Como explico yo que he visto esta peli de forma voluntaria y además la vi entera, entera. Simplemente puedo decir que es un Expediente X. Esta peli es el ejemplo de la Nouvelle Caspa española que está llegando a oleadas a las pantallas del cine patrio.

Y es que cuando nos ponemos casposos, que se quiten Borat, Colegas que pierden coches o pasteles de manzana violadas. No nos supera nadie en mediocridad cuando nos ponemos. Y Antonio del Real es un experto en cine casposo puramente español. La peli es mala pero mala a rabiar (ya explicaré el por qué de mis 4 estrellas) No tiene ni gracia, tiene un tufillo a antiguo que no se quita ni abriendo las ventanas y actores tan buenos con Gabino Diego o Pepe Sancho pues no se salvan ni queriendo. Además salen actores tan "consagrados" como MAM o Antonio Hortelano, que demuestran su "cualidades" para ésto llamado cine. Guión inexistente o peor aún, existente a base de chistes malos y en su mayor parte xenófobos y homófobos (me encanta el humor negro y soez pero aquí la utilización despectiva de palabras como "maricón" y "negro" es de vergüenza) Y si al menos pudiéramos hablar de los hallazgos técnicos, pero es que está rodada con peor gusto ("Mis Adorables Vecinos" tienen mejores escenas rodadas)

Después de este repasito, ¿por qué los 4 puntos de valoración? Poniéndome bastante machista, estos puntos son para Kira Miró. Una actriz muy mediocre pero con un cuerpo escultural. El resto pues nada, al Museo de los Horrores.

Ante esta historia solo puedo hacer una cosa: rendirme ante el talento de este director-guionista. Es difícil empezar una carrera cinematográfica con un guión tan impresionante como éste que es capaz de renovar por completo un género como el noir, o para matizar, el de detectives. Sobre todo si tenemos en cuenta que lo hace basándose como ambientación el instituto americano, tan denostado en comedias juveniles y con acné tan en boga en Estados Unidos.

Sorprende porque es una historia de las de antes pero ahora. El género negro ha revivido en ocasiones en el cine actual pero la mayoría de las veces han sido revisitaciones y homenajes en color a esos clásicos de los años 40-50. Se han hecho grandes pelis e historias sin duda, pero nunca han renovado el género, tan solo han copiado con genialidad dichas pelis (caso como la soberbia L.A. Confidential). Tal vez el caso más cercano de renovación de género negro haya sido El Gran Lebowski (obra maestra de los Coen que homenajeaba y reinventaba el cine de Marlowe).

Rian Johnson lo ha hecho incluso más difícil. Sus personajes no tienen 18 años. En otras historias vistas en cine, ésto significaría que las chicas hablarían de tirarse al quaterback del equipo y los chicos hablaría de lo grandes que son las tetas de la líder de las animadoras. También habrían "nerds" que envidiarían a la élite mientras juegan al Dungeons, y también estarían los chicos/chicas malos/malas, que fastidiarían a los "nerds" e incomodarían a la élite. Sin embargo, este director ha puesto estos clichés al servicio del cine negro. Aquí hay élite, "nerds", deportistas y chicos malos, sí, pero totalmente diferentes a lo visto en las pelis antes mencionadas. Aquí la élite son gente con poder, que maneja los hilos de un instituto lleno de pringaos y pardillos. También vemos chicas fatales que manejan tanto a la élite como a los "nerds" como si fueran marionetas. También observamos matones de medio pelo de 17-18 años que siempre son subordinados de alguien más inteligente. También a un chico que juega a ser detective, que es un marginado dentro del instituto pero sin embargo, es capaz de mover cielo y tierra y poner en jaque a la élite, tan solo por amor.

La inteligencia de este guión es muy extraña encontrarla en un tipo que antes no había hecho absolutamente nada (salvo un corto) y ver como ha sacado jugo a un grupo de actores adolescentes cuyos trabajos anteriores son o de televisión o de comedias tontainas, es de un mérito absoluto. Dicha historia hace que creamos que se pueden hacer pelis sobre la adolescencia diferentes a American Pie. Brick y Donnie Darko es ejemplo de ello

Soy fan de la Serie B. Me encantan las pelis de zombis, vampiros, fantasmas orientales, asesinos con máscaras... y por supuesto el subgénero de monstruos. Yo soy un "rara avis" o si quereis llamarlo "friki" que prefiere antes ver Zombies Party varias veces que El Séptimo Sello. Y fui a ver esta peli para ver como un monstruos destrozaba la ciudad de Nueva York porque le da la gana. Habia visto el trailer, visto el poster y visto el título, "Monstruoso". Creo que queda claro que la peli es de monstruos, ¿no?

Si esto que parece tan evidente para mí que no tengo cuatro dedos de frente, ¿Por qué para el resto no? Es decir, cuando terminó la peli y vi las reacciones de la gente me soprendió. Comentarios como: "Es que al final solo es una peli de monstruos que no da miedo", no paraba de repetirse. ¿Acaso no es lo que prometía el trailer, poster y el título en español? ¿O acaso se esperaban un análisis metafísico del ser monstruoso como ente fagocitador de la sociedad consumista de nuestro tiempo?

Pues vamos a dejarnos de chorradas. Esta es una peli pura y dura de monstruos... y yo me lo pasé como un enano. La única diferencia que existe entre esta y otras es que Matt Reeves apuesta por el "Falso Documental" tan de moda en España gracias a la soberbia REC. Pelis grabadas como si fueran "tomas falsas" o un "España Directo" que le da al terror o al género de monstruos un extraño calado realidad (o surrealista). Aparte de la estética, que para mi es rompedora para lo bueno y para lo malo, el resto es una de monstruos. Chicos guapos que huyen de un monstruo que mata gente y destruye edificios. ¿Alquien esperaba otra cosa cuando entró en el cine? Si se esparaba una de Bertolucci sinceramente estaba muy equivocado ya que esta peli no engaña en ese sentido y es conocedor total del género al que pertenece. Sin duda es inferior a The Host y REC pero es un delicioso e innovador paso de convertir la realidad en irrealidad y la ficción en falsa realidad

Bigas Luna tiene generalmente un buen ojo para encontrar actores (sobre todo actrices) con bastante intuición interpretativa que generalmente, con el tiempo, terminan siendo bastante buenos actores. Aquí se ha arriesgado con una crónica social de un grupo marginal del siglo XXI que suelen vivir entre música de discoteca, música de gasolinera, tuneos de coches y jergas extrañas estilo "te quiero mazo, tía". Este grupo son los "canis", generalmente abundantes en la zona andaluza (Cádiz, Sevilla) pero también existentes en la zona levantina (Murcia, Valencia). La Juani es una de estas nuevas divas de esta tribu urbana y seguro que muchos de ellos disfrutarán de esta peli porque tiene todos los elementos que le representan y le asocian.

El problema es que para el resto de la gente, la historia de esta Juana de Arco urbana nos da igual. Lo que mueve a Juani, sus pensamientos, sus ilusiones y esperanzas, no son más interesantes que las típicas paletas norteaméricanas que llegan a Hollywood para ser actrices y terminan trabajando en el súper o haciendo cosas peores. Éso hace que toda la historia termine siendo un bluff, con escena totalmente insustanciales y sentimientos muy de MTV. Ésto si añadimos las pésimas actuaciones de Laya Martí y Dani Martín (por Dios, que exilien a Siberia a este tío) y una música totalmente rayante, hace que toda la primera parte de la peli sea totalmente sopórifera, inaguantable e inacabable. Sólo se salva la trabajada aunque no lograda interpretación de Verónica Echegui. Que al menos lo intenta. No como sus compañeros que era mejor que se quedaran en casa.

La segunda parte de la historia levanta en parte el nivel de la peli. Aquí es donde Bigas Luna saca a pasear toda su base de profesional del cine, haciendo todo una radiografía urbana de como muchas "juanis" de la vida terminan siendo pisoteadas por la realidad. Por muy "Juani" que seas, la vida es más perra y terminas en el barro. Aquí Bigas Luna al menos es más realista y más ácido, mientras que Verónica Echegui le pasa como a su personaje, termina haciendo una interpretación madura, que le falta mucha experiencia y técnica, pero al menos puede haber algo talentoso en ella. Pese a este logro, la peli nunca termina de resurgir y la historia sigue siendo de poco interés. Incluso el final aunque tiene la mejor escena de toda la peli, no termina de convencer.

Peli solo recomendada para amantes de Juanis y tuneos

No he visto la ópera prima de Jared Hess, Napoleón Dynamite, una peli de culto producida por la MTV que gustó a un buen sector friki de los Estados Unidos, aunque en España apenas se supo nada de ella. Super Nacho ha llegado a más gente (producida por Nickelodeon) al ser una peli más cómica y más infantil.

El resultado no está mal del todo. No es una gran peli y el guión a menudo se embarulla en situaciones absurdas de las que parece no saber salir. Pero en general termina por gustarte este perdedor simpático con hábitos de monje y mallas de luchador mexicano. Yo creo que lo mejor de la película son dos cosas: Una es la actuación de Jack Black. Este actor ya había demostrado varias veces que puede ser un cómico de primera pero también un cómico del estilo más pedorrante del cine americano. Aquí hace una buena mezcla de ambos estilos. Muchos verán que Black gesticula y sobreactúa. Pero en esta historia de excesos no puedes pedir actuaciones con moderación interpretativa. Black está genial hasta en las escenas más serias (que por narices terminas por reírte de lo intencionadamente forzadas que están). Lo segundo destacable es el estilo. Tiene un estilo muy peculiar, muy hispano, donde a veces los colores y la ambientación dicen mucho más que unas palabras. Esto hace que Super Nacho tenga una fotografía extraña que roza por momentos el desenfoque pero que en verdad dan matices a este mundo de surrealismo de conventos y rings.

Lo peor de la película es la irregularidad del guión. Una historia que se basa en la sucesión de gags puede terminar por resultar cansina si no se enlaza bien cada número cómico. Hess en ocasiones los apelotona todos de golpe provocando cierta incertidumbre en la historia y cierto dolor de cabeza en los espectadores. Esto está claro que lo hace por lo vacío del guión, que apenas duraría 25 min. de un corto en situaciones normales. Las actuaciones quitando la de Jack Black tampoco son para tirar cohetes. Solo Héctor Jiménez (verdaderamente un Esqueleto Viviente) está a la altura del cómico norteamericano mientras la bella Ana de la Reguera no es más que un adorno más de la película. Pero tampoco hay que pedir más a una historia hecha para los niños, con una moralina clara y directa: los sueños solo se cumplen si lo crees de corazón.

En fín, no es una gran historia para pasar a la posteridad pero yo me he reído con este luchador monje que duerme con un pijama con chorreras.