Esta miniserie debe ser de lo mejor producido en Argentina en su historia televisiva.
Tiene excelente edición, argumento, vestuario, actuaciones, ritmo, musicalización, producción, guión.
La había visto en su momento, con ojos de niño interesado por la historia de la Patria; la recupero ahora de adulto en una edición digitalizada, y veo que aquella grata impresión se confirma y ratifica.
Una televisión a la altura de las producciones de novelas históricas de la BBC, de la RAI, de la TVE... pero que no se continuó, vaya uno a saber...
Lo extraño es que fue realizada en pleno gobierno militar, en su auge total, con una temática que es muy equilibrada, pero que insiste con la necesidad de realizar una Constitución... y además trabajan actores muy conocidos y algunos no muy queridos por algunos mandamás de turno...
Es una 'rara avis' cultural de aquellos días que no fue revalorizada todavía como corresponde.

Recuerdo haber visto esta joya a los 20 años, en 1988, alquilándola en un video club, junto a mi mamá, que compartía también mis sensaciones.
Corrí alborozado a contárselo a mis amigos, pero ellos estaban más entusiasmados con películas de acción, suspenso o espionaje norteamericanas, y no historias intimistas europeas de cine algo lento y descriptivo.
Quedé fascinado con la forma de narrar la historia, la secuencia del pasillo, los personajes tan logrados, la reconstrucción tan exacta de las distintas épocas.
Me encantó también la manera poética de informar lo que ocurría, a través de las nuevas imágenes que se iban sucediendo, y que uno lograba deducir, sin estar todo expresamente dicho.
Quedé pleno con la actuación magnífica de Vittorio Gassman, y muy correcta del resto del elenco.
Lo mismo con la evolución de los personajes, en algunos casos personificados por la misma persona, en otros no.
Hoy la volví a ver, en junio de 2021, no ya con videoclub, sino con Internet. Con 53 años a cuestas. Ya no con mi mamá, que luego de una vida larga y fecunda, se fue a los 91 años al Cielo hace un año. Pero sí con mi hijo, de 21 años, que se quedó junto a mi y observaba mis momentos de emoción. Y él también se pudo contagiar esa emoción....
Sí, volví a sentir la misma emoción, pero distinta... Comprendo más algunas situaciones, porque ya pasé muchos años... Entiendo más algunos sentimientos, a algunos personajes, algunas decisiones.
Y volví a pasar, como hace 33 años, dos horas fascinantes, llenas de cine, de esas horas que hacen decir que el cine es el 7mo arte, que el cine nos habla al corazón.
Qué grandioso Ettore Scola.

No entiendo bien por qué la baja calificación en este sitio.
El cine argentino adolece de obras contemporáneas lentas, sin música, con largas escenas cotidianas, escasos diálogos y desenlaces con acción en los últimos minutos, con finales abiertos.
Aquí nos encontramos con una historia para contar, buenas imágenes, argumento, nuevas vueltas a ese argumento, diálogos interesantes, sólidas actuaciones, musicalización, creación de momentos... una película.
La realidad es que me puse a verla con total escepticismo, y con la firme voluntad de adelantar escenas lentas... pero esta película me atrapó, bien narrada, interesante.
Este director no te hace perder el tiempo. Ya lo había visto en 'El Patrón, radiografía de un crimen'. Sabe dirigir actores y crear momentos.

La parte del Balneario del Tuyú (Santa Teresita/Mar de Ajó), aunque es la más interesante y original, peca de algo muy BAFICI: es un poco despreciativa de las gentes comunes, de los gustos populares.
Está vista desde una perspectiva intelectualosa gastadora, poco valorativa a los esfuerzos y usos que gente trabajadora se permite para pocos días de vacaciones, y a los que llega. Qué más quisieran pagarse una carpita y no tener que estar luchando con la sombrilla con el de al lado, con la mesita tambaleante para apoyar el vaso de agua fresca, y vaya a saber donde orinar porque los balnearios de la costa argentina, que viven del turismo, no ofrecen baños...
En fin, los observan como 'rara avis'. Hubiera sido interesante un segmento similar a Gesell/San Bernardo (los grupos medios/profesionales), y Pinamar/Cariló (los grupos altos chetos), con sus costumbres tan ridículas y risibles, pero con más onda.
Las otras tres partes son un poco aburridas. Es evidente que son relleno de esta que era la más interesante: un pseudo documental con una voz off insólita

Remake de una gran película de los 70, esta vez en forma de ballet.
Un ballet muy criollo, y muy bien logrado.
Si te gusta el ballet, la recreación de historias contada en movimientos de danza, pasarás un excelente momento.
Si no te gusta el ballet, lo mejor es pasarla por alto.
Sin embargo, yo no soy muy amante de las coreografías y esta obra me pareció muy digna e interesante.
Es valioso ir buscar la original, por qué no, la original de los años 70, del mismo director. Una gran película