El ascenso de Steve Carell, en el mundo del cine, es una agradable sorpresa que empezó cuando lo vi en “The 40-year-old virgin”, donde me convenció de lo imposible, para luego continuar con una conmovedora interpretación en “Little Miss Sunshine” y con voice-work de calidad en las cintas animadas “Over the Hedge” y “Horton hears a Who!”. Su nueva película, “Dan in Real Life” del director Peter Hedges, pone de manifiesto, una vez más, a Carell como un hombre todavía preocupado por mantener su integridad, a través de una producción sencilla pero bien elaborada, aunque simultáneamente se encuentre desarrollando una lucrativa carrera hollywoodense (lo cual espero no lo termine malogrando).

Escrita por Pierce Gardiner y Peter Hedges, la película es una “dramedia” discreta, graciosa y digna que cuenta la historia de Dan (Steve Carell), un viudo responsable de sus tres hijas, que descubre el amor de una manera insospechada, en la reunión anual de su numerosa y entrometida familia en Rhode Island, cuando conoce a Marie (Juliette Binoche), la mujer perfecta para él. El romance enfrentará complicaciones que no pienso abordar con el ánimo de reservarle algunas sorpresas.

“Dan in Real Life” no pretende ser una película grandiosa, mas bien está orientada a ser mesurada, agradable, reconfortante y divertida sin dejar de ser inteligente y sensible cuando cuestiona, desde un punto de vista ético, las decisiones y actuaciones de su personaje central así como cuando analiza educadamente los inevitables inconvenientes propios de las relaciones familiares.

Dirigida con sinceridad, escrita con un maduro sentido del humor y actuada por un talentoso grupo de intérpretes que confieren credibilidad emocional a sus personajes, “Dan in Real Life” es una película bastante recomendable.

“2 Days in Paris” es la divertidísima, ingeniosa y encantadoramente perversa tercera experiencia como directora de la inteligente actriz de culto y guionista Julie Delpy; una comedia “post-romántica” sobre amor, sexo (mucho sexo), amigos y familia, que se desarrolla, tal como sugiere el título, durante 48 horas en la ciudad luz; explorando la relación de Jack (Adam Goldberg), un neoyorquino hipocondríaco, y Marion (Julie Delpy), una típica intelectual parisina de clase media, quienes se enfrentan, luego de dos años de convivencia estable, a un explosivo choque cultural y, sobre todo, a la necesidad de decidir si es posible continuar con sus vidas como una pareja.

Las interpretaciones de Julie Delpy y Adam Goldberg son excelentes. El encanto cerebral de Delpy es ideal para darle vida a Marion, la que “lleva los pantalones” en la relación, mientras Goldberg elabora, de lo que pudo caer en un burdo estereotipo, un encantador retrato de la paranoia absurda del cosmopolita estadounidense expuesto a la más desbordante demencia transoceánica.

Si esta película no es perfecta está muy cerca de serlo, pues Julie Delpy tiene una clara idea de lo que quiere lograr como cineasta, en consecuencia el film es un reflejo de sus mayores inquietudes de orden político, cultural, sentimental y personal, concatenadas a través de un estilo original que se caracteriza por diálogos irreverentes y constantes disonancias en el desarrollo de la historia.

Aventurarse a filmar una película cuya acción se desarrolla casi totalmente en un apartamento, con únicamente dos personajes conversando, es difícil y, si resulta bien, un verdadero milagro. El problema de “Interview” es que lo que pudo ser una deliciosa confrontación entre dos caracteres opuestos e interesantes se convierte en un confuso e insufrible sinsentido.

La premisa es, sin duda, llamativa: Pierre (Steve Buscemi) es un periodista de temas políticos y relevantes, quien, por razones que ni él mismo comprende, es enviado a entrevistar a una actriz de TV muy popular llamada Katya (Sienna Miller), quien resulta tener una personalidad explosiva y bastante orate. Cuando Pierre y Katya llegan al apartamento de esta última uno espera que se desate un singular juego del gato y el ratón con diálogos ingeniosos y sorpresas… eso nunca ocurre y, en cambio, el espectador atestigua como cada cinco minutos la película se hunde, se hunde y se hunde hasta llegar a un final en el que la única conclusión posible es que hay mejores maneras de gastar 1 h. 20 min. en la vida.

La dirección de Steve Buscemi parece ser, en mi opinión, modesta y bienintencionada pero no añade nada a una película que requiere urgentemente una mano maestra que lidie con el desafío que ésta representa y, además, el guión es un completo desastre… ¿Algo bueno? Sienna Miller, ella está enfocada y ofrece algo, pero no salva lo imposible.

El drama de Michael Winterbottom no es un clásico glorioso del cine independiente moderno pero tiene el enorme mérito de haber evadido sabiamente los lugares comunes y la sensiblería barata, de los que suelen ser víctimas producciones con argumentos similares (“The Constant Gardener” de Fernando Meirelles, por ejemplo), gracias a una descripción sobria y objetiva de los días de angustia que supuso el secuestro del periodista Daniel Pearl (Dan Futterman) en Pakistán y, sobre todo, a la decisión de enfocarse en la jornada emocional de su esposa, Mariane (Angelina Jolie), motivada por un amor inagotable e incondicional.

“A Mighty Heart” es una producción limpia en la que resalta el estilo realista y equilibrado de Michael Winterbottom en la dirección; la honesta interpretación de Angelina Jolie, quien conduce íntegramente la historia de la manera más conmovedora y sincera posible (fácilmente su mejor creación hasta la fecha); la dignísima presencia de Irrfan Khan, quien, personificando al Jefe de Inteligencia paquistaní, se erige como una fabulosa elección en el reparto; y la sobresaliente fotografía de Marcel Zyskind, la cual marca aún más el carácter realista de la obra.

En fin, una película bien dirigida, bien actuada, políticamente relevante, fácil de disfrutar y muy sentimental pero para nada sensiblera.

El argumento de "Baby Mama" sigue a Kate Holbrook (Tina Fey), una ejecutiva exitosa con más de treinta años de edad, soltera y deseosa de tener un bebé para que su felicidad sea total, quien luego de varios intentos fallidos para lograr su cometido, acude a una agencia que la pone en contacto con una madre sustituta, de esta manera conoce a Angie Ostrowiski (Amy Poehler), su polo opuesto, una rubia white trash con pocas neuronas pero muchas ganas de divertirse.

Hablando con honestidad, “Baby Mama”, no es una película genial pero creo que sí es lo suficientemente buena, quizás hasta mejor de lo que su factura convencional indica. La película asume una perspectiva interesante – aunque no nueva… ¿alguien recuerda “Baby Boom” o “Private Benjamin”? – de la vida de las mujeres contemporáneas que se desenvuelven en ámbitos tradicionalmente masculinos, es altamente efectiva como comedia debido al ingenio de las situaciones que se desarrollan y al dinamismo de sus giros, así como cuenta con un punto alto al retratar de una forma cándida y escandalosamente divertida la amistad de dos mujeres fascinantes y tan distintas como la noche y el día.

Las interpretaciones de las diosas del humor, Tina Fey y Amy Poehler, poseen la energía y el tono necesarios para lograr el efecto deseado en cada escena. Fey impone su presencia autoparódica con valentía y aplomo, ella es perfecta para el papel de una mujer con lentes y vestidos poco provocativos… las risas vienen sin esfuerzo, mientras Amy Poehler es pura dinamita absorbiendo la esencia de una ruda mujer de clase baja pero también la de una mujer real y sensible que en el fondo sabe que puede tener una vida mejor. El elenco de personajes secundarios es brillante: Sigourney Weaver y Steve Martin (dos gigantes) así como Greg Kinnear, Dax Shepard y Romany Malco (tres de los más confiables roba-escenas y/o comic relieves de la actualidad) son, todos, una verdadera delicia.

En conclusión, si bien “Baby Mama” nunca se desprende totalmente de los convencionalismos y de ciertas fórmulas que vienen definiendo al cine comercial estadounidense desde hace muchos años, es una cinta divertida, dulce e inteligente con buenos chistes de diferente tipo (hay desde comedia física hasta frases astutas), un rango variado de genuinos talentos cómicos y una inusual historia de amistad femenina con la cual resulta difícil no disfrutar.