Es realmente difícil hacer una crítica de una película así. Por un lado, es evidente que nos hallamos ante un bodrio infumable de 91 minutos de duración que parece que no se acabe nunca. Aguantar el metraje entero es toda una proeza, solo apta para los amantes del cine basura que no tengan nada mejor que hacer.
Pero por otro lado, la película desprende ese aroma retro-cutre del cine de serie Z de los 80 donde las interpretaciones hacían reír, los diálogos hacían llorar, y los efectos especiales tenían como producto estrella el blandiblú de colorines y las máscaras de látex.
O sea, que todo está en su lugar, y es como tiene que ser. Lo mejor (o lo peor, según se mire) es que el director se empeña en introducir un personaje tras otro, para luego justificar un plantel nutrido de muertes viscosas. Y es en esa presentación contínua de personajes donde la película se hace eterna, con muchos momentos absurdos donde no pasa absolutamente nada. Pura basura cinematográfica, eso si, con buenas dosis de gore y humor, aunque según mi punto de vista mucho más floja que otras del mismo estilo y del que soy absoluto admirador.
Para finalizar la crítica, solo decir que el gran Jesús Palacios calificó en su (nuestra) biblia del gore "goremanía", esta película de "clásico del gore". Quizás demasiado entusiasmo para semejante producto.

En una remota zona de la América profunda una especie de bicho-erizo mutante se dedica a pinchar-penetrar al personal y provocar que éstos, una vez muertos, hagan la función de vehículo para que la cadena mutante se multiplique.
Cinematográficamente poco se puede decir, porque todo es un refrito de tantas y tantas películas que han tratado el mismo tema con mejor o peor suerte, aunque hay que reconocer que ésta es la versión con más huesos rotos que he visto en mi vida. Seguro que Steven Seagal la tiene de entre sus favoritas.
En fin, no se me ocurre nada más que decir. No vale la pena pagar por ella.

Paranormal activity narra la historia de una pareja acosada por un fantasma dentro de su propia casa. Utilizando el mismo recurso de "The Blair wich project", con una cámara para grabar todo lo que ocurre, los protagonistas notaran la presencia del ente de forma progresiva, de menos a más. El problema es que el ritmo de la película es demasiado lento, y las situaciones repetitivas. El sonido es sin duda el elemento primordial, por que ya se sabe que en esto del terror psicológico nada se ve pero todo se siente. A mi, que me va lo barroco, lo visual, el ketchup, el látex y los efectos de maestros del gore como Greg Nicotero, no me pareció nada atractivo el proyecto de Oren Peli, pero reconozco que la película causó buena impresión en el Auditori de Sitges donde se proyectó en primicia. Terror vacío, que nace del sonido.

Jamás me ha gustado John Carpenter. Nunca he tenido la sensibilidad necesaria para ver el supuesto genio que hay en él y que tantos han admirado en sus películas. No niego que haya marcado ciertas pautas para el cine de terror, pero aún así me aburro muchísimo con la mayoría de sus películas. Creo que en muchas de ellas se ha visto condicionado por un bajo presupuesto que le ha perjudicado en según que escenas, queriendo abarcar más de lo que podía.
Pero en este caso creo que a Carpenter la historia del extraterrestre se la trae floja, porqué se trata sencillamente de una excusa para mostrar lo que realmente le interesa, que es el conflicto humano, el hombre contra el hombre en una situación extrema. Y es allí donde me gusta el film, que se puede interpretar perfectamente como una metáfora de esta sociedad individualista, violenta, que se mueve únicamente por conflictos económicos y personales, aunque esto suponga el sacrificio de personas.
Por lo demás, resulta nostálgico ese look ochentero y esos efectos especiales del monstruo, sencillamente brutales, lo mejor de la película con diferencia. Lástima que se puedan contar con los dedos de una mano las apariciones del bicho. Cuestión de presupuesto, supongo.

Una película donde un niño es el asesino siempre es de agradecer. Pero si encima el angelito en cuestión acaba de nacer y empieza cargándose a los doctores que le han dado vida ya es el colmo. Por eso la premisa de la película es muy buena y original, pero conforme avanza el metraje se empieza a ver los defectos propios de una mala realización y de un guión que hace aguas por todas partes.
Puedo llegar a entender que el factor sorpresa es un punto a favor y que enseñar poco el monstruo no deja de ser una táctica para crear expectación ( ya saben, eso de que lo bueno si es breve, dos veces bueno). Pero en este caso el director se pasa de precavido, ya que el niño practicamente no se ve en toda la película y al final eso se vuelve en contra, sobre todo porqué lo poco que vemos de él nos gusta y nos queda la sensación de querer más. Encima el colega es tan rápido matando que no te enteras de nada y el director nos enseña el antes y el después, pero nunca el cómo. Simplemente se limita a enseñarnos el ataque con cámara subjetiva y de forma rápida y confusa.
Me gustaría pensar que "Estoy vivo" tiene detrás una crítica social sobre el rechazo de la sociedad hacia lo desconocido y diferente, o quizás un mensaje subliminal sobre familia, que debe permanecer siempre unida sean como sean cada uno de sus miembros. En fin no sé, intento buscar algo positivo a una película decepcionante, que podría haber dado mucho más de si.