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Críticas de Luis Guillermo Cardona
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Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
3
18 de octubre de 2010
26 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fíjese usted lo fácil que los americanos hacen sus películas: Un tipo con mucha plata, al que se llamará Productor, se levanta un día cualquiera con una idea en la cabeza. Esta idea puede surgirle después de leer un libro, de conversar con unos amigos, tras ver una película en casa o por un simple sueño. Y el tema puede ser dramático, musical, cómico, erótico, terrorífico… o alusivo a una guerra. Entonces, el productor llama a un escritor que le inspire confianza y le da una semana para que regrese con su historia convertida en un guión cinematográfico. El escritor mercenario (el cine es prolífico en ellos), sacará enseguida su libreta de fórmulas y buscará en la W la palabra War (Guerra). Entonces elegirá la fórmula que aplica con lo que le ha contado el amigo Productor.

Para el caso de la película que nos ocupa, la fórmula reza más o menos así:
Tómese un momento histórico de fuerte significación social (la guerra contra el Vietnam sirve perfectamente). Establezca un conflicto simple, verosímil y que dé lugar a mucha acción (un coronel se entera de que en Vietnam permanecen unos 2.500 soldados americanos desaparecidos. Entre ellos está su hijo y entonces decide montar una operación de rescate). Ponga la acción en manos de un grupo de hombres intrépidos, experimentados, con personalidades heterogéneas y de razas diversas, de manera que el espectador pueda identificarse con alguno de ellos (un deportista rubio, un profesional negro, un intelectual blanco, un militar mestizo, un excéntrico trigueño…)

Y ahora la acción: ponga a los muchachos a pelear y a disparar con fiereza sus ametralladoras. Que exploten muchas granadas. Derribe casas, puentes, helicópteros… Describa algunas muertes brutales. Al enemigo muéstrelo fiero, pero siempre distanciado para que a nadie se le ocurra solidarizarse con él. Y para que su Comando resulte verosímil, permita que hieran a algunos de ellos y deje que maten al de menor importancia social. De tanto en tanto, rocíe con gotas de humor, algo de melodrama y clarísimos gestos patrióticos. Es todo. Los consumidores lo esperan y usted sabe que cuenta con el agradecimiento del gobierno por su aporte de ideología alienante.

Se elige entonces a un director de oficio (Ted Kotcheff resultaba adecuado) y a un actor con un gran renombre (Gene Hackman daba la medida)… Y aquí están los hombres con valor fuera de lo común (uncommon valor) en un nuevo espectáculo que se esfuerza por exprimir la perdida batalla contra el pueblo vietnamita, pues siempre se guarda la esperanza de que, a punta de películas, “cambiará” algún día la verdad sobre los hechos, para consolación y feliz olvido del orgulloso pueblo norteamericano.

“MÁS ALLA DEL VALOR” está claramente enmarcado en esta línea reaccionaria y en este falso sueño. Es un filme de impecable factura, pero con un contenido indigesto.

Título para Latinoamérica: “LOS VALIENTES”
Luis Guillermo Cardona
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6
15 de marzo de 2013
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que es necesario verlas dos y tres veces para poder pasar de la buena impresión de la primera vez, a una profundización en algunas situaciones la segunda, y quizás a un claro entendimiento ideológico la tercera.

Hay un diálogo muy certero en, <<EL PADRINO>>, que se produce entre Kay Adams, la eterna enamorada de Michael Corleone, y éste a su regreso de Italia:
-Creí que no te convertirías en un hombre como tu padre, Michael.
-Mi padre no es diferente a cualquier hombre poderoso. Es como cualquier hombre que es responsable de otras personas, un senador o un presidente.
-¡Qué respuesta tan infantil! Los senadores y presidentes no mandan a matar gente.
-¡Ah! Dime, pues, ¿Quién es el infantil?

Con un guion escrito por, Mario Puzo y Francis Ford Coppola, basado en la novela del primero, <<EL PADRINO>>, es la historia de una familia italoamericana, cuasi-monárquica y “poderosa”, regida por Vito Corleone, uno de los cinco hombres que se disputan los negocios del juego, la prostitución y el alcohol en las calles estadounidenses e italianas. Nada menos que, 36 minutos del filme, se dispondrán para que veamos a una familia alegre y festiva, unida alrededor de un padre a quien, parientes, amigos y todo el que consiga acercarse a él, le pide ayuda para cobrar venganza, pagar una deuda o cualquier otra cosa. Corleone vive así, como una suerte de rey sin corona, a quien el nombre de Padrino, o Don, lo deja satisfecho.

A lo largo del filme, lucirá como un monarca: No mata a nadie; no le agradan los excesos; es muy bien hablado; luce siempre abierto al diálogo y la concertación… pero, con sutileza, Corleone deja ver el rostro tras la máscara y sus órdenes pronto se convierten en acciones que sacarán del paso a quienes se oponen a su “monarquía”. Bien entendido ésto, queda plasmada la doble moral de la que se sirven los mafiosos para preservarse libres de toda sospecha. La escena del bautizo del nuevo hijo de Connie, contrastada con ese bautizo de sangre con el que Michael asume el poder mientras, públicamente y ante Dios, renuncia repetidamente al diablo, es contundente.

Si sumamos dos logradas escenas de acción (el ataque a Santino y la de Michael protegiendo a su padre en el hospital), creo que, hay otros aspectos muy poco acertados que dejan mucho que desear y dan cuenta del excesivo aprecio en que se ha tenido a esta película. Veamos: Musicalmente se abusa del bello, “The Godfather Waltz”, haciéndolo sonar lo mismo en un baile que en un asesinato, en una escena romántica… ésto a tal punto que se torna empalagoso. La paliza que le da Sonny a Carlo, su cuñado, obsérvese bien y se verá que está muy mal lograda en lo actoral, encuadres y edición. Es completamente ajeno a la realidad, lo bien hablados que resultan Todos los personajes… y lo peor de todo, es el exceso de complacencia con la familia Corleone, forjando una imagen de gente muy simpática y afectuosa, cuyos actos delictivos lucen como los de cualquier rey cuando elimina a quienes pretenden derribarlo del poder… y cuando se alimenta la empatía, fácilmente surge el deseo de emular ciertos comportamientos y/o profesiones.

El diálogo entre, Michael y Kay, citado arriba, es otra manera que asume el director, Francis Ford Coppola, para ratificar que el poder funciona igual, cualquiera sea la forma como esté representado… pero es bien probable que, en muchos casos, haya algunas sensibles diferencias.
Luis Guillermo Cardona
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9
7 de noviembre de 2010
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida privada de un hombre hay que desligarla de sus creaciones porque éstas tienen vida propia; y el verdadero artista, suele impregnarlas con su fuerza espiritual, y con los mejores deseos de trascender y apagar el lado oscuro que también lleva en su alma. Cuando se está en busca de inspiración, se acude, consciente o inconscientemente, al registro akásico del universo, y éste suele brindar, al creador, material prístino y sólido que sirva como aporte a la evolución de nuestra especie y de todo el infinito.

La novela, <<EL INOCENTE>>, de Gabriele D’Annunzio, ha inspirado una gran película, una satisfactoria despedida de un director humano, demasiado humano, quien llevó siempre al arte como el tesoro más preciado que pudo darle la vida, y legó para la posterioridad un puñado de obras cinematográficas de marcado virtuosismo. Ésto, sin hacer acopio de su abundante actividad escénica (ópera, teatro, ballet…) donde su talento fluía de manera inagotable.

Lo que la película plasma, creo yo que es el sueño frustrado de tantísimos hombres, de tener a una mujer que sea fiel de manera irrestricta, mientras soporta con resignación que, ellos, sean infieles por el resto de sus vidas. Tullio Hermil, es uno de estos típicos machos. Pertenece a la clase alta porque el machismo es patrimonio de todas las clases sociales... y sin recato alguno, le pide a su abnegada esposa que entienda, colabore y haga la vista gorda, mientras él desfoga su pasión por la irresistible, Teresa Raffo. De palabras para afuera –como hacen algunos-, Tullio se muestra condescendiente y sugiere a su esposa que también ella puede hacer su vida como desee. Así, Giuliana comenzará a tratar al joven y brillante escritor, Filippo D’Arvorio... y pronto el destino entrará a hacer de las suyas para poner las cosas en su lugar y hacer que muchas palabras deban ser tragadas.

El guion escrito por, Suso Cecchi D’Amico, Enrico Medioli y Luchino Visconti, define un precioso y elocuente alegato contra la arrogancia machista que ninguna mujer debería perderse, y que, los hombres, deberían apreciar a ver si se bajan de esa nube en la que muchos se encuentran torpemente subidos.

Una colorida ambientación en el reconocible ambiente aristocrático de Visconti; una grata presencia de la muy bella, Laura Antonelli; y una atinada caracterización de la inolvidable, Jennifer O’Neill, a quien siempre recordaremos por “Summer of '42”, consolidan un filme de gran solidez argumental y que permite, al director italiano, congraciarse con la dignidad femenina por la que tan poco aprecio demostró a lo largo de su carrera.

Y en el aire quedan flotando las firmes palabras de Teresa: "¿Por qué los hombres, con una mano nos levantan hasta las estrellas y con la otra nos arrastran abajo?, ¿Por qué no pueden dejarnos caminar por la tierra junto a ustedes, mujer junto a hombre, criatura junto a criatura, nada más y nada menos?"
Luis Guillermo Cardona
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7
17 de septiembre de 2012
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando llega a su oficina de la universidad, lo primero que hace el profesor, Frank Bryant, es buscar entre los libros de su biblioteca. Pasa por obras de, Oscar Wilde, John Milton… y cuando llega a, “The Lost Weekend”, la novela de, Charles R. Jackson (una perfecta pista, pues, el autor cuenta en ella su experiencia como alcohólico), retira el libro y tras él encuentra una botella de whisky que extrae de inmediato. Pretendido o no, también es éste un guiño a la notable película homónima de Billy Wilder -llamada entre nosotros, “Días sin huella”-, la cual está basada en aquella obra.

Después, hay una abierta crítica -y autocrítica- a la educación actual plagada de datos inútiles, de memorización y de asistencia por obligación social, pero, donde brillan por su ausencia la extracción de pensamiento y creatividad, y la compenetración profunda y espontánea del alumno con aquello que estudia. Hay un momento clave, cuando el profesor llega indiferente a clase, levanta las piernas sobre el escritorio, responde con desgano a las preguntas, y un alumno le averigua que si está borracho. Su respuesta es una penosa confesión: “¡¿Borracho?! ¡Claro que estoy borracho! ¡No pretenderá usted que enseñe, ésto, cuando estoy sobrio!

A continuación, veremos un divertido, comprometido y ejemplar proceso, donde se hará una abierta apología a la educación personalizada, a la manera como se accede al conocimiento cuando éste es elegido por voluntad, elección y compromiso personal, y al empeño que, a su vez, puede alcanzar un profesor cuando siente que conecta con su(s) alumno(s).

Lewis Gilbert, dirige esta adaptación cinematográfica de una obra que obtuvo mucho éxito en las tablas y en la que la actriz, Julie Walters, ya se había ganado el premio Tony por su actuación. Esto llevó a que fuese la elegida para la versión fílmica y, <<EDUCANDO A RITA>>, representó su debut cinematográfico, aunque ya había sembrado algunos pinitos en series de televisión. Para secundarla, en el papel del profesor en crisis, se consiguió nada menos que al peso pesado, Michael Caine... y al final, ambos se llevarían el Globo de oro y una nominación a los premios Oscar.

Es evidente que, <<EDUCANDO A RITA>>, bebe de dos fuentes memorables realizadas ambas en los años 50': “The Browning Version" (Anthony Asquith, 1951) de la cual extrae al profesor maduro, en crisis consigo mismo y con sus alumnos; y también a la esposa cuyo amante es otro profesor; y “Born Yesterday” (George Cukor, 1950), con el cuento de “la rubia tonta” cuya educación personalizada la transforma profundamente, al tiempo que se produce un estrecho lazo con su carismático instructor.

El mayor mérito en el filme de Gilbert, está en las actuaciones, pues, Walters y Caine, logran una deliciosa compenetración y sus personajes resultan refulgentes y profundamente cálidos. Willy Russell, el autor y guionista, aporta unos diálogos frescos y agradables, y la historia, en general, resulta bastante entretenida, a la vez que refuerza el cambio en la educación que tantos venimos anhelando.

El universo es justo y, un día, con el hombre y contra el hombre, pero siempre en bien del hombre, las bellas utopías se harán realidad. Tú no desistas y ¡sigue empujando!
Luis Guillermo Cardona
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9
19 de octubre de 2010
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bernard Lawrence, es “un hombre notable y un verdadero cúmulo de energía”: es apuesto, trabaja como corresponsal, en París, para International Press; tiene un atractivo apartamento de soltero... y cada semana intercambia su lecho con tres atractivas azafatas de diferentes nacionalidades. Las chicas: Vicky (inglesa), Lise (alemana) y Jacqueline (francesa) trabajan para, British United, Lufthansa y Air France, respectivamente, y cada que aterrizan en la capital francesa, buscan a su prometido convencidas, cada una, de que tienen para sí al más fiel de los enamorados.

Bernard, tiene una ama de llaves –la encantadora, Thelma Ritter- que se encarga de acomodar el apartamento para que cada chica piense siempre que es, Su apartamento: cambia el porta-retratos, coloca en la cómoda la ropa interior de la que está en turno, y prepara la comida típica que a cada una le atrae… Además, Bertha le sale adelante a cada escollo cuasi-delator que surge en los intercambios.

Y después entrará en escena, Robert Reed, otro corresponsal de prensa que llega a París por un par de días... y, a la caza de nuevas emociones, se encuentra con su viejo amigo, el apresurado Bernard. Con este equipo, representado con gran soltura por todos sus intérpretes, tiene lugar una de las más divertidas comedias que se hayan hecho en los años 60’ y que ahora, 45 años después, se preserva tan fresca como entonces. Colmada de jocosas y originales situaciones; con diálogos muy efectivos donde abunda el tono mordaz, la picardía, el doble sentido y la salida astuta; y con un sartal de enredos que deben sortearse con la mayor rapidez mental, <<BOEING BOEING>>, resplandece como una historia alegre y encantadora con la que se pasa de maravilla.

Tony Curtis, en toda su salsa, da lo mejor de sí como comediante; y Jerry Lewis, le hace un par pletórico de gracia, bien dispuesto a tomar parte de sus preciosos trofeos. El director, John Rich, de gran trayectoria en la pantalla chica, sale triunfante con una comedia que tiene mucha, pero mucha altura, y que divierte a toda clase de público con su desenvoltura y su comicidad.

El guion de Edward Anhalt, está basado en la farsa teatral del escritor francés, Marc Camoletti, la cual estuvo en escena, en el Teatro Duchess de Londres, durante ¡siete años! contínuos... y, en 1991, entró en el Libro de los Record Guinness como la obra francesa más representada alrededor del mundo.

¡Que se diviertan!
Luis Guillermo Cardona
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