndola. El argumento es más de lo mismo, la CIA persiguiendo a estos ex-agentes y ellos intentando acabar con el complot hacía ellos, pero la cinta tiene sentido del humor y como salen estos monstruos de la pantalla, pues acaba siendo muy simpática.

Una cinta muy recomendable, para pasar un buen rato y dejar el cerebro aparcado.

Lo mejor: Helen Mirren con vestido de gala, poniéndose unas botas, y disparar una ametralladora, que ni John Rambo...
Lo peor: És más de lo mismo y no aporta nada, aunque poco importe.

Brutal, directa a la mandíbula, adrenalínica, absolutamente magistral. El mejor guión español de la década, incompresnsible que no nos represnte en los Oscar (ni siquiera que estuviera entre las 3 candidatas...). Si es que cuando hay un buen guión y unos buenos actores no hace falta decir nada más. Yo soy el primero que crítica al cine patrio pero cuando hay maravillas cómo ésta hay que reconocerlo. Luis Tosar está genial cómo Malamadre (le han de dar el Goya pero inmediantamente), pero el joven funcionario no se queda atrás dejandonos un personaje que nos entra en el corazón por las putadas que le van pasando a lo largo de la cinta. Me gusta mucho que la cinta no deje claro quién son buenos y quién malos ya que explica la cruda realidad de cómo funcionan las altas esferas gubernamentales y por quién miran antes. La trama de los rehenes etarras és muy buena y dota de credibilidad al conjunto. Definitivamente y en mi humilde opinión, la mejor cinta española del año por supuesto y la mejor de la década seguramente. En unos años será un clásico del cine y veremos remakes por todas partes. De obligada visión.

Sensacional película la que se ha marcado el tal M. A. Vivas, un film de terror agobiante, que remite a obras excelentes como "Funny Games". La cinta es un prodigio de montaje, ya que el tipo te cuela dos secuencias a la vez, con una pantalla partida, además, consigue que por momentos sientas angustia, y eso es gracias a los actores, que están excelentes, en especial Manuela Vellés (aunque a ratos tanto grito sea irritante), y la violencia extrema que nos muestra el film, también ayuda a que la odisea de los secuestrados se nos haga más real.

De un tiempo a esta parte, el cine español está destacando más por el cine de género, que no por el cine social, o la comedia casposa a la que nos tenía acostumbrado. Se nota que hay gente con cosas que contar, y que con cuatro duros, y doce planos secuencias lo hacen de maravilla. La cinta no es original, pero es dignísima, y un soplo de aire fresco en el cine patrio.

Lo mejor: La sensación de agobio constante, la secuencia final, y Manuela Vellés.
Lo peor: Fernando Cayo, pero por decir algo.

Pues sí, el Sr. Nolan, ha conseguido superarse a si mismo, y a su obra maestra "The Dark Knight". Ha conseguido una obra que perdurará en nuestras mentes durante muchos años y que por méritos propios ya tiene un hueco privilegiado en la historia del cine. Al igual que lo tiene DiCaprio, un tipo que se está labrando una carrera extraordinaria.

La cinta nos presenta a un grupo de gente que se cuela en los sueños de los demás para extraerles ideas, por lo que son considerados criminales. Pero un importante empresario se ofrecerá a limpiar su nombre, si hace lo contario, implantar una idea en el cerebro de la persona en la cual se meten en su sueño. Con una premisa tan original, era muy probable que la hubieran cagado, pero todo lo contrario, Nolan ha conseguido una cinta colosal, con un guión colosal, un ritmo trepidante (a pesar de sus 150 minutos se hace corta), y crea un mundo ficticio que se apoderará de nuestras mentes mucho tiempo. Además, los actores están todos perfectos en sus papeles, en especial DiCaprio, que como digo arriba, se está conviertiendo en lo que años atrás fueron gente como DeNiro o Al Pacino, actorazos que sabían elegir sus papeles como nadie, y sólo trabajaban con visionarios como Scorsese o Coppola. DiCaprio ha hecho todo esto con apenas 35 años, y lo que le queda.

Para acabar, solo dar las gracias al sr. Nolan, por está obra maestra, que será una cinta que intentarán copiar muchas otras.

Lo mejor: Todo.
Lo peor: Nada, pero el doblaje que le hacen a Ken Watanabe es lamentable, no me enteraba de casi nada de lo que decía.