Lo primero, es que es una comedia, así que el realismo se disipa. Tiene momentos cómicos al principio, aunque tampoco de llorar de risa. Y luego se desinfla.

Melissa Leo está genial, es quien sostiene la película.

Molesta la trama romántica, porque es innecesaria. Parece que el viaje del permiso le tiene que cambiar radicalmente la vida al personaje de Tessa Thompson, y por supuesto una mujer no puede cambiar radicalmente su vida sin incluir un romance.

La verdad es que se queda en algo banal e insulso. Ni disparatada ni profunda. Sólo para echar el rato.

Un blanco hippy romántico empedernido, un negro veterano de guerra gay. Héroes a jornada parcial, amigos a jornada completa.

Esta serie nos cuenta las aventuras (menos) y desventuras (más) de esta pareja de amigos que se meten en cada lío … Dos personas que no llevan capa ni antifaz, pero que tratan de hacer lo correcto en un mundo incorrecto.

En la serie hay momentos en los que parece que se va a estancar, pero nada más lejos. Siempre va a más y a mejor. Aunque en realidad lo que engancha de esta serie es la amistad entre los dos protagonistas. Querrías sentarte en el porche con ellos a tomar unas cervezas, hablar de cualquier cosa, y esperar lo que esté por venir.

Una pena que la cancelaran. Sencillamente no tiene ninguna pega: buenas tramas, buenos diálogos, buenos personajes excelentemente interpretados, buena ambientación. Ahora es una serie de culto, y con razón.

Me parece muy curioso que quien ha criticado la falta de veracidad de la película es precisamente quien participó en primera línea en el escarnio público de una niña.

Supongo que siempre habrá dudas sobre el incidente (yo digo, tú dices, aquel también cuenta su versión), y sobre la vida de esta mujer. Pero creo que queda claro que ella era una patinadora sobresaliente, excepcional. Y que si sus circunstancias (familia, relaciones, condición social) hubieran sido otras, ahora mismo sería uno de los grandes nombres del patinaje artístico, y no una figura de la que hacer mofa.

Por otro lado, y hablando sólo de la película, es sencillamente genial: cómo está contada, las interpretaciones, el humor negro. Todo funciona. Pocos premios ha tenido para los que, a mi parecer, merece.

Esta película es excepcional. Podría decirse sin atragantarse que roza la perfección. Cada segundo es sencillamente magnífico.
Las interpretaciones me han dejado la boca abierta. Los diálogos son adictivos. La ambientación y la fotografía son exquisitas. La historia engancha, atrae, te acaricia, te abofetea, te besa, te sacude, te desafía.

Nota de aviso: ésto no es "Cincuenta sombras ..." (la verdad es que sólo he visto la primera, y no me apeteció seguir con las demás). Si aquella te pareció fuerte, ésta película no es para tí. Aquí no aparece nada explícito, pero todo lo que se plantea va mucho más allá. Las "sombritas" es juego de niños comparado con ésto. Para empezar, porque esta es una película de calidad.

Esto no es “Campeones”.
Premisa: un nadador profesional hace un comentario homófobo y le sancionan a entrenar a un equipo de waterpolo homosexual. No es spoiler, es la sinopsis y ocurre en los primeros 5 minutos de película.
En primer lugar, hay que decir que el comentario homófobo tampoco es que sea para llevarse las manos a la cabeza. No estoy de acuerdo con un lenguaje que incite al odio, prejuicios y nada negativo. Soy defensora de que hay ciertos comentarios que se deberían borrar del lenguaje cotidiano. Pero se han dicho cosas peores y a nadie le sancionan por ello. Supongo que son los tiempos.
Una vez que la premisa esta planteada, empiezan los estereotipos, uno tras otros sin dejarse ninguno en el tintero: el equipo en cuestión es una panda de locas que no se toman nada en serio, que odian a las lesbianas, que follan a destajo y sin miramientos, que se drogan hasta desmayarse.
No hay un ahondamiento en los personajes, a penas les conocemos ni se les trata como personas, sólo como estereotipos. En esta clase de películas una espera que se lleve al espectador por el mismo camino que al prejuicioso (en este caso, como en “Campeones”, al entrenador a regañadientes) en un “ver a estas personas como personas”: con virtudes, defectos, alegrías, tristezas, esperanzas, desesperanzas, éxitos, derrotas. Pero nada, de eso no se ocupan en esta película. El entrenador primero está porque le obligan, luego porque cree poder sacar provecho, y luego porque es un adicto a ganar y eso es lo que quiere, ganar a lo que sea y como sea.
Da la sensación que alguien de los de arriba de esta película (director, productor) ha hecho algunos comentarios homófobos, le han sancionado haciendo una película homofriendly, y como el colectivo LGTB (y las letras que sigan, que ya me pierdo) le importa un pepino, no se ha molestado en retratar a personas, sino en tirar de clichés.
Que te echas alguna risa, pues sí. Pero cuando te das cuenta de que esta película tiene la profundidad de una piscina hinchable, pues ya las risas se van apagando.
Y por cierto, en esta película homofriendly no tiene ningún reparo en hacer un par de comentarios machistas. Que al parecer no se puede estar a todo.