Estamos ante la típica película de conspiraciones gubernamentales a las que de, unos tiempos a esta parte, son muy aficionados los guionistas estadounidenses. Como en todas, el protagonista tiene que remover Roma con Santiago para poder demostrar su inocencia y las escenas de acción se repiten a ritmo frenético. Quizá unos se sentirán decepcionados por el final made Yo Soy la Justicia, pero, alejándose de él, hay que reconocer el valor de mostrar cómo la ignorancia de las atrocidades cometidas por los ejércitos por parte de los gobiernos no es en muchos casos más que una artimaña para evadir responsabilidades.
Wahlberg sigue mostrándose hierático ante las cámaras, aunque en esta película esté más o menos justificado. Y es una pena que un gran actor como Danny Glover no encuentre últimamente películas que le permitan demostrar su categoría.
Evidentemente hay que acercarse al filme con la única intención de pasar un rato entretenido y, en ese sentido, la gran mayoría no se sentirá decepcionado

Que sí, que esto ya lo había visto yo 1, 2, 3 y 4 veces. Y dentro de 10 años, 6,7 y hasta 8. A este paso va a desbancar a Viernes 13 con el número de secuelas. La fórmula está completamente agotada, aunque, evidentemente, siempre podrán ir sacando un as de la manga: esa esposa que quiere continuar el trabajo del marido, ese hijo/a desconocido que quiere imitar a papi...qué sé yo. Hasta un extraterrestre, como en Indiana Jones. La cinta entretiene si antes te das un pequeño chute de tranquimazín, pues la historia tiene un minúsculo giro que se puede calificar como original, y, para ser sincero, me ha "gustado" más que la anterior secuela. Sin embargo, el nulo carisma de sus protagonistas, los obtusos diálogos y ese horripilante final la impiden ser aprobada. Quizá a la sexta sea la vencida.

Debo ser muy burdo y no apreciar el arte, el ingenio y el saber hacer de los artistas y cineastas indies, pero esta cinta me ha aburrido soooooooooberanamente. No funciona como nada: ni comedia (a pesar de algunos diálogos con cierta gracia), ni drama (rupturas amorosas de los personajes, hastío existencial del protagonista) ni, sobre todo, y lo que me atrajo para su visionado, historia detectivesca o de suspense (cualquier historia de bob esponja la tiene más y mejor desarrollada). De ritmo lento, con continuos silencios de los personajes y un final de esos en los que se te queda cara de: "¿y ya está?". Un truño, vamos.

Realmente, toda película que ponga en primera línea las injusticias y las discriminaciones que muchos colectivos sufren o han sufrido merece un aplauso. Y ésta no va a ser la excepción. De ahí que la apruebe. Con todo, esto no quita para que, en mi opinión, la película deje mucho que desear. Dentro del género bélico no pasará a la historia, ni mucho menos. Las escenas de acción son escasas, y las que hay están resueltas de manera un tanto simple, demasiado sobría, muy alejada de un Salvar al soldado Ryan, por ejemplo. Esto no debería ser ningún deficit, pues su leitmotiv principal no es mostrar el dolor y el horror en la guerra, sino las injusticias sufridas por los soldados musulmanes que lucharon y murieron por Francia sin obtener el reconocimiento histórico y social. Sin embargo, tampoco en este plano convence, pues se limita a dar unas pinceladas. De los excesivos 120 minutos que dura, sólo en unos pocos se es consciente de la profunda discriminación a la que se ven sometidos; no se profundiza, por ejemplo, en el tratamiento que recibieron por parte de los otros soldados franceses y, sólo al final, antes de los títulos de crédito, aparecen unas notas explicando parte de la situación a la que se tuvieron que enfrentar.
Me esperaba más de una película candidata por su país a la última edición de los Oscars

Así, con todas las letras. Y eso que no es la típica película asiática pseudointelectual que tanto gusta a determinado tipo de gente. Todo, absolutamente todo, es sublime: la historia, la realización, los actores, la música.
Es la historia de una cruel venganza, venganza que, sorprendentemente, te hiela el corazón y las entrañas. Quizá el final sea algo ligero para lo que ha sido el desarrollo. Yo, desde luego, habría puesto el otro, pues todo amor es respetable, bello, sea quien sea la persona amada.
De visión obligatoria