Poco podríamos pensarnos ver una película de Sherlock Holmes sin su inseparable amigo Watson, sin su elegante sobrero ni sin su querida pipa, y es que el film nos enseña un Holmes de 93 años, con alguna pérdida de memoria y retirado en una granja alejado del mundo. Su vida se basa en cuidar una colmena de abejas hasta que encuentra un libro que escribió Watson donde explica el último caso que investigó Holmes. El detective, pero, observa que Watson narra la historia mal y querrá averiguar como termino en realidad aquella historia. Pese a su falta de memoria, Holmes tendrá la ayuda de Roger, el hijo de la ama de llaves de la granja que le ayudará a resolver el caso.

Es una película muy bonita, alejada de los films de acción que estamos acostumbrados a ver sobre Holmes y Watson. No hay pistolas ni tiros, pero si mucha elegancia, sabiduría, melancolía y tranquilidad.
Si es cierto que a la película, a veces, le falta un poco de ritmo, a veces se hace lenta, con planos largos de cámara, alguna innecesario, pero que también ayudan a entender la tranquilidad de la película. Estos descansos también sirven para que el espectador se sitúe en la trama, ya que a veces se pierde, y es que la película tiene constantes flash-backs, tanto del último viaje de Holmes en Japón, como del caso que investiga e intenta reescribir.
Destacar, por encima de todo, la gran actuación que hace Ian McKellen. Él es Holmes, él es la película (o al menos un 70%). Resulta fácil interpretar un personaje más joven, pero más difícil interpretar un personaje más viejo. McKellen lo consigue y lo hace a las mil maravillas. Tiene unos gestos y unas miradas que sin hablar podemos intuir su sufrimiento.
También me gustaría mencionar la actuación del joven Milo Parker, quién hace una notable interpretación. Es difícil por un niño hacer un papel tan dramático y tan sufridor. No digo que Parker haga una actuación de 10, pero resulta muy convincente y elegante.

Claro está la parte negativa de la película. En mi modesto entender Bill Condon no sabe explicar muy bien la historia. Como he dicho antes, las dos líneas de flash-backs más la historia presente hace perder al espectador, que no se sitúe y que pierda el hilo de la trama. Aunque lo que se explica en los flash-backs es completamente necesario para la trama de la película se podía haber expuesto de otra forma.
Otra parte que no me ha gustado de la película es saber más sobre la ama de llaves de la granja. Podemos observar su sufrimiento, pero en ningún momento lo expresa delante de su hijo o del propio Holmes. Me ha faltado esto, saber más sobre ella.

No estamos delante de una película ni con un gran guión, ni con un gran montaje, ni con una gran fotografía ni con una gran banda sonora. Estos aspectos son sencillamente correctos, pero sí estamos delante una historia elegante, sencilla y que nos acerca a un Sherlock Holmes al que le cuesta descubrir un caso. En esta ocasión no estamos delante una máquina de resolver casos, sino delante de un ser humano de 93 años que apenas tiene memoria para recordar y resolver un caso. Una historia conmovedora, tranquila y emocionante donde podemos ver la parte más tierna del gran detective Sherlock Holmes.

Los amigos son la familia que uno elige, y debes saber rodearte de grandes personas para poder tener una vida más alegre, atractiva y llena de éxitos. A esto lo cumplen en Zak y en Tyler, los protagonistas de esta entrañable historia. Zak tiene la gran suerte de encontrarse con en Tyler justo después de huir de la residencia. Pero Tyler también tiene la inmensa fortuna, aunque al principio no lo parezca, de conocer a Zak en este momento de su vida. Los dos se hacen compañía y pasan grandes momentos en esta historia cargada de ternura, emotividad, franqueza, simpatía y algunos toques de dramatismo y humor.

'The Peanut Butter Falcon' es una de las últimas joyas que nos ha dejado últimamente el cine independiente norteamericano. Una película que podríamos catalogar como una "road movie" y que nos habla sobre la amistad y la discapacidad de una forma sencilla y suave, pero con un mensaje muy contundente. Es cierto que en algunos momentos la historia pierde fuerza e intensidad, y tiene algunos altibajos que hacen que pierdas en algún momento el interés. Y también es una historia que, en general, es muy previsible, pero también irresistible y que cuenta con un Shia LaBeuof en estado de gracia y con un espectacular Zack Gottsagen en su primera actuación. Ambos sostienen la trama notablemente en los momentos más confusos y donde el guión pierde un poco de fuerza con una gran actuación, sobre todo, gracias a la genial química que tienen entre ambos. De este modo, los dos intérpretes nos adentran en una historia fascinante y que tiene escenas realmente muy interesantes, donde los diálogos cogen una fuerza inmensa.

A menudo tratamos a las personas con Síndrome Down de una forma diferente y especial, pero seguro que si estamos un rato con ellos veremos que son personas con las mismas condiciones y posibilidades que nosotros y que, muy posiblemente, son más inteligentes de lo que pensábamos. Y es que 'The Peanut Butter Falcon' está llena de buenos momentos que nos quedarán grabados en la memoria. Y, sobre todo, es una notable película que nos presenta uno dúo muy bonito, engrasado y cómplice en una historia muy entrañable.

Seguramente, 'Ad Astra' es la película más intimista que se ha hecho hasta el día de hoy sobre un astronauta en el espacio, pero no consigue ser la mejor aventura espacial. Este privilegio todavía lo tiene Interstellar, dirigida por Christopher Nolan. Y eso que la cinta dirigida por James Gray tenía una historia bastante potente para ser una gran obra, pero se ha quedado a medias. El director quiere centrarse demasiado en el viaje interior del protagonista, Roy McBride y deja al margen toda la aventura, que muy probablemente hubiera ofrecido un resultado más entretenido.
No engañaré a nadie si digo que 'Ad Astra' es un drama demasiado pausado, donde todo transcurre de una forma un poco lenta y siempre esperas algo más. El guión de la película apenas tiene importancia, ya que en primer plano aparece en numerosas ocasiones la voz en off del protagonista, con sus reflexiones interiores. Quizá hubiera sido un acierto hacerlas aparecer en contados momentos, pero se abusa demasiado de esta voz en off dejando los diálogos entre los personajes en insignificantes. De hecho, lo más interesante no llega hasta casi el final. A favor de la trama diré que tiene momentos impactantes y múltiples peligros, más de lo que uno se puede imaginar antes de ver la película. Además, muchas veces parece que se quiere alejar de lo más convencional y de lo que ya hemos visto muchas veces en la gran pantalla, para ser una historia que se aproxima más al cine independiente.
Pero si Ad Astra funciona bien es porque al frente de su reparto hay un Brad Pitt que ha renacido este año. Hacía una década, desde 'Malditos Bastardos' (2009) o 'El Curioso Caso de Benjamin Button' (2008), que el actor estadounidense no brillaba en una interpretación. Este 2019, con 'Érase una vez en Hollywood' y 'Ad Astra' ha resurgido de entre las llamas y en la cinta dirigida por Gray nos regala una actuación excelente, sensible y elegante. Brad Pitt es uno de los puntales de esta película, pero también lo son los aspectos técnicos, como una bellísima fotografía, un extraordinario sonido y un montaje notable. Pero me quedo, sin lugar a dudas, con la banda sonora compuesta por Max Richter. Con melodías lentas y delicadas que funcionan a la perfección con lo que se está viendo en escena, Richter nos regala una de las mejores composiciones de su carrera.
Así, 'Ad Astra' es una película que queda a medio camino entre 'Apocalypse Now' (1979) y '2001: Odisea en el Espacio' (1968), pero no llega a tener el nivel que tienen estos dos clásicos del cine. De la cinta dirigida por James Gray se esperaba más, pero al final, toda la tensión que se respira durante buena parte de la película no acaba de explotar del todo.

“Get Out”... Quizás el título de la película no está muy bien elegido, y es que el espectador no querrá salir del cine en ningún momento. Estará todo el tiempo en tensión, descubriendo cosas nuevas a medida que pasan los minutos. Cosas inesperadas y emocionantes, hasta el punto que llegará en un clímax brutal.
Y es que la película ya empieza con un tono, más o menos, agresivo, pero con una escena que el espectador no entenderá muy bien hasta muchos minutos más tarde. Pero después de los títulos de crédito iniciales parece que la narración tiene un aire más ligero y con algunos puntos cómics. Aún así, se respira un ambiente tenso constantemente, con melodías inquietantes y donde parece que tiene que pasar algo inesperado todo el tiempo. En cierto modo, tiene alguna similitud con una película que se estrenó el año pasado, “The Invitation”. De hecho, se podría decir que las dos obras tratan sobre un encuentro. En el caso de “Get Out”, un encuentro familiar, donde el protagonista irá a conocer la familia de su pareja. Una familia muy extraña, e igual de inquietantes son los dos trabajadores de la casa. Y no hablamos de toda la gente que vendrá al encuentro de amigos que organizan los padres. El espectador ya estará alerta y sabrá que el protagonista se habrá metido en un callejón casi sin salida.
El único punto en contra que tiene la película son las interpretaciones, no terminan de convencer del todo. Lo mejor, sin duda, es la del protagonista, Daniel Kaluuya, pero los otros no demuestran su nivel a pesar de hacer una actuación correcta. Tampoco tiene una gran banda sonora, hay momentos en que parece que arranca y tiene melodías bastante agobiantes, pero, en general, las melodías no son de alto nivel. Por último, el montaje tampoco acaba de ser bueno del todo. En una por película de estas características se pide un montaje más ágil en algunas escenas más activas, y no es el caso.
A todo esto lo compensa el guion, con unos diálogos vibrantes, intensos y ágiles, y algunos momentos sin palabras, solo con un silencio bastante interesante, de las mismas características. Y es que uno de los puntos fuertes de la película es que absorbe al espectador y en cada momento se va poniendo más interesante, con un guion nada previsible y que en muchas ocasiones sorprenderá mucho. Con unos últimos minutos aún más intensos que el resto de cinta, y con imágenes impactantes en este último tramo de film. Algunas, por suerte, quedan fuera de plano.
En definitiva, “Get Out” es un notable thriller de terror que no llega a dar miedo del todo, pero sí que tiene una intensidad muy alta que no pierde casi nunca en los 103 minutos de película. El film dirigido y escrito por Jordan Peele es una de las sorpresas de este año y acaba siendo una paranoia por el espectador.

Segunda parte de la exitosa película “Objetivo: La casa blanca” (2012), protagonizada por Gerard Butler, Jacke Earle Haley y Morgan Freeman. Así, recomendamos ver primero está película antes de ir al cine, aunque no es imprescindible, ya que la trama se entiende perfectamente aunque no se haya visto esta primera entrega.
“Objetivo: Londres” es de aquellas películas de acción que gustará a los amantes del género, con disparos, explosiones, persecuciones y tensión hasta casi el final. Es de aquellas películas hechas a medida por Gerard Butler, un experto en este género, por el cuerpo musculoso que tiene ya se ve que el papel de vigilante de seguridad del presidente de Estados Unidos le queda clavado, aunque se sabe poner tierno cuando se tiene que poner. El film destaca por la belleza de los efectos visuales y por tener una gran cantidad de efectos especiales, aunque hay algunos que son poco creíbles. Por otra parte, el montaje de la película también está muy bien conseguido. En una por película de acción el montaje es muy importante y “Objetivo: Londres” tiene una edición rápida de las imágenes en los momentos de persecución de la por película que la hacen más espectacular y tensa para el espectador. Por el contrario, el hecho de que sea una película de acción, hace que prevalezcan un poco más las imágenes que el guión. Un guión que a veces es muy previsible, ya que el espectador se puede imaginar lo que pasará. Hay pocos momentos que sean de verdadera sorpresa para el público y, más o menos, a midad de película ya puede adivinar cuál será la conclusión. De todos modos, es un film ágil, sin tregua y con unas espectaculares imágenes.
En conclusión, “Objetivo: Londres” es una por película entretenida que decae en pocos momentos y que hará pasar un buen rato al público al que el tiempo le pasará rápidamente. Según el éxito que tenga, la saga podrá continuar. Sólo un último apunte para terminar: ojalá Morgan Freeman fuera inmortal.