Acertada en sus cimientos (propuesta distópica y pareja protagonista), pero errónea en su desarrollo. Tristemente, 'Upside Down' no va más allá de ser una película visualmente llamativa (en un principio) con una historia de amor atolondrada y poco interesante.

Libre de las aburridas ataduras de presentación de adquisión de poderes, 'Spider-man 2' cuenta no sólo con los aciertos de su antecesora (un excelente reparto -aunque, por razones de guión, la aportación de alguno sea mínima- y la camiseta mojada de Kirsten Dunst -como elemento vertebrador de la historia), sino también con los múltiples avances conseguidos en este nuevo rumbo de la saga: el papel destacado de las miserias de sus protagonistas, una acción que no da respiro al espectador, el mejor villano -con permiso del buen hacer de Willem Dafoe- de todos los cómics (Doctor Octopus) y un tratamiento mucho más adulto que, ora en aras de la oscuridad (el uso de la imagen en las secuencias de Octopus), ora en las de la autoparodia (gritos desinhibidos en constante aparición) consigue que, ahora sí, nadie se cuestione la adaptación cinematográfica del superhéroe.

Pareja protagonista carismática, imagen bien cuidada, imaginativo arranque al más puro estilo cuento colorista, historia atractiva con giros interesantes y momentos familiares simpáticos (los tres "Alterios" juntos: Héctor, Ernesto y Malena). Y, a pesar de todo ello, un no muy rotundo como valoración final. ¿Por qué? Porque no sólo de buenos intentos vive el cine...

El siglo XIX sirve de vehículo a Woody Allen para ironizar sobre sociedad (romances de alcoba) y política (patriotismos y conquistas napoleónicas). La utilización del "surrealismo estúpido" (término que el director debería acuñar para aunar su filmografía más desinhibida) consigue ese carácter de irrelevancia en la narración, necesario para disfrutar del humor más divertido, y extremo, de su director.

La historia, un buen thriller psicológico adolescente, empieza a flaquear cuando su elemento central comienza a desdibujarse, hasta el punto que parece desaparecer (a partir de la segunda mitad del metraje), perdiéndose en una sucesión de altibajos narrativos que lamentablemente concluyen en un desafortunado final, de cambio drástico a la edad "adulta" y nuevo escenario. Por cierto, Clara Lago, imponente, hermosa y pletórica en su personaje, se revela como una de las mayores revelaciones del cine español de los últimos años.