El dinero es lamentablemente el objeto que mueve la sociedad actual, es el objeto que saca lo peor de los seres humanos, es la desgracia de la sociedad puesto que entre más se tiene, más se quiere, el dinero es, el que mueve esta excelente realización de Costa-Gavras.

El director griego radicado en Francia desde hace muchos años, presenta un excelente drama que toma como eje central la crisis económica de hace algunos años, dada en gran parte por culpa de los grandes banqueros.

La verdad el pulso con el que dirige Gavras es soberbio, se nota la mano de la experiencia y eso hace al film exquisito, fácil de ver a pesar de su contenido que puede resultar algo complejo (que lo es), pero está tan bien manejado que no hay problemas.

La película sigue el ascenso en el mundo de la banca de Marc Tourneuil (Gad Elmaleh), un hombre que es nombrado presidente del Banco Phenix, una entidad con una gran cantidad de empleados y sucursales a nivel mundial.

Desde el inicio, e impulsado por una serie de accionistas inescrupulosos, comienza una serie de políticas bastante polémicas que tienen como finalidad, primero subir el precio de las acciones del banco en la bolsa de valores.

Segundo y más importante, ganar gran cantidad de dinero él y los accionistas, a modo de bonos como compensación. Comienza entonces una serie un accionar corrupto donde ruedan cientos de cabezas de empleados para el bien de unos pocos.

Le Capital se resume finalmente en la frase final del film, ¿cuánta verdad se puede reflejar en esos aplausos?, en esa alegría desbordada, en ese cinismo, en esa ironía expresada por el protagonista. Gavras siempre con tanta conciencia social.

En spoiler quiero comentar el sentido que tiene -según mi percepción- la aparición o mejor dicho el sentido que tiene el personaje de la modelo Nassim (Liya Kebede), deseo interminable del pobre de Tourneuil.

¿Cómo rayos es posible que un realizador de una calidad tan innegable -y demostrada- pueda caer en realizar una película tan patética?

Lo único que se me ocurre es que Coppola sabiendo precisamente que no tiene que demostrar nada, se embarca en proyectos pequeños y sumamente personales (como han sido sus últimos filmes), siendo Twixt sin duda el clímax de todo eso.

Ojo que clímax no en el buen sentido de la palabra, el problema de esta película no es solo el argumento, es también la forma en como es presentado, pareciendo en este segundo aspecto una copia sumamente barata del trabajo en Bram Stoker's Dracula (1992).

¡Ah! el argumento, que va de un escritor que llega a promocionar su libro a un pueblito bastante extraño, donde conoce al sheriff del lugar que también es escritor, en este caso novato, es ahí donde comienza a darse cuenta de unos asesinatos que ocurrieron en ese lugar.

A fin de cuentas no hay tensión, no hay clímax, es una película totalmente risible, predecible y que intenta engañar al espectador. Coppola en este caso se muestra como un aficionado que consigue un poco de dinero y filma su película.

Se le podría excusar si fuera su ópera prima, aunque algunos debuts cinematográficos han sido formidables, por poner un ejemplo 12 Angry Men (1957) de Sidney Lumet, pero bueno eso no viene al caso, el caso es que no se cuestiona la calidad innegable de Coppola, pero aquí consigue un bodrio con todas las de la ley.

Michael Corleone es en esta tercera parte un hombre maduro y experimentado, algo agotado, la iglesia lo condecora por sus actos de caridad, busca tener ese aliado fuerte a su lado, busca limpiar sus negocios, busca limpiar el apellido de su familia.

Su sobrino Vincent comienza a trabajar para él, tiene el carácter de su padre Sonny, un joven sin temor, perspicaz y agresivo, al que tal vez falta guiar un poco, su error, mezclarse sentimentalmente con su prima Mary (Sofia Coppola), su error, debido a lo reacio que se muestra Michael a esa relación.

Esta tercera parte se mueve entre la mafia, la iglesia, los políticos y los banqueros, todos en un juego agresivo y sin piedad. Me gusta mucho la mezcla que se hace entre realidad y ficción (como ya se hizo en la II parte con la Revolución cubana), en este caso toda la situación con el pontífice Juan Pablo I.

Coppola cierra una trilogía descomunal con una obra de un altísimo nivel (tal vez no igual a sus predecesoras, pero igual es una enorme película), nuevamente hay secuencias monumentales como la del helicóptero o toda la situación que sucede afuera del teatro. Al film no se le puede negar su perfección en todos los aspectos posibles.

La ópera prima de Quentin Tarantino, que manera de comenzar, la primera secuencia presenta a un grupo de individuos conversando sobre varias cosas en una cafetería, la perspicacia de los diálogos es lo primero que llama la atención de la puesta en escena.

Básicamente en ese punto se nos presentan a los personajes, concluyendo con una introducción y unos créditos iniciales que han dejado huella en el cine de los noventas. Lo que viene luego es una descarga de violencia, sangre, e incluso de sadismo.

Gracias a un montaje extraordinario en orden NO cronológico, Tarantino nos va dando información poco a poco de lo relativo a esos hombres del inicio del film, habían sido contratados para asaltar una joyería, sin embargo, el robo en teoría sencillo, sale completamente mal debido a que en la banda de asaltantes había un policía infiltrado.

Así, durante el metraje vamos conociendo a cada uno de los personajes (al menos los principales), como huyeron e intentando descifrar que salió mal en el asalto, prácticamente toda la película pasan hablando del robo y sin embargo, no hay una sola escena que se muestre ese evento, una genialidad de guión.

Sorprendente debut que forjó el inicio del hasta ese momento desconocido Quentin Tarantino, sin duda un excelente inicio, desde ese instante se antojaba que se estaba ante un director diferente.

Segunda parte del bien llamado Batman de Nolan, en esta ocasión el superhéroe debe enfrentarse ante un villano extraordinariamente malintencionado que pondrá a prueba a Bruce Wayne física, pero en especial mentalmente.

El Joker es un individuo repulsivo, agresivo, meticuloso y totalmente desesperante, Heath Ledger se encuentra en una forma impresionante, un trabajo antes de la grabación para estudiar a profundidad al personaje y el trabajo en cámara sobresaliente.

Batman nuevamente debe hacer frente no solo al problema con el “malo” de la película, sino que debe afrontar dificultades personales que le atañen en su labor. Esto viéndose aún más intensificado por el accionar del villano que se aprovecha de esas situaciones.

De esta forma The Dark Night es una película oscura, intensa, agresiva, desesperante en el buen sentido de la palabra (una vez más, por su villano), que pone pruebas intensas no solo a los protagonistas, sino también a los ciudadanos de Gotham, genialidad de film.