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Críticas de Joan Ramirez
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Críticas 124
Críticas ordenadas por utilidad
1
13 de octubre de 2011
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La peli es francesa. Venga, pues hablemos de franceses. ¿Charles B.? Claro, hombre, claro…. Baudelaire, el hombre que puso al diablo a trabajar para él.

El poeta francés fue el primero en nuestra tradición occidental en hacer poesía bella, culta, estudiada y formalísima a partir de temas escatológicos, dramáticos y adyacentes a su denigrada vida (con la qué, por cierto, pagaba la soldada del diablo).

¡Ah, amigos… ¡ ¡Pero resulta que el diablo francés es un “bon vivant” y no siempre quiere trabajar! Virginie y Coralie, directoras de “Fóllame”, imploraron el favor de las musas del azufre, pero estas no se presentaron. Carentes, pues, de la maligna sensibilidad, no vieron inconveniente en hacer el casting con actores porno de verdad y un guión adaptado a sus posibilidades interpretativas.

Y con estos mimbres, se dispusieron a hacer buen cine. Sacaron una escenita de “Fargo” (la del doble polvo en habitación doble), la rebeldía sobre ruedas de “Thelma Y Louis” y los conflictos socio-raciales de “El Odio”, por no dejar de pescar en el cine patrio y galo.

El resto: parias adictas y psicópatas huyen del mundo cruel al ritmo de sus pistolas y sus mundanas apetencias.

¿Funcionó el abracadabra? Ya he dicho que no. “Fóllame” no son “Las Flores del Mal”.

Cuando el diablo ni levanta una ceja suben las acciones del Ketchup y del porno.
Joan Ramirez
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5
21 de junio de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo que en el imaginario rural norteamericano hay un tipo que se ha hecho mayor y al que no le han ido las cosas del todo bien. Es un poco solitario pero tiene un carisma que te cagas. Domina como nadie el tema del bricolaje y/o la fotografía, o la doma de caballos, o las peleas a puñetazos, o la ciencia de atracar bancos sin matar a nadie. Conduce una vieja camioneta Ford a la que ahora, por influencia anglosajona y publicitaria, entre nosotros ya identificamos como una “pick up” (hace 10 años, si hubiera dicho que tengo una pick up me hubieran preguntado que qué me pica).

El tipo sabe jugar al póker, siempre ha tenido coladita a la chica más guapa del pueblo que, no obstante, no se casó con él porque era demasiado rebelde y pobre. Tiene un amigo del alma tonto y friki que le sigue a todas partes y le quiere y al que él hace ver que ignora un poco, aunque eso forma parte del juego de su relación.

El hombre tiene sus contradicciones, una o dos ex esposas e hijos desperdigados con los que reencontrarse con o sin éxito. También deja pasar buenas oportunidades que le brinda la vida porque no concuerdan con su código ético y, cuando eso pasa, siempre le queda una sonrisa en la recámara que clava a su rostro con un purito o un cigarrillo de liar.

Clint Eastwood, mejor director que actor, era un experto en estos papeles. En el caso que nos ocupa, Paul Newman, con más años que Matusalén, con un guión asqueroso, sobadísimo y mal aprovechado, se vuelve a mostrar como un experto en lo que le dé la gana siempre que hubiera tenido una cámara delante.

La película, que en gran parte retoma el tema de las relaciones paterno filiales, me ha parecido un innecesario remake monstruoso de otra que dirigió e interpretó el propio Paul Newman diez años antes, “Harry e hijo” (1984). Vi ésta última hace muchos años y en su momento me encantó. Ahora estoy obligado al revisionado.

Como atractivo para que te sientes a verla, quizás, podamos tener en cuenta ver juntos a Paul Newman y Bruce Willis en tres o cuatro escenas, representando cada cuál el triunfo del Cine con mayúsculas y la preponderancia de los taquillajes mayúsculos del cine de acción de los noventa. Se constata que en el 94 Willis aún no sabía poner cara de amargado y seguía tirando de sonrisa torcida.

(sigo en "spoiler" por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Joan Ramirez
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5
8 de octubre de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inteligencia Artificial es la película más retorcida que he visto nunca. Le busco una finalidad clara y no se la encuentro, al margen de algunas obsesiones del que escribiera la historia. Cuando no acabo de entender algo, miro de qué está hecho.

Algunos de sus ingredientes son: un niño neurasténicamente enamorado de su madre, un androide sexualmente todo poderoso, y una Las Vegas del futuro que prescinde del juego para ser directamente la Meca del chingoteo.

También aparecen zombies erráticos (quieren parecer robots…) en busca de sus miembros amputados, como almas en pena suplicando la redención. Lo siguiente es una especie de circo romano de la tortura y el sadismo colectivo; todo aderezado con la piedad del amor filial y una suerte de homenaje al cuento de Pinocho y a la Virgen María vestida de Hada Azul.

¿Y el tono? Pues al principio –y me costaba de creer-, de telefilme de sobremesa. Después se hace algo más tecnológico y prometedor, para acabar siendo una confusa epopeya filosófico-marciana.

A ver: Spielberg ha hecho cosas geniales. Pero geniales de verdad. Para flipar y no parar, como Tiburón, que es una obra maestra de cabo a… aleta dorsal. Y, desde luego, no soy el primero en considerar que la genialidad es una rareza en sí misma. Pero ah… las rarezas no suelen ser siempre la expresión del talento. Me temo que esta película es prueba de ello. En estos tiempos en que se glorifica y se menosprecia con extrema rapidez, prefiero abonarme a la idea de que, sencillamente, las cosas se hacen bien o mal, si necesidad de poner etiquetas.

Yo sólo digo que esta película me parece muy retorcida, y si no, ya me lo dirán.
Joan Ramirez
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7
21 de abril de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se olvida por la felicidad.

Se aprende por el dolor.

Se alcanza por la pérdida.

No conocía esta película, pero la voz de Beck hace años que se me clava cuando canta “Everybody’s gotta learn sometimes”.

Pensaba que esta película sería una bomba de relojería y la he tenido palpitando en un cajón del escritorio durante un mes, como un informe secreto capaz de reventarlo todo. La película es buena, pero no había para tanto. Charlie Kaufman es un tío muy interesante, un guionista al que descubrí con grata sorpresa en “Cómo ser John Malkovich” (1999). Con esta película, no obstante, en la que se repite un poco, empiezo a emparentarlo con sus presuntos padres guionistas de “The Twilight Zone” (La dimensión desconocida), la mítica serie de los sesenta.

Si alguna vez has amado, has de ver esta película. Claro que, también la has de ver si la biblioteca pública te envía por correo lo que ellos llaman un “aviso de cortesía”… Entonces hay que sacarla del cajón y estar dispuesto a morir a lo bonzo porque todos tenemos que aprender alguna vez.

Como he dicho antes, no había para tanto. Palpo mi integridad y constato que sigo aquí.

¡Uf, qué bien!
Joan Ramirez
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5
25 de enero de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante género cinematográfico el carcelario. Grandes películas nos ha dado: Fuga de Alcatraz, La milla verde, Papillon, El beso de la mujer araña, Cadena perpetua… y tantas otras que ahora no me vienen a la cabeza. Aunque, de hecho, me estoy reservando una: La leyenda del indomable, primera y gran incursión en el género del director que nos ocupa, de ahí el título de esta crítica.

Y es que la primera, con Paul Newman, está muchísimo mejor: hay menos esperanza. Ambas películas sitúan la acción en las penitenciarias/campos de trabajo del sur de los estados unidos y en sus duras condiciones de vida. Parece ser que eran (o son) lugares a los que la herencia manumitista de Abraham Lincoln no llegó.

Brubaker se centra en la figura del nuevo alcaide, abanderado de la justicia, los derechos humanos y la reinserción. El tema fundamental de la película, a mi entender, es algo que procuro tener muy presente incluso en mi propia vida, y es: que incluso para cagarte en el sistema, has de estar dentro. ¿Conseguirá el sietemachos de Redford sus loables propósitos sin que más altas instancias se mosqueen profundamente?

Poderosa y bonita la fotografía, especialmente al principio. Luego, no sé si es que me empiezo a empachar de tanto lucimiento de Robert Redford o qué, pero las imágenes pierden fuerza. Es más, por momentos la cinta pasa de film a telefilm, y su metraje empieza a exudar un tufillo ochentero algo descorazonador.

Soy un admirador de Lalo Schifrin. Atesoro muchas de sus bandas sonoras y demás trabajos. Sé que no es un genio, pero tampoco yo el más dotado de los melómanos. Como en “La leyenda del indomable”, aquí también repite banda sonora. A la espera de que la vuelva a escuchar con más atención, diría que en esta ocasión, a mi pesar, se viene abajo con estrépito. Nada que ver con el brillante trabajo de su primera colaboración con Rosenberg. En este sentido, insisto: talego revisited… and failed.

Finalmente, y sin ánimo de desvelarles nada, verán que la película tiene su momento “yo soy Espartaco”. Muy flojo. A mí no me ha emocionado nada.

Acabo con una observación que muchos de ustedes compartirán: ¿por qué no se limitó Fernando Ulloa a doblar exclusivamente a James Stewart? Encontrarán su voz en el responsable de la oficina del alcaide. ¡Inconfundible!
Joan Ramirez
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