Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Federico_Casado
Críticas 662
Críticas ordenadas por utilidad
8
18 de julio de 2008
26 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay nada mejor que el humor para revisar la historia de un país. Ahí tenemos ejemplos como los de Berlanga -"Bienvenido Mr. Marshall" como botón de muestra de su ácida crónica social de la realidad española- o los de "El Tambor de Hojalata" de Schlöndorff o "La vida es Bella" de Benigni: no solo no se resta rigor a los acontecimientos si se ironizan, sino que quizás se comprendan mucho mejor. El actor y cineasta checo Menzel con su mordaz y originalísimo sentido del humor realiza una de las más inteligentes crónicas sobre centroeuropa que hayamos visto en años, a través de un bajito camarero que sobrevive como puede a principios del siglo XX en Praga, y que sueña con hacerse millonario, oportunidad que aparece cuando los nazis conquistan toda Europa, y él se enamora con una alemana de pura raza aria, que tras la Segunda Guerra Mundial le da una insólita colección de sellos que lo convierten en un potentado empresario y dueño de un lujoso hotel. El delirante tono de comedia a veces se rompe con algunos momentos de gran dramatismo, pero esos pequeños puntos negros no pueden empañar un divertidísimo discurso que logra encandilar al espectador de principio a fin, con imaginativas secuencias visuales -apoyadas por unos impecables efectos- y con un impagable protagonista, el búlgaro Ivan Barnev, que da vida al enérgico, diminuto y rubio camarero que ansía en convertirse en el mejor en el gremio de la hostelería. No obstante, a pesar de la aparente "ligereza" con que pueda mirarse este film de evidente clave humorística, debajo existe una muy lúcida reflexión sobre la sociedad contemporánea, enjuiciando certeramente los regímenes capitalistas y comunistas, sopesando todos y cada uno de los aciertos y los errores de los gobiernos. Ambición y esperanza, recuerdos e ilusiones, todo se conjuga en esta cinta que fue una de las grandes ganadoras en la pasada edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Federico_Casado
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
20 de noviembre de 2015
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2014 todos nos quedábamos un poco asombrados porque una película de perfil tan bajo se convirtiera de repente en la más taquillera del cine español: vale, tenía a uno de los directores más curtidos de la llamada "comedia madrileña", Emilio Martínez-Lázaro, y que también dirigió "El otro lado de la cama" (otro notable éxito en el cine español). Vale, parece que el realizador tenía cogida la medida de la comercialidad con cierto marchamo de calidad, pero es que "Ocho apellidos vascos" era tan flojita, tan falta de pretensiones, tan inocua, tan infantil... que no era esperable tanto éxito. Quizás fuera por la ayuda de Mediaset (o sea, Telecinco) a la hora de la difusión, o bien por la presencia de famosos rostros televisivos (como el de Carmen Machi)... pero el caso es que arrasaron y convirtieron -al parecer, muy a su pesar, por lo que les agobia la fama- a dos actores relativamente desconocidos como Clara Lago -casi en su primer papel protagonista, a excepción de "Tengo ganas de tí"- y Dani Rovira -monologuista habitual de Paramount Comedy, pero inédito en la gran pantalla...- en dos auténticas estrellas del cine español. Bueno, pues que se queden tranquilos y no se sientan tan agobiados por los autógrafos y las peticiones de selfies de sus fans, porque tras ver esta segunda parte, estoy convencido que su fama cinematográfica se esfumará en menos de un año. O de medio.

Porque si "Ocho apellidos vascos" tenía su gracieta -dentro de lo traído por los pelos que estaba todo-, ahora su segunda parte tiene más pretensiones, sacando pecho a todo meter... y precisamente eso es lo que le pierde, porque ahora los chistes ya se pasan de graciosos, creyendo que tienen cogida la medida al género, y no funcionan. O no lo hacen tan bien como antes, existe como un regusto a manido en muchas secuencias, que parecen pensadas e ideadas con un calzador o con una plantilla, para que funcionen. Y lo peor es que la mayoría de las veces, no lo hace. O lo hace mal. Un gran salto... pero hacia atrás. Por cierto, aparte de por la evidente razón comercial de emular a la primera parte... ¿qué razón hay porque esta película se llame "Ocho Apellidos catalanes"? En la primera parte era por el requerimiento que Koldo le hacía a Rafa para demostrar su origen vasco...y ahora se queda en una inverosímil anécdota que no viene a cuento. Fatal, vamos... que se han lucido Borja Cobeaga y Diego San José.

Argumentalmente, esta saga comienza cuando Koldo viaja a Sevilla para avisar a Rafa que Amaia se va a casar...con un catalán. Las alarmas se disparan y viajarán a la boda para comprobar que prácticamente todo está perdido y el sevillano intentará a la desesperada recuperar el amor de la vasca in extremis...

Se nota que ahora se tira con pólvora de Rey, y que a la película no le ha faltado un peregil: si antes contábamos con Carmen Machi, ahora contamos con Berto Romero y con la gran Rosa María Sardá, un activo muy importante en la cinta, ya que la catalana es un nombre sólido por derecho propio en la escena española, en la televisión, en el cine o donde sea. Una artistaza como la copa de un pino que borda cada secuencia en la que aparece. Como también lo hace un Karra Elejalde que es con diferencia lo mejor de la película, en un registro tierno y cómico que puede decirse que es el mejor en toda la trayectoria artística del actor vasco -a pesar de que yo tengo debilidad por Elejalde en sus papeles serios, como en "La madre muerta" o "Días Contados"-. En cambio, y a pesar de los esfuerzos de Berto Romero para componer el papel del odioso hipster catalán, no termino de tragármelo. Quizás sea la barba postiza que le han colocado, o el tono extremo del personaje, que me chirría. O quizás sea por la comparación con los monstruos Elejalde, Machi y Sardá... pero es que cada vez que aparece en pantalla casi me duelen los ojos (y los oídos) en la mayoría de los chistes (aunque reconozco que unos pocos funcionan).

El arranque de la cinta es muy lento, largo y aburrido. Confieso que incluso dormité en los prolegómenos de la historia, en la que no pasa nada. Y en la que los chistes políticos sobre las diferencias entre vascos, catalanes, andaluces... y españoles son demasiado obvios, están trazados de manera demasiado gruesa, a diferencia de la primera parte donde había un cierto gusto: ahora estamos ya directamente en nivel Ozores (del estilo "si soy catalán, pero me encanta el Jamón de Jabugo y el vino de Jerez"...). No obstante, es de agradecer que haya cierto toque vodevilesco en la historia, en el clásico subgénero de películas de bodas donde hay confusiones, puertas que se abren y cierran, encuentros, desencuentros, momentos de tensión... en fin, que no hay que ser ningún genio para saber cuál será el desenlace de la película.

Para acabar, volvemos a los dos protagonistas: en el caso del monologuista Dani Rovira (porque actor, lo que se dice actor, yo no termino de verlo...), sus dos únicos registros son el de "graciosillo-chistoso-andaluz" y el de perrito apaleado. En ambos casos, resulta bastante falso y chirriante: sus mínimos registros interpretativos (que ya ha demostrado largamente en la serie B&b, también de Mediaset, claro...) hacen patente su mediocridad. En cuanto a Clara Lago, los 17 años de oficio que ya tiene como actriz deberían haber dado un poquito más de sí, ya que no resulta creíble la mayoría de las veces, ni como enamorada, ni como confundida, ni como enfadada. Le recomendaría encarecidamente que viera unas 10 o 20 veces a la Hepburn en "La Fiera de mi niña" e "Historias de Filadelfia", que así es como se hacen ese tipo de papeles.

¿Que si te ríes? Pues sí, sobre todo con Karra Elejalde que está que se sale. Es la verdadera estrella del show. El resto, muy regular, ya que casi no sorprende ni emociona, que son precisamente los dos elementos básicos de cualquier comedia romántica que funcione. Desde mi punto de vista, con ver el tráiler es suficiente...
Federico_Casado
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
31 de agosto de 2019
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno ve el tráiler de esta película, no puede por menos que sentirse bastante incómodo: ¿Qué pasaría si un poderoso narcotraficante gallego envejeciera y tuviera que ser ingresado en una residencia de ancianos por una enfermedad degenerativa? ¿Un delincuente debe pagar lo que ha hecho, independientemente de su fragilidad física y/o mental debido a su edad? ¿Estaría justificada la venganza, la misericordia, la indiferencia…? Esta premisa demoledoramente turbadora es el punto de arranque de una historia bastante clásica de ajustes de cuentas, poder y debilidad, todo ello enmarcado en una curiosa mezcla de thriller con algunos elementos de terror –género en el que este director se mueve con soltura-.
A diferencia de su anterior película “Verónica”, la premisa argumental de la que arranca la película se va consolidando poco a poco, en una progresión realmente bien lograda, aunque a nivel de guión veo un gran escollo que podría haberse resuelto mucho mejor, ya que cuando vemos al simpático, eficiente, locuaz y agudo enfermero jefe de una residencia de mayores, Mario (Luis Tosar), el paso siguiente en el que se dedica a cuidar del narcotraficante y su cambio de actitud explota de manera demasiado abrupta y con pocas explicaciones: justo lo contrario de lo que decía Hitchcock, que los espectadores tenían que tener más información que los personajes de la película para articular bien el suspense, el terror, la intriga. Bueno, pues esa información está servida con cuentagotas, a base de unos fallidos “flashbacks” que resultan en un inicio demasiado confusos, sin explicar casi nada. Aunque la estructura habría sido mucho más sencilla, creo que si hubiéramos desde el principio qué empuja al protagonista el cambio de actitud, todo habría funcionado igual, si no mejor.
No obstante, Plaza lleva demostrando su buena mano y oficio como realizador desde hace bastante tiempo (junto con Jaume Balagueró en la saga “REC”) y ahora hace un excelente trabajo con los ambientes y con el trabajo de actores, donde evidentemente la gran estrella del show es Luis Tosar, que hace posiblemente la mejor interpretación de su carrera (hasta ahora, porque este actorazo se supera día a día). Además tiene una de esas raras cualidades que pocos intérpretes en la historia del cine tienen: tener una doble cara y pasar de una a otra en segundos. Es capaz de resultar encantador, cercano, cómplice y buena gente (y con esa barba beatífica que tiene en esta película, mucho más) y al segundo siguiente convertirse en el más peligroso hijo de la gran puta. El gran Gene Hackman era otro de esos actores que podía hacerlo con una naturalidad pasmosa, pero Tosar lo hace igual o incluso mejor (y podríamos hablar de los inicios de este registro en este actor en “Sin noticia de Dios”, donde interpreta a un policía muy enrollado, pero que en realidad oculta a un cabronazo capaz de todo…). La tónica general en el resto de los actores es buena, aunque hay algunos papeles que pueden resultar casi caricaturas, e incluso alguna interpretación pasada de vueltas, innecesariamente.
Pero el saldo general de la película es muy positivo: la parábola que hace con el título, y que penetra casi en cada personaje de la historia está muy bien articulada, y se nota la mano de un peso pesado del guión en el cine español como Guerricaechevarría (habitual colaborador de Alex de la Iglesia). “Quién a hierro mata” no sólo es una mirada terrible al abismo que puede provocar la vejez, la incapacidad y el deterioro de una persona, sino que también es un viaje a los infiernos personales más peligrosos, reforzando las leyes más elementales de la física que dicen que toda acción provoca una reacción. Y normalmente, en sentido contrario.
Federico_Casado
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
22 de febrero de 2010
117 de 217 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces he esperado una película con tantas ganas… y pocas veces me he llevado un chasco tan grande: el tándem Scorsese-DiCaprio nos ha ofrecido maravillas como “Infiltrados” o “El Aviador”, aunque también es cierto que “Gangs of New York” fue de lo peor en décadas (pero es cierto que tengo mis dudas sobre si la culpa la tuvo realmente Scorsese o los productores que mutilaron el montaje final…). El caso es que tenemos todos los ingredientes para que la ecuación perfecta del séptimo arte funcione: una novela interesante de un escritor de prestigio (Dennis Lehane, autor de “Mystic River”), un director que siempre ha aportado una visión personal a sus historias, un plantel de secundarios espectacular (desde Ben Kingsley a Max Von Sydow, casi ná…) y para remate de los tomates, una de las grandes superestrellas de Hollywood, un maduro Leonardo DiCaprio, en el cénit de su trayectoria interpretativa. Entonces, un momento… ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no funciona el invento? Pues vamos por partes, que diría Jack el destripador: por un lado, tenemos una historia realmente apasionante en la que un agente judicial es enviado a una isla donde está un misterioso sanatorio psiquiátrico de donde se ha escapado aún más misteriosamente una paciente de la manera más misteriosa (vamos, misterio a punta pala); todo esto está narrado con cierta desidia, cierto desdén. No hay electricidad en cada descubrimiento de la investigación y todo transcurre de una manera demasiado lenta, demasiado pausada, y lo que es peor, sin utilizar ni uno de los recursos clásicos del lenguaje cinematográfico del género. Personalmente, las innovaciones en cine me parecen excelentes, y si se rompen las reglas y el invento funciona, pues mejor que mejor. Pero cuando las reglas no se usan, y la cosa se torna plomiza y pesada… mejor volvemos a lo clásico que sí que funciona (y si no, recuerda el Scorsese de “El Cabo del Miedo”, con la arquitectura perfecta de un thriller, psicópata incluido. Por otro lado, tenemos a un protagonista realmente atormentado, con atroces recuerdos de su etapa como militar que liberó el campo de concentración de Dachau, en la Segunda Guerra Mundial, afanado por descubrir la verdad, incluso por encima de sí mismo. La esforzadísima interpretación de DiCaprio es digna de elogio, pero se diluye en un personaje realmente confuso desde el arranque del film. Un momento, pero no confuso ante sí mismo, que eso significaría atormentado, luchando por su propia identidad…sino confuso ante el espectador, incoherente desde el minuto uno. De esta manera, es muy difícil emprender un viaje con él y sentir empatía, por ende, prácticamente imposible. (SIGUE EN SPOILER)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Federico_Casado
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
9 de mayo de 2010
32 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego, si es por mi desde luego que no. Vamos, ni una sola palabra. Y mira que hemos visto ya películas de ciudadanos cansados de lo mal que funciona el sistema, desde la brillante “Un día de furia”, con un muy cabreado Michael Douglas que se toma la justicia por su mano, a “John Q”, y así un larguísimo etcétera, sin olvidar por supuesto toda la interminable saga de justicieros estilo Charles Bronson que decidían un buen día que ya no aguantaban más y que le iban a dar a todos los delincuentes una cucharada de su propio chocolate. Bueno, pues ahora tenemos a Gerald Butler (en efecto, el Rey Leónidas de “300”, con sus abdominales de acero incluidos) interpretando a un pobre ciudadano que ve como su mujer y su hijita son violadas, asesinadas y varias brutalidades más, y encima el fiscal del caso hace un cuestionable pacto con el abogado defensor para rebajar las penas de los acusados. Bueno, hasta ahí parece una historia hasta cierto punto interesante. Mucho más interesante se pone cuando diez años después de la decisión judicial uno de los dos acusados llega a su ejecución, mientras el otro disfruta de la libertad… y entonces es cuando empieza la venganza del sufrido padre de familia.
Entonces –y solo entonces, por un caprichoso e inexplicable deseo de los guionistas- empezamos a descubrir las verdaderas personalidades de los protagonistas, desde el fiscal, que es un ambicioso pelele al que por lo visto le importa todo el mundo tres pepinos, hasta el ciudadano vengador, que resulta ser una reencarnación de James Bond, Rambo, Chuck Norris, Hannibal Lecter y el mismísimo Batman, todo en uno: un hombre que se ha hecho multimillonario, pero que de buenas a primeras -¿¿¿???- es un prodigioso agente secreto del gobierno, que domina todo tipo de estrategias, armamento, defensa personal, con la determinación de un doberman adiestrado y la inteligencia del más sibilino jugador de ajedrez. Y entonces ¿quién se cree que su casa estuviera tan a merced de los delincuentes? (CONTINUA EN SPOILER)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Federico_Casado
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow